ECUADOR: Nuevo gobierno enfrenta difícil escenario económico

El mayor reto del presidente interino de Ecuador, Fabián Alarcón, en los 18 meses que durará su mandato será delinear un política económica que cumpla con las expectativas de crecimiento y a la vez estabilice el clima social.

Alarcón, presidente del Congreso, fue electo en la noche de este martes por una amplia mayoría de parlamentarios -57 de los 82- poniendo fin a la crisis institucional abierta tras la destitución del presidente Abdalá Bucaram.

"El destino del país no es responsabilidad del presidente, es responsabilidad de todos quienes lo apoyaron. Ayúdenme a gobernar", dijo Alarcón en su primer discurso como presidente de Ecuador, cargo que ocupará hasta el 10 de agosto de 1998.

"La economía y la política son las caras de una misma moneda, pero en este gobierno de consenso predominarán las políticas sociales, pues no hay programa económico que se pueda sostener en base a la imposición y el sacrificio de muchos para el bienestar de pocos", afirmó.

La derogación de las medidas económicas adoptadas por el gobierno de Bucaram fue uno de los primeros decretos de Alarcón. Asimismo, consideró que la libre convertibilidad de la moneda no está de acuerdo con la economía del país.

Pero estas medidas, que detonaron la crisis social bajo el mandato de Bucaram, son indispensables, según varios analistas.

El día 6, en su último intento por mantenerse en su cargo, Bucaram derogó todas las medidas de ajuste y anunció el aumento del salario mínimo. Pero en la noche de ese mismo día fue destituido por el Congreso, que alegó su "incapacidad mental» para ejercer la Presidencia.

La decisión del Congreso fue técnicamente un golpe de Estado, que contó con el apoyo masivo de la población, señalaron analistas.

La eliminación del subsidio al gas y el transporte, y el aumento de tarifas de electricidad, agua y teléfono, significaron un duro impacto para los sectores de menores ingresos, pero lograron reducir la brecha deficitaria a un equivalente a dos por ciento del producto interno bruto (PIB).

Una vez enjugado el déficit fiscal, el equipo de Bucaram pretendía adoptar un plan de libre convertibilidad inspirado en el aplicado en Argentina por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, quien asesoró al ex presidente ecuatoriano.

En Ecuador entraría en vigencia el 1 de julio, con un tipo de cambio fijo del sucre (moneda local) respecto del dólar, lo que eliminaría la posibilidad de devaluar la moneda para ajustar la economía y reduciría los niveles inflacionarios a los de Estados Unidos (2,6 por ciento anual).

Si las nuevas autoridades se inclinan por derogar las medidas en su totalidad, el déficit fiscal llegaría de entre 4,5 a cinco por ciento del PIB, lo que equivale a 20 por ciento del presupuesto general del Estado (mil millones de dólares), según el analista Walter Spurrier.

Pero el gobierno de Alarcón tendrá poco tiempo para encaminar una política económica de largo alcance y estará signado por un proceso electoral que por lo menos durará seis meses, ya que una de las obligaciones del gobierno interino es convocar a elecciones presidenciales.

Además, los inversionistas extranjeros pensarán dos veces antes de invertir en un país que puede cambiar su escenario político en cuestión de días, dijo David Schodt, del Sant Olaf College de Minesota, especialista en Ecuador. (FIN/IPS/mg/ag/ip/97)

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