El gobierno de México anunció hoy un ajuste en su presupuesto fiscal, el tercero en el año, de alrededor de 1.100 millones de dólares para enfrentar los efectos de la caída de los precios del petróleo y los coletazos de la crisis asiática.
La decisión, que según las autoridades protegerá las principales variables económicas del país y evitará desajustes que ahuyenten capitales extranjeros, se suma a medidas similares adoptadas en enero y marzo.
A la fecha, los recorte suman alrededor de 4.000 millones de dólares sobre un presupuesto global de 100.000 millones, monto que representa 0,96 por ciento del producto interno bruto calculado para este año.
Era inevitable realizar un nuevo ajuste para poder mantener el crecimiento a pesar de la caída de los precios del petróleo y la inestabilidad de los mercados, dijo en conferencia de prensa el secretario (ministro) de Hacienda, José Angel Gurría.
El precio promedio del barril de la mezcla de crudos mexicanos durante el primer semestre del año fue de 10,64 dólares, 4,3 dólares menos del estimado al momento de diseñar el presupuesto de 1998.
Cuando se hizo el primer reajuste a los gastos del Estado, en enero, la expectativa del precio del barril bajó a 13,5 dólares. En el segundo, en marzo, a 12,5 dólares. En el tercero y último, conocido este miércoles, el cálculo es de 11,50.
Aunque apenas representa 10 por ciento de las exportaciones totales de México, las ventas del petróleo financian 40 por ciento del presupuesto del Estado.
Como en las dos anteriores ocasiones el gobierno afirmó que el nuevo reajuste fiscal no afectará los gastos de tipo social. Sin embargo, los partidos de oposición señalaron que la operación será, en definitiva, pagada por la población.
El primer ajuste afectó gastos de infraestructura pública, incluidos hospitales y escuelas, viviendas de interés social, subsidios a la tortilla de maíz y programas contra la pobreza, según un estudio de la Cámara de Diputados.
El segundo, por su parte, sólo impactó en gastos de organismos públicos.
La mitad del ajuste actual se financiará con una importante reducción en los gastos de la empresa petrolera PEMEX y de otros organismos estatales. El resto procederá de las últimas privatizaciones, como el de la empresa de ferrocarriles y de impuestos a las exportaciones no petroleras.
El Banco Mundial pronosticó que México crecerá este año 4,8 por ciento, cifra menor al 5,2 por ciento estimado inicialmente por el gobierno, debido a la caída de las exportaciones de crudo y a los problemas de Asia.
A pesar de la volatilidad de los mercados, que entre otras variables afectó los negocios bursátiles al punto que la Bolsa mexicana cayó 18,1 por ciento de enero a junio, los analistas consideran que el país resiste de forma adecuada los problemas de Asia y la baja de los precios del crudo.
Gurría indicó que las perspectivas del país siguen siendo buenas y que la racha de crecimiento, iniciada en 1997 cuando el producto interno bruto repuntó siete por ciento, continuará este año.
El gobierno de Ernesto Zedillo advirtió que el nuevo recorte a las finanzas del Estado funcionará siempre que las estimaciones de los precios del crudo se mantengan. Si eso no sucede, las autoridades anunciaron que no dudarán en tomar medidas adicionales.
No se va a permitir alterar las metas de crecimiento ni el déficit presupuestal, calculado en 1,25 por ciento, prometió Gurría.
Los 11,5 dólares que se calcula alcanzará en promedio el precio del barril de crudo de exportación mexicano en el segundo semestre parte de una "estimación conservadora" y de la seguridad de que los países productores cumplirán su compromiso de reducir la venta de crudo, señalaron las autoridades.
El secretario (ministro) de Energía, Luis Téllez, recordó que las reducciones acordadas llegan a 3,1 millones de barriles, cantidad que representa la producción diaria de México.
El país latinoamericano se comprometió con otros productores a reducir en 200.000 barriles sus exportaciones para contribuir así a la recuperación de los precios. (FIN/IPS/dc/mj/if en/98
