AMERICA LATINA: Nubarrones en el panorama laboral

En el primer trimestre del año, dos nubarrones amenazan el panorama laboral de América Latina: el fenómeno de El Nino y la crisis asiática. Los expertos vaticinan que los efectos combinados de ambos repercutirán negativamente sobre el empleo y el crecimiento en la región.

Ricardo Infante, asesor de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pronostica un crecimiento económico en América Latina no mayor a tres por ciento, con lo cual el desempleo se elevará a 8,5 por ciento.

En 1997, el crecimiento económico de la región fue de 4,5 por ciento y la tasa de desempleo descendió a 7,2 por ciento, lo que hizo abrigar esperanzas de que la tendencia decreciente en América Latina podría continuar hasta alcanzar la tasa promedio de seis por ciento que tenía al empezar la década.

Lamentablemente, los datos del primer trimestre del año hacen temer que ello no ocurrirá.

Según Infante, la cifra proyectada de desempleo se ha obtenido tomando en cuenta las medidas de carácter fiscal y monetario que vienen adoptando los gobernantes de muchos países de América Latina para hacer frente a los estragos de El Nino y protegerse de los efectos de la crisis asiática.

"Creemos que este año la región no crecerá más de tres por ciento, con lo cual el desempleo se elevará al ocho por ciento, porque una caída en los niveles de crecimiento implica automáticamente una reducción del empleo", subrayó Infante.

También el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó recientemente una advertencia en ese sentido a las economías de los países en desarrollo, aunque centrando su preocupación más en la crisis asiática que en los efectos devastadores de de El Niño.

El FMI teme que la crisis pueda agudizarse y extenderse en los próximos meses, lo cual resultaría devastador para algunas economías débiles y tendría su correlato en un descenso aún mayor del desempleo, uno de los mayores problemas de la región.

Los otros, son el subempleo, los bajos ingresos y la mala calidad de los puestos de trabajo, aunque numerosos expertos señalan que todos se originan en la falta de empleo.

Países como Argentina y Venezuela, tradicionalmento con un procentaje importante de población económicamente activa (PEA) bien empleada, presentan hoy cifras crecientes de desempleo.

Argentina sigue ostentando la tasa más alta de desempleo de la región -17 por ciento en 1997-, pese a que se redujo respecto de los dos años anteriores, que fue de 18,8 por ciento en 1995 y de 18,4 por ciento en 1996.

En Venezuela, el desempleo abierto llegó a 13 por ciento el año pasado, siguiendo una tendencia ascendente que empezó en 1994, cuando creció de 6,8 a 8,9 por ciento.

Las mujeres venezolanas y colombianas son las más afectadas por el desempleo en América Latina, según cifras de la OIT. El 14,8 por ciento están sin empleo en Venezuela y el 16,9 por ciento en Colombia.

En otros países donde las tasas de desempleo están por debajo del promedio regional, como Bolivia -con menos de cinco por ciento, segun cifras oficiales-, la informalidad y el subempleo han crecido enormemente y han servido de amortiguador, absorbiendo una numerosa mano de obra desocupada.

En su informe anual, presentado a fines de 1997, la OIT advirtió sobre ese fenómeno en América Latina. "Por cada nuevo puesto de trabajo generado en los servicios de alta calidad se crean nueve en los de servicios informales", afirmó.

En otra parte del informe aclaró que esas cifras significan que alrededor de 85 de cada cien nuevos puestos de trabajo están en el sector informal.

El no gubernamental Servicio para el Desarrollo Social (Serdes) de Perú publicó un estudio sobre el desempleo y las formas de encubrirlo, en el que sostiene que el sector informal es una de las últimas alternativas de sobrevivencia, donde abunda la gente pero no los puestos de trabajo.

"Las calles resultan insuficientes, los negocios son cada vez más efímeros: se abren bodegas, restaurantes, licorerías, abundan los taxis manejados en número cada vez más creciente por profesionales desempleados", subraya.

"Las empresas ofrecen puestos con salarios bajos, a tiempo parcial, con duración breve de contratos y sin ningún derecho laboral que ampare al trabajador", agrega. La proliferación de la delincuencia, el aumento de la violencia, el narcotráfico y la prostitución son sólo la otra cara del desempleo, asegura.

Los desempleados prácticamente no tienen alternativa. Sólo en la capital peruana, 120.000 personas buscan trabajo en este momento y, a nivel nacional, la cifra se eleva a casi 700.000, sin contar a quienes ya perdieron la esperanza de encontrar empleo, según Serdes. (FIN/IPS/zp/ag/lb-if/98

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