FINANZAS: EEUU y FMI eliminan fondo de emergencia para Asia

Presiones de Washington y el FMI lograron hacer colapsar la idea de un "Fondo Asia" de 100.000 millones de dólares como ayuda de emergencia para las economías del continente golpeadas por la especulación monetaria.

Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) temieron una pérdida de influencia sobre la política monetaria regional, lo cual eliminó esta semana la propuesta del Fondo Asia, afirman analistas asiáticos.

"El FMI consideró un fondo regional como un potencial rival", dijo un miembro de la Autoridad Monetaria de Hong Kong que no dio su nombre.

El funcionario se refirió a una visita a la región en las últimas semanas del director gerente del FMI, Michel Camdessus, para presionar a los gobiernos antes de una reunión de dos días de autoridades financieras y de bancos centrales finalizada este jueves en Manila.

Según un argumento utilizado por el FMI, que varias autoridades financieras asiáticas criticaron como "controlador al extremo", los países en riesgo no pueden seguir políticas económicas sólidas si saben que tienen una almohada sobre la cual descansar.

Camdessus indicó que las reglas del "Fondo Asia" serían "más livianas, amables y suaves que un programa del FMI", y no suficientemente rigurosas para restaurar la confianza de los inversores extranjeros y mercados financieros, los cuales estarían esperando el sello de aprobación del FMI.

Este viernes, Corea del Sur anunció que consideraba pedir asistencia del FMI, en parte tras reconocer que los bancos estadounidenses y japoneses no le prestarían para aliviar la caída de su moneda sin un paquete del FMI.

El gobierno de Estados expresó su oposición a un fondo regional en términos más directos, y dejó claro que "el FMI y el Banco Mundial son y deben ser centrales en cualquier esfuerzo serio por brindar apoyo internacional a estos países mientras salen de este período".

La declaración fue hecha a comienzos de esta semana por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Robert Rubin.

Las presiones tras bambalinas se concentraron en Japón en octubre y comienzos de noviembre. Sumadas a ls propias preocupaciones financieras de Tokio, el resultado fue la decisión de Japón la semana pasada de no respladar el plan, a pesar de que la idea se originó en Tokio.

A mediados de noviembre, un funcionario de finanzas japonés admitió que "un fondo monetario permanente sería una carga financiera, incluso para países económicamente fuertes".

El viceministro de finanzas de Japón, Eisuke Sakakibara, intentó justificar la idea de abandonar el fondo de emergencia diciendo que "la idea que planteamos originalmente era una idea tentativa a ser debatida entre países miembros, y creo que los objetivos básicos de lo que Japón buscaba han sido alcanzados".

Pocos encuentran esto convincente. Pero analistas sostienen que sin un respaldo financiero de Japón, el fondo sería demasiado caro para que los países asiáticos pudieran mantenerlo. Esto llevó a la defunción del fondo asiático, el cual degeneró de un "fondo" a un "mecanismo de crédito de contingencia".

Como una medida para sanear su imagen, esta semana viceministros de Finanzas, gobernadores del Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo acordaron en Manila desarrollar un "acuerdo financiero cooperativo" bajo control del FMI que brinde recursos adicionales caso por caso, dijo un comunicado emitido en Manila.

Analistas dijeron que el acuerdo equivale a "un marco vago" bajo el cual países miembros pueden aportar voluntariamente líneas de crédito a otros para suplementar los fondos limitados del FMI, pero sólo después que un beneficiario aceptara un programa de rehabilitación del FMI.

El FMI estaría a cargo de esta iniciativa y, si lo considera necesario, recomendaría a las naciones miembros que recurran a la misma en caso de "circunstancias extremas" y sólo luego de que se pongan en juego los recursos de la institución financiera.

"El FMI aportará la primera línea de financiación y otros países brindarán la segunda", explicó esta semana en Manila el número dos de la institución, Stanley Fischer.

Los ministros de finanzas sólo accedieron a la participación del FMI porque quedó claro que casi todas las naciones del sudeste asiático, con la excepción de Hong Kong, Singapur y Brunei, cuentan con pocas reservas o necesitan las que tienen en caso de que sus monedas resulten afectadas, según analistas.

En Singapur, la presión pública podría dificultar que el gobierno brinde ayuda a otros países de la región tras la asistencia, con dinero de los contribuyentes, que brindara a Tailandia por mil millones de dólares y luego a Indonesia con 5.000 millones más.

Incluso el primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, que criticó en duros términos al FMI por sus métodos intervencionistas, se sumó la semana pasada a quienes afirman que el fondo asiático no sería una buena idea si significa duplicar a la institución financiera internacional.

Corea del Sur se resistió a llegar a un acuerdo con el FMI, argumentando que sería una pérdida de "soberanía económica". En su lugar, Seúl declaró que prefería solicitar ayuda directa de bancos de Estados Unidos y Japón.

Pero este viernes Seúl anunció que en dos o tres días decidiría si pedirá o no ayuda al FMI cuando resultó evidente que el instrumento regional no sería factible y que los bancos estadounidenses y japoneses se negaban a prestar dinero sin un paquete del Fondo.

"El pueblo coreano consideraría una humillación nacional recurrir al FMI", aseguró un analista financiero de Hong Kong.

El FMI ya dirigió dos operaciones de rescate a Indonesia y Tailandia, por un total de casi 60.000 millones de dólares.

Observadores afirman que la ayuda a la economía coreana, mayor que la de Malasia, Tailandia e Indonesia, sería una importante señal dirigida a los países asiáticos de que no pueden aislarse de instituciones controladas por los países industrializados como el FMI.

Si Corea del Sur solicita la ayuda, el FMI resultaría triunfador, según la opinión de expertos, aunque sólo se sabrá si ello es bueno para Asia en caso de que la confianza retorne a los mercados de la región.

Mientras, se establecerá un centro de supervisión regional en Asia como respuesta a las críticas expresadas por los países asiáticos de que el FMI, desde su sede en Washington, había reaccionado con lentitud frente a las crisis en Tailandia e Indonesia.

Es importante que los países asiáticos envíen una fuerte señal a los inversores de que pueden actuar con celeridad para sostener sus monedas en caso de crisis y que están dispuestos a ayudarse entre sí en lugar de recurrir a las instituciones de los países industrializados, advirtieron analistas.

"En este sentido, fueron muy importantes la decisión de China de aportar una gran cantidad de fondos en apoyo de la economía de Tailandia y la de Singapur en respaldo de la economía tailandesa", dijo un funcionario de la Autoridad Monetaria de Hong Kong.

El Banco de Desarrollo Asiático (AsDB) es considerado el favorito para convertirse en el centro de supervisión, mientras los ministros asiáticos de finanzas intentan recuperar cierto grado de control sobre sus asuntos.

El secretario de Finanzas de Filipinas, Roberto de Ocampo, dijo que todos los países participantes de las conversaciones sobre el fondo asiático también integran el AsDB, incluyendo Estados Unidos y Japón.

Sin embargo, la nueva oficina asiática del FMI en Tokio también compite por el cargo de supervisor regional. Si tiene éxito, la idea de que Asia maneje sus asuntos financieros se alejaría aun más. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/lp-aq/if/97

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