ARABIA SAUDITA: La peregrinación continúa a pesar del desastre

Más de dos millones de musulmanes continúan en la última etapa del "Haj" (peregrinaje) en La Meca, Arabia Saudita, a pesar del incendio que atrapó a 70.000 musulmanes este martes y que mató a alrededor de 250 personas.

Los peregrinos vestidos de blanco siguieron dirigiéndose al monte Arafat, en las afueras de La Meca, a pesar de que las autoridades sauditas comenzaron cerca de allí la difícil tarea de identificar las víctimas del fuego.

Funcionarios de Emiratos Arabes Unidos reprocharon a los organizadores del Haj pues, si la causa del fuego fue el estallido de un balón de gas para cocina, como se sospecha, es señal de que no suministraron alimentación a los peregrinos.

Los testigos informaron a la prensa saudita que docenas de personas murieron abrasadas por el fuego y el resto en la estampida generada por el pánico. La cifra oficial de fallecidos asciende a 217, pero son, con seguridad, muchos más.

Altas llamas azuzadas por fuentes vientos alcanzaron 25 kilómetros cuadrados de tiendas de peregrinos apiñadas en las llanuras de Mina, a cinco kilómetros de La Meca, occidente de Arabia Saudita.

Diplomáticos del sudeste de Asia apostados en Riyadh y Jeddah dijeron a IPS que el número de muertos y heridos es incierto, y sostuvieron que la mayoría de los fallecidos procede de India, Pakistán y Bangladesh.

Diarios sauditas informaron este miércoles que el fuego devoró también tiendas de peregrinos de Malasia, Indonesia, Siria, Líbano, Egipto, Sudán, Yemen y Marruecos.

El proceso de conteo e identificación de cadáveres no concluirá hasta que los peregrinos abandonen Arabia Saudita y las autoridades analicen los formularios de ingreso al país que no fueron reclamados.

Esta es la última tragedia ocurrida durante la peregrinación anual a La Meca, la ciudad más sagrada del mundo musulmán. El Corán ordena a todos los musulmanes a realizar el Haj al menos una vez en la vida si su disponibilidad económica y su salud se los permite.

El fuego se desató mientras los peregrinos en Mina se preparaban para las oraciones vespertinas y fue combatido durante cinco horas por camiones de bomberos y desde helicópteros militares.

La mayoría de los musulmanes que cumplieron alguna vez con el Haj coinciden en que, a pesar de las exhaustivas medidas de seguridad que toman las autoridades sauditas, la aglomeración de gente de diferentes procedencias y que hablan tantos idiomas hace de la previsión de accidentes una tarea dificilísima.

"Visité el año pasado un campamento malayo y, para mi sorpresa, vi que muchos ancianos cocinaban en un horno ubicado entre varias tiendas", relató un musulmán a IPS.

Hace dos años, un pequeño incendio en un campamento cerca de Mina provocó tres muertes y heridas a 99 personas.

La peor de las tragedias registradas en La Meca ocurrió en 1990, cuando 1.426 peregrinos, la mayoría de Malasia, Indonesia y Pakistán, se aplastaron hasta morir en una estampida en un túnel. Cuatro años más tarde, 270 fieles murieron en otra estampida.

En 1989, la explosión de dos bombas causó una muerte y heridas a 15 personas y cinco paquistaníes murieron al incendiarse un campamento. Más de 400 iraníes murieron en 1987 en choques armados con funcionarios de seguridad sauditas, tras lo cual Teherán prohibió a sus ciudadanos el peregrinaje.

En 1979, varios cientos de opositores a la monarquía saudita se atrincheraron armados durante dos semanas en la principal mezquita de La Meca, donde tomaron muchos rehenes, 153 de los cuales resultaron muertos y 560 heridos.

En los últimos 10 años, el gobierno de Arabia Saudita, custodia oficial de los dos principales sitios sagrados del Islam, gastó alrededor de 18.600 millones de dólares en infraestructura destinada a los peregrinos en La Meca y sus alrededores.

El sitio más vigilado es la Gran Mezquita, donde se ubica la Cahaba, roca negra en forma de cubo cubierta de seda negra adornada con oro hacia donde miran los musulmanes de todo el mundo en sus oraciones.

Las autoridades sauditas recuerdan con insistencia a los peregrinos que deben cumplir las instrucciones de seguridad, en especial en las zonas más congestionadas.

Un contingente de 37.000 médicos, enfermeros, funcionarios de seguridad, cocineros, limpiadores y recolectores de basura fueron reclutados este año por los organizadores del Haj para servir a los peregrinos.

Cámaras de vídeo instaladas en las principales calles, carreteras, puentes y túneles ayudan a vigilar los movimientos de los visitantes.

El peregrinaje anual supone un ingreso financiero formidable para Arabia Saudita. Se estima que este año el propio reino se hizo cargo de facilitar el peregrinaje de unas 600.000 personas de 60 países del mundo.

Unos cinco millones de piezas de pan y 1,5 millones de bloques de hielo se entregan a diario a los peregrinos.

Como la caridad es un elemento esencial del Haj, la ocasión es propicia para que los opulentos magnates petroleros sauditas repartan alimentos, agua mineral, refrescos y comidas calientes a los fieles, ricos y pobres, que concurren de todo el mundo. (FIN/IPS/tra-en/am/an/mj/ip cr/97

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