Venezuela se quedó hoy sin línea áerea bandera, cuando los accionistas de VIASA decidieron en una asamblea extraordinaria su liquidación amistosa, mediante la suspensión de pagos, que deja cesantes a unos 2.400 personas.
Venezolana Internacional de Aviación (VIASA) comenzó sus vuelos hace 37 años, como una compañía mixta, que pasó en 1976 a control total del Estado, para ser privatizada en 1991 y quedar a manos de la empresa española Iberia.
La asamblea se realizó en un lugar secreto para evitar el impacto de protestas de los trabajadores, que se realizaron en la sede del estatal Fondo de Inversiones y de la sede central de VIASA, con muchos pilotos y aeromozas en abierto llanto.
Los accionistas decidieron la disolución de la última junta directiva y el nombramiento de dos administradores, que mancomunadamente y en un plazo de ocho días deberán establecer los términos precisos de la extinción de la empresa.
VIASA dejó de volar el 23 de enero y desde entonces, el gobierno, que mantiene 40 por ciento del paquete accionario, exploró varias opciones para reflotarla, por el impacto social y turístico de la liquidación, pero su alto endeudamiento y de costos laborales llevó al cierre definitivo este jueves.
Cientos de empleados de VIASA, con pocas posibilidades de encontrar empleo en el restringido negocio aéreo venezolano, efectuaron una campaña para generar sensibilidad ante su situación y pasaron en vigilia la noche del miércoles al jueves.
El gobierno ha dejado ver que proyecta impulsar la rápida creación de otra compañía bandera, a la que otorgaría las rutas hasta ahora en manos de VIASA, pero portavoces del gabinete ejecutivo y del parlamento negaron toda posibilidad de aportar recursos para un proyecto de esta naturaleza.
La liquidación amistosa evita la quiebra, que dificultaría y atrasaría el pago de los derechos laborales acumulados a los trabajadores, y se logró cuando Iberia aceptó condonar 30 millones de dólares de su alegada deuda, para evitar que los pasivos fueran más altos que los activos al momento del cierre.
Además, Iberia, El Fondo de Inversiones y el Banco Provincial, socio de la empresa española con 15 por ciento de las acciones, acordaron aportar 20 millones de dólares, como un fondo especial para garantizar la liquidación de los pasivos laborales.
La cesión de pagos, denominado en el Código de Comercio venezolano "procedimiento de atraso", permite la fórmula de liquidación amistosa, que evita la quiebra, una modalidad que obliga a una investigación judicial.
Pero varios tribunales han abierto expedientes para investigar si hubo manejos dolosos en la gestión por Iberia de VIASA, por la que se pagó 145 millones de dólares por el paquete de 60 por ciento de las acciones.
Iberia y su pésima gestión de la empresa, la falta de supervisión de los representantes del gobierno en la Junta Directiva de VIASA y el rechazo de los pilotos a flexibilizar sus condiciones laborales son señaladas como causas del cierre.
VIASA realizaba unos 85 vuelos semanales en los que transportaba alrededor de 17.500 pasajeros en una veintena de rutas, que son propiedad del Estado y que mantenía asignada a la línea bandera.
La empresa ahora desaparecida tenía una especial función en la promoción del turismo, porque unía puntos europeos de gran afluencia de viajeros hacia centros turísticos como la isla de Margarita, con vuelos directos que ahora quedan sin cobertura.
Durante los tres años del actual gobierno de Rafael Caldera, el tenedor estatal de las acciones, el Fondo de Inversiones, se negó a realizar aportes de capital, lo que llevó a Iberia a realizar préstamos a su subsidiaria, con la garantía de 10 aviones y otros activos de VIASA, ahora bajo hipoteca.
Iberia asegura que la deuda a su favor totalizaba 150 millones de dólares, pero 80 millones de ese total no están claramente notariados.
Cálculos de los ejecutivos de la empresa ahora disuelta han indicado que el total de los activos sin hipoteca valen 35 millones de dólares, que irían a pagar a los acreedores, el mayor junto con Iberia la estatal empresa petrolera Corpoven.
De los montos que aduce Iberia que se le adeudan, se considera que no recuperaría unos 70 millones, lo que puede empeorar su crítica situación general, que la obligó a recurrir a un plan de emergencia financiado y supervisado por la Unión Europea.
VIASA es la segunda aerolínea venezolana que "aterriza forzadamente" con el actual gobierno, después que en octubre de 1994 se envió a la quiebra a la estatal Aeropostal, cuyos aviones fueron vendidos dos años más tarde a un grupo privado, dominado por inversionistas extranjeros y operadores locales.
La adquisición de VIASA por Iberia formó parte de una fracasada "aventura americana" de la empresa española, que también mantiene en complejos problemas a Aerolíneas Argentinas y a la chilena Ladeco (FIN/IPS/eg/ag/if/97
