Los 21 países que integran la Comunidad Iberoamericana de Naciones tienen un año por delante para encontrar respuestas a la globalización, para evitar que sólo se concreten sus aspectos negativos y se sigan agudizando los problemas sociales.
Al concluir la VII Cumbre Iberoamericana, que sesionó este sábado y domingo en esta isla del Caribe, el presidente de Portugal, Jorge Sampaio, anunció que en la VIII, que se realizará en su país en 1999, el tema central será "los desafíos de la globalización y la cooperación inter-regional".
Desde ahora hasta la VIII Cumbre, se realizarán estudios y debates oficiales y no gubernamentales. Los oficiales organizados por la Secretaría Pro Tempore de la Cumbre y los gobiernos de los países y los no gubernamentales por ONG, sindicatos, organizaciones empresariales y otras asociaciones e institutos.
Los efectos de la globalización de la economía, las finanzas, la comunicación y las relaciones internacionales han estado presentes durante toda la VI Cumbre.
En unos casos con reflexiones y debates y en otros con dramatismo, lo que ocurrió con Brasil, cuyo presidente, Fernando Henrique Cardoso, debió anticipar el regreso a su país para enfrentar una crisis financiera desatada el viernes 7, precisamente por efectos de la globalización de los mercados financieros.
La globalización es una realidad y a la que, como tal realidad, no se puede combatir, dijo el primer ministro portugués, Antonio Guterres. Añadió que hay que apoyar sus aspectos positivos, que contribuyen a liberalizar y ampliar los mercados y a la transferencia tecnológica.
Pero, puntualizó, hay riesgos de que se produzca sólo una "globalización de la pobreza", por lo que es necesario regular ese proceso, creando organizaciones regionales fuertes e impulsando la cooperación entre ellas.
En ese aspecto, considera vital fortalecer la alianza estratégica entre España y Portugal -que integran la Unión Europea- y los países de América Latina, inmersos en procesos de integración, como el del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Como un anticipo de lo que será el análisis iberoamericano de la globalización, Fernando Henrique Cardoso afirmó que "es necesario crear reglas claras y universales para controlar las fuerzas del mercado".
Es la primera vez, desde que el neoliberalismo extendió su poder por el mundo, que el mandatario de un país de economía de mercado y con fuerte presencia en la escena mundial plantea la neesidad de "controlar" y "regular" a las fuerzas del mercado.
El mercado carece de ética, añadió y corresponde a los mandatarios "la responsabilidad de condicionar el mercado a reglas de juego que no le permitan que destruya a las sociedades y a los frutos de nuestro trabajo como sujetos activos de los estados que representamos".
Rafael Caldera, presidente de Venezuela, al clausurar este domingo la Cumbre, rchazó el dogmatismo de una libertad económica sin limites. Y recordó que es necesaria la presencia del Estado "para corregir en alguna medida y orientar en cuanto sea posible los destinos y las acciones de los mismos grupos privados".
El objetivo, concluyó, es que esas acciones "puedan llevarse hacia un objetivo que tienda a la felicidad de los pueblos".
Todos los presentes en la Cumbre admitieron que la globalización es una realidad "inesquivable", con aspectos positivos y riesgos ciertos, como dijo el presidente del Banco Intermericano de Desarrollo, Enrique Iglesias .
Las diferencias se advirtieron a la hora de plantear soluciones, lo que será motivo de la reflexión iniciada a partir de esta VII Cumbre.
Algunos, como Iglesias, fueron cautos y simplemente plantearon la necesidad de reforzar a las instituciones internacionales, como el propio BID, pero sin hablar de imponer reglas y controles o de modificar políticas.
Otros, como el presidente cubano Fidel Castro, fueron claros y terminantes:
Es necesario "un cambio total de rumbo, aunque pocos estadistas lo comprenden todavía". Hacer ese cambio sería"lo más ético, democrático y revolucionario".
Castro reflexionó que si se quiere discutir el tema que se discuta y que cada cual se enfrenta a las cifras irrebatibles y las realidades palpables. stas demuestran "el desarrollo acelerado de una especulación financiera universal e insostenible, la vulnerabilidad creciente de las economías"
Todo ello, concluyó el líder cubano, lleva a un "abismo sin fondo a que nos conducen el neoliberalismo ciego e incontrolable y un globalismo aplastante y brutal, bajo la égida de la potencia más poderosa y egoísta de la historia" (los Estados Unidos). (FIN/td/if/97)
