Abdulsalam Abubakar, el nuevo presidente de facto de Nigeria, liberó a nueve prisioneros políticos en una señal de apertura, pero aún debe acelerar las medidas de cambio, reclaman activistas defensores de los derechos humanos.
Abubakar, sucesor del dictador Sani Abacha, muerto por ataque cardíaco el día 8, anunció el lunes la liberación de Frank Ovie Kokori, Milton Dabibi, el general retirado Olusegun Obasanjo, Beko Ransome-Kuti, Chris Anyanwu, Alhaji Ibrahim Dasuki, Olabiyi Durojaiye, Uwen Udo y el jefe Bola Ige.
"Estoy muy feliz y encantado. Es un gran acontecimiento de proporciones monumentales. Es un acontecimiento épico", dijo a la prensa el abogado y activista Gani Fawehinmi.
"Ahora podemos ver un nuevo comienzo", añadió Fawehinmi. El activista fue detenido durante varias horas el viernes 12, durante las manifestaciones en conmemoración del quinto aniversario de las anuladas elecciones presidenciales de 1993.
Aunque Obasanjo, ex jefe de Estado, fue liberado "por compasión", ha sido confinado a su granja en Otta, 40 kilómetros al noroeste de Lagos. Anyanwu, director de un medio de prensa, y Ransome-Kuti, médico, también están sometidos a un régimen de arresto domiciliario.
Los observadores estiman que Dasuki, considerado el monarca más poderoso del norte del país, y Ransome-Kuti, activista por la democracia, fueron liberados por razones de salud.
Dasuki, de 74 años, ex sultán de Sokoto, salió de la cárcel a condición de que no retorne a Sokoto, donde fue derrocado como sultán por Abacha, en abril de 1996.
"Voy a estar muy contenta de ver a mi padre en casa, pero espero que no sea una medida superficial", dijo Nike, la hija de Ransome-Kuti.
"Es algo que esperaba y demuestra que el gobierno quizá demuestre seriedad en su intención de negociar, pero aún tengo mis reservas sobre el general Abubakar porque él integró el régimen de Abacha", declaró públicamente.
Los activistas de derechos humanos aún esperan que el gobierno libere a Moshood Abiola, el presunto ganador de los controvertidos comicios presidenciales de 1993, y a otros prisioneros políticos.
"El hecho de que nada se dijo sobre Abiola me hizo dudar sobre la autenticidad del intento de reconciliación (del gobierno). El gobierno debe reconocer que Abiola y el 12 de junio son cruciales para resolver la crisis política", manifestó la hija de Ransome- Kuti.
Más de 42 personas, entre ellas altos oficiales militares y periodistas, se encuentran en prisión por su presunta participación en supuestas intentonas golpistas para derrocar a Abacha, en marzo de 1995 y diciembre de 1997.
El ex gobernador del oriental estado de Anambra, Chukwuemeka Ezeife, dijo que el nuevo líder de Nigeria debe revelar rápidamente su estilo de gobernante.
"Espero que se mueva con mayor rapidez e imprima su propia personalidad sobre los gobernados. No tiene por qué heredar el lastre de Abacha", aseguró Ezeife al diario Vanguard.
"Abubakar quizá tenga el gobierno más corto de los gobernantes políticos de Nigeria, pero se podría convertir en el héroe de una nueva Nigeria, y del que se tendrá el mejor recuerdo", añadió.
El espíritu del diálogo y el cambio parece predominar en el país tras la muerte de Abacha. El martes, por ejemplo, Mohammed Marwa, administrador militar del estado de Lagos, ordenó el retiro de los cargos judiciales contra Fawehinmi y otros 17 activistas por la democracia.
Marwa señaló que la medida era acorde con el espíritu de la reconciliación nacional declarado por Abubakar.
Representantes extranjeros en este país observan la situación con cautela. "Nos alientan los últimos gestos del nuevo gobierno", dijo una diplomática.
"La comunidad internacional espera más apertura en Nigeria, menos corrupción, más seguridad y mejor vida para la gente común y corriente", añadió otro diplomático. (FIN/IPS/tra-en/ro/pm/aq-lp/ip/98
