Las importaciones de Brasil crecieron 37 por ciento en abril en relación a igual mes de 1996, alcanzando la cifra récord de 5.580 millones de dólares y llevando el gobierno a adoptar una medida para frenar el consumo.
La decisión gubernamental aumenta de seis a 15 por ciento el Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF), pero sólo en lo relativo al crédito a las personas físicas. Ello afectará especialmente al comercio de bienes durables, como automóviles y productos eléctricos y electrónicos de uso doméstico.
Hace varios meses el mercado temía medidas más fuertes, como el alza de las tasas de interés o la fijación de plazos cortos para el crédito al consumo, como forma de contener la demanda interna y así controlar el creciente déficit comercial del país.
Pero las autoridades esperaban una natural reducción del ritmo de expansión de la demanda ante el crecimiento de la insolvencia de los consumidores tras la euforia de compras en los últimos años, explicó José Roberto Mendonza de Barros, secretario de Política Económica.
Como ello no ocurrió, el gobierno optó por "la medida más blanda" que podría adoptar, comentó, reconociendo que acortar los plazos de financiación golpearía duramente al comercio.
En abril Brasil logró ampliar sus exportaciones a 4.629 millones de dólares, 8,3 por ciento más que en el mismo mes del año pasado, debido al inicio del período anual de mayores ventas externas de productos agrícolas.
Pero se frustraron las esperanzas de reducir el desequilibrio de la balanza ante el inesperado aumento de las importaciones. El déficit comercial de abril lleg'ó a 951 millones de dólares, haciendo prever un total de hasta 15.000 millones para todo este año.
En los cuatro primeros meses el desequilibrio ya alcanzó 4.008 millones de dólares, acercándose al total registrado en 1996, que fue de 5.539 millones de dólares.
Para evitar un deterioro peligroso de las cuentas externas, el gobierno brasileño viene adoptando medidas relativamente suaves, evitando la devaluación cambiaria o el aumento de las tasas de interés.
En marzo impuso a los importadores el pago al contado de sus compras externas financiadas en plazos de hasta 360 dias.
Esa medida provocó una fuerte reacción de los socios de Brasil en el Mercado Común del Sur (Argentina, Paraguay y Uruguay). En respuesta decidió efectuar una pequeña concesión, limitando las restricciones a las importaciones hasta 40.000 dólares.
Para seguir atrayendo más capital extranjero y financiar el déficit de las cuentas externas, el gobierno también recurrió al propio IOF.
Pero en este caso eximió el ingreso de recursos externos del impuesto, que estaba fijado en siete por ciento desde agosto de 1995, cuando el objetivo era, por el contrario , desestimular la llegada excesiva de esas inversiones especulativas. (FIN/IPS/mo/dg/if/97