YUGOSLAVIA: Yeltsin más cauto que Milosevic ante la OTAN

El presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, cree prudente consentir la mediación de Rusia en el bloqueo entre Belgrado y Occidente por la crisis de la provincia independentista de Kosovo.

No obstante, no consentió demandas internacionales para que detenga la actual ofensiva contra la mayoría albanesa en la provincia separatista.

Tampoco, a juzgar por las conclusiones de la cumbre ruso- yugoslava del martes en Moscú, Milosevic ordenará el retiro de la policía paramilitar serbia y de unidades del ejército yugoslavo que lideran los ataques.

Este miércoles el ejército yugoslavo continuó los ataques de artillería en la provincia separatista y francotiradores serbios dispararon contra refugiados albaneses, en un intento por impedir que crucen la frontera hacia Albania.

Belgrado pretende resolver la situación a su manera, sin la interferencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y aprueba la intervención rusa como forma de garantizar que Moscú mantenga su continuada oposición a ataques aéreos sobre Serbia en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

Pero la principal preocupación de Moscú es impedir que la crisis escale al punto en se produzcan ataques aéreos de la OTAN sobre territorio serbio, el acto que posiblemente forzaría el fin de los tenues lazos rusos con la Alianza Atlántica posteriores a la guerra fría.

"Moscú cuenta con hacer que Milosevic tome medidas que impidan que el proceso de normalización se salga fuera del marco político", dijo un diplomático ruso citado por la prensa en Belgrado.

El lunes, aviones de 13 países de la OTAN sobrevolaron Albania y Macedonia, cerca de las fronteras con Yugoslavia, en una demostración de fuerza para presionar a Belgrado a cesar su intervención.

Yeltsin también busca evitar problemas políticos internos que podrían producirse si la OTAN bombardea blancos serbios en desafío directo de la voluntad declarada de Rusia.

A pesar de las críticas de los círculos de oposición contra Yeltsin, el Kremlin no está listo para iniciar un bloqueo militar con Occidente al estilo de la guerra fría, el cual resultaría peligroso y costoso para Rusia.

Yeltsin dijo el martes que los dos principales blancos de su reunión con Milosevic fueron logrados. Por un lado se aceptó que Kosovo no sea tratado como tema sin la intervención de la diplomacia rusa, y, además, Milosevic acordó reanudar las negociaciones con los albaneses de Kosovo.

Pero el presidente ruso pareció preocupado de que los países de la OTAN consideraran insuficientes estos resultados. Después de las conversaciones, dijo que es necesario que el mundo conozca lo acordado.

"Creo que logramos un acuerdo", dijo Yeltsin. Pero los habitantes de Kosovo no piensan lo mismo.

Este miércoles el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) rechazó la oferta de diálogo de Milosevic.

Aunque la OTAN no retiró su amenaza a intervenir si no se detienen los ataques en Kosovo, esto no implica el retiro automático de las fuerzas yugoslavas.

Fehmi Agani, asesor del líder albanés de Kosovo Ibrahim Rugova, dijo que un cese del fuego "se lograría del UCK" si las fuerzas serbias son "regresadas a sus cuarteles".

Agani afirma que los albaneses no objetarían que el ejército yugoslavo permaneciera para proteger las fronteras con Macedonia y Albania, "aunque", agregó, "esto arriesgaría enfrentamientos con el UCK si continúan enviando hombres y armas a Kosovo".

En la declaración del martes en Moscú, Milosevic dijo que debería haber un fin al "terrorismo" antes de que se retiraran las tropas, agregando luego en una conferencia de prensa que "no hay razones" para retirarlas.

Esto deja la pelota en el campo de la dirigencia occidental de la OTAN. "Una acción más firme, incluyendo medidas militares, es una opción real", dijo el martes Hans van den Broek, de la Unión Europea.

Yeltsin dejó clara su oposición a la intervención militar de la OTAN en una llamada telefónica a Clinton el lunes. Sin embargo, luchará por encontrar formas de que su oposición se haga sentir, sin agotar sus magras fuerzas en una apuesta demasiado alta.

La oposición rusa tema que la OTAN use conflictos étnicos dentro de rusia, como la reciente guerra separatista en Chechenia, como pretexto para lanzar huelgas militares contra Rusia en el futuro.

El tratado START II, firmado por Rusia y Estados Unidos en enero de 1993, prevé una reducción de dos tercios en los arsenales nucleares, y fue ratificado por el Senado de Estados Unidos en enero de 1996.

El tratado dejará a Rusia y Estados Unidos con 3.000 y 3.500 ojivas nucleares respectivamente en el 2003, abriendo paso a START III, el cual reduciría aún más los arsenales atómicos, a 20 por ciento de los niveles de la guerra fría.

Clinton afirma que la ratificación del parlamento ruso de START II es una condición esencial para su participación en una cumbre a realizarse en Moscú este año.

La cancelación de la cumbre sería una derrota política para Yeltsin y su posición contra la oposición nacionalista y comunista que pretende mantener mayores arsenales nucleares como salvaguardia contra la expansión de la OTAN en Europa oriental.

Bajo un acuerdo diseñado y firmado para aliviar temores rusos sobre la expansión hacia el este de la OTAN, a Rusia se le ofreció la voz pero no el veto en algunos asuntos de la OTAN mediante la creación de un nuevo Consejo Conjunto Permanente presidido por tres integrantes, dos de países de la OTAN y uno de Rusia. (FIN/IPS/tra-en/sb/vpz/rj/lp/ip/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe