BURUNDI: ONG critica trabajo de ONU con refugiados

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) mantiene un trato "distante" con los desplazados de Burundi y no entabla con ellos un diálogo constructivo sobre los problemas que enfrentan, denunció una ONG de Estados Unidos.

"Los enviados de ACNUR trabajan a distancia… y cuando ellos y otras autoridades vienen a nuestras escuelas, se limitan a escuchar a los niños cantar y luego se van", dijo un maestro de un campamento de refugiados de Tanzania a la Comisión de Mujeres para las Refugiadas y Niños.

La ONG (organización no gubernamental) estadounidense realizó un estudio sobre la situación de 270.000 habitantes de Burundi desplazados por la guerra civil que ahora viven en seis campamentos de refugiados ubicados en Tanzania, no muy lejos de la frontera.

Se estima que la cuarta parte de los 5,4 millones de habitantes de Burundi fueron víctimas de matanzas o de desplazamientos forzados como resultado del período de terror desatado tras el asesinato en octubre de 1993 del presidente Melchior Ndadaye, elegido democráticamente.

El informe de la Comisión de las Mujeres denuncia una falta de interés de la comunidad internacional, y advierte que en ese país siguen cometiéndose asesinatos.

"La cifra de 150.000 muertos desde 1993 es reveladora de la falta de atención a Burundi, incluso cuando se supone que está siendo observada", dice el informe de la ONG.

"Burundi no capta el interés de Occidente pese a la crisis persistente y severa que afecta a este país. Quizás se deba a que no es un drama de la magnitud del genocidio de Ruanda o el derrocamiento de Mobutu en Zaire", comentó la directora del programa de refugiados de la Comisión de las Mujeres, Mary Díaz.

La Comisión fue fundada en 1989, y es la única organización existente en Estados Unidos que se dedica exclusivamente a defender los derechos de mujeres y niños refugiados.

El informe sobre Burundi forma parte de un proyecto para la protección de los niños en campamentos de refugiados de todo el mundo, y aborda los problemas de tres grupos de riesgo: los niños que no van a la escuela, los adolescentes que no participan en programas juveniles y las adolescentes víctimas de violencia sexual.

La Comisión descubrió que el número de niños inscriptos en las escuelas es superior en los campamentos de refugiados que en el territorio de Burundi.

En los campamentos de Mtabila y Muyovosi, las niñas representaban 43 por ciento de los inscriptos, aunque su participación bajaba de 43-47 por ciento en primer grado a 32-34 por ciento en sexto grado.

"¿Por qué deberían ir las niñas a la escuela si en Burundi no lo hacen?" fue una pregunta registrada por la Comisión entre algunos refugiados hombres y profesores.

El informe destacó las dificultades de convencer a padres que nunca fueron a la escuela sobre los beneficios de enviar a sus hijos. En los niños, las clases tienen un efecto curativo al ayudarlos a perder el miedo y recuperar la confianza.

Agencias de la ONU como ACNUR y Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) organizaron diversas actividades para los jóvenes, pero la comisión dijo que no lograba atraerlos y comentó que quienes participan suelen ser los más educados, mientras el resto permanece marginado.

La ONG criticó la incapacidad de generar programas efectivos para los jóvenes, un hecho que podría afectar su futuro.

Una de las principales tareas asignadas a mujeres y niñas en los campamentos es la recolección de leña, actividad que las hace correr el riesgo de ser violadas. Y un número importante de adolescentes se desempeñan como jefas del hogar, tras la muerte de los padres.

Otro grupo importante de niños se convirtió en mano de obra para tanzanianos en las cercanías de los campamentos.

De acuerdo con ACNUR, en 1997 se reportaron menos de 10 casos de violaciones en los campamentos de refugiados. En casos no relacionados con el alcoholismo, algunos funcionarios de la agencia se preguntaron si la violación de niñas puede considerarse realmente una violación, señaló la Comisión.

La Comisión rechazó toda justificación de violaciones por cuestiones culturales o sociales y puso en duda "la sensibilidad del personal de ACNUR para abordar problemas de derechos humanos de las mujeres".

"La violación no puede ser aceptada bajo ninguna circunstancia, y sería bueno que ACNUR se lo informara a su personal", exhortó la Comisión.

Las oficinas de ACNUR en Nueva York y Ginebra aún no realizaron ningún comentario sobre el informe de la ONG. (FIN/IPS/tra- en/ib/mk/lc-ml/pr-hd/98

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