Buena parte de los secretos de la poetisa cubana Dulce María Loynaz, muerta este domingo, serán revelados este año cuando salga a la luz el epistolario titulado "Las cartas que no se extraviaron".
Aldo Martínez Malo, biógrafo de Loynaz que fuera también su amigo íntimo, reveló a la prensa cubana que los dos tomos, de 400 páginas en total, reúnen tantas revelaciones que podría "leerse como un bestseller".
"Ahí se mencionan, con ironía y mordacidad increíbles, nombres de personalidades y momentos trascendentes de la época y se revela información sorprendente", dijo Martínez, que logró vencer la resistencia de Dulce María a la divulgación de sus misivas.
La noticia trascendió poco después de la muerte, este domingo, de la escritora de 94 años, que fuera considerada una de las más importantes figuras de las letras hispanoamericanas de este siglo.
Nacida en La Habana el 10 de diciembre de 1902, Dulce María publicó su primer poema en 1920, dejó varios libros de poesía, un diario de viajes y su novela "Jardín" y en 1992 mereció el premio Cervantes de Literatura, otorgado en España.
La agencia cubana Prensa Latina catalogó este martes las cartas de Dulce María como "insospechadas" por el "afilado humor" con que la autora habla de su vida y de los intelectuales que conoció.
El primer tomo de la selección agrupa las cartas escritas entre 1929 y 1945 a personalidades como el español Juan Ramón Jiménez, la chilena Gabriela Mistral y los cubanos Emilio Ballagas y Virgilio Piñera.
El segundo reúne las cartas escritas por Loynaz a Martínez Malo, en las décadas del 60 y del 70, y que coinciden con los peores tiempos de su vida, cuando sufrió la muerte de su hermana Flor y de su esposo, el periodista de origen canario Pablo Alvarez de Cañas.
Dulce María, que sólo a Martínez escribió más de 2000 cartas, interrumpió su costumbre de cartearse en 1991 cuando la pérdida de la vista le impidió seguir escribiendo a lápiz o bolígrafo, pero nunca a máquina, sus obras literarias y sus misivas.
Martínez le tomó a Dulce María sus últimas fotos y sostuvo una conversación telefónica con ella el sábado, pocas horas antes de que muriera víctima de un cáncer de hígado.
El amigo de la poetisa también prepara una biografía a partir de un amplio fondo de documentos originales entregados con ese fin por la autora de "Un verano en Tenerife" (1953).
"Dulce María Loynaz sabía ser una gran amiga, alguien convencido de que la amistad era el amor sin alas. Tengo en la memoria, aún con vida, muchas conversaciones", dijo Martínez.
"Ningún secreto de ella se me resiste", agregó el biógrafo y aseguró que todos sus recuerdos de Dulce María, cosechados a lo largo de una amistad de más de 30 años, "estarán en la biografía". (FIN/IPS/da/dg/cr/97