El presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso realizará a partir de este domingo una visita de tres días a Uruguay, en la que firmará cuatro acuerdos, dos de los cuales destinados al desarrollo de la frontera común.
Los cerca de 350.000 habitantes de las ciudades divididas por una avenida fronteriza (Rivera, en Uruguay, y Livramento, en Brasil) obtendrán nuevos derechos, convirtiéndose prácticamente en ciudadanos plenos de los dos países, por un acuerdo que ampliará un tratado anterior, de 1933.
Por ese documento, las llamadas telefónicas entre ambas ciudades dejarán de ser internacionales y serán cobradas como llamadas locales, como si fueran dentro de un mismo municipio.
Además los servicios municipales podrán ser compartidos, de manera que hospitales, escuelas, bomberos y otros organismos podrán servir indistintamente a ciudadanos uruguayos y brasileños.
Otro acuerdo intensificará la cooperación en la protección ambiental del Rio Quaraí, el más importante de la frontera.
Un tercero facilitará las actividades y las visitas empresariales entre los dos países. La medida eximirá, por ejemplo, a los empresarios uruguayos de depositar los 200.000 dólares exigidos para instalar negocios en Brasil, normaque contrasta con las facilidades ofrecidas por Uruguay.
Un memorando para impulsar la integración energética completa los documentos que se firmarán durante la visita de Cardoso.
La interconexión eléctrica, que se está implantando también con Argentina, exige estaciones de transformación porque en Brasil se consume electricidad en frecuencia distinta a los países vecinos.
Los proyectos de integración física en esa área se hicieron urgentes para Brasil, ante la amenaza de colapso de su sistema de generación y distribución causada por un aumento del consumo superior al previsto. En la semana pasada ya se registraron apagones en las regiones sur y sureste.
Cardoso y su par Julio Sanguinetti deberán también discutir sobre los problemas comerciales surgidos en el Mercado Común del Sur (Mercosur), a causa de restricciones brasileñas a la financiación de importaciones.
Con un déficit comercial que alcanzó 4.008 millones de dólares en los cuatro primeros meses de este año, Brasil enfrenta una amenaza de fuerte deterioro en sus cuentas externas. Sus medidas para contener las importaciones afectan gravemente a sus socios en el Mercosur, que dependen de sus exportaciones al gran vecino.
Además los dos presidentes buscarán consolidar una posición común del Mercosur en las discusiones sobre el Area de Libre Comercio de América, que prosiguen del 13 al 16 de este mes en Belo Horizonte, Brasil, en una nueva reunión ministerial de los 34 países involucrados. (FIN/IPS/mo/dg/if-ip/97