CUBA: Gobierno e Iglesia acuerdan fecha de visita del Papa

El Papa Juan Pablo II realizará su anunciada primera visita a Cuba del 21 al 25 de enero del año próximo y conversará con el presidente Fidel Castro, acordaron representantes del gobernante Partido Comunista y de la Iglesia Católica cubana.

Castro y Juan Pablo II se entrevistaron por primera vez en noviembre en el Vaticano, y las autoridades cubanas ratificaron entonces su invitación oficial al Papa para que visite el único país socialista del hemisferio occidental.

El Papa viajará a este país "invitado por los obispos cubanos y la dirección de nuestro gobierno, en su condición de Sumo Pontífice de la Iglesia Católica y soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano", comunicó La Agencia de Información Nacional (AIN).

"Durante su estancia de cinco días, el Papa se reunirá con el Jefe de Estado y con sectores de la iglesia y la sociedad, como es habitual en sus viajes", informó la AIN.

Otros detalles del programa se resolverán en "futuros encuentros" de la comisión que organiza la visita del Papa a la isla, integrada por delegados de la jerarquía católica y del Partido Comunista y del Estado.

La comisión organizadora se reunió por primera vez el jueves, para fijar la fecha de la visita de Juan Pablo II y, según los observadores, parece decida a mantener discreción sobre sus gestiones.

La presencia del Papa en Cuba era aguardada originalmente para este año, de acuerdo con el anuncio que fuentes del Vaticano realizaron después de que Juan Pablo II recibiera a Castro.

Pero la la agenda del Papa obligó a postergar su viaje hasta el primer mes de 1998, informó el 4 de enero la jerarquía católica cubana.

Sería precipitado organizar la visita para el primer semestre de 1997, y los meses más calurosos del verano cubano no son tampoco el momento más apropiado, explicó el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana.

El Papa se trasladará a Brasil en octubre y su viaje a Cuba no tendrá otra escala, sino que su itinerario será únicamente Roma- Habana-Roma, observó Ortega, en una declaración publicada por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista.

El gobierno cubano solicitó al Vaticano, al cursar en 1989 la invitación a Juan Pablo II, que la visita a Cuba no fuera englobada en una gira más amplia del Papa, según trascendidos.

Fuentes cercanas a la jerarquía católica cubana destacaron que aún no hay acuerdo en la comisión organizadora acerca del lugar en que el Papa celebrará la misa en La Habana.

Las autoridades proponen que la misa tenga lugar en algún templo católico, pero iglesia pide un lugar abierto con capacidad para recibir un gran número de personas.

El Papa rezará también la misa en el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, situado en las afueras de la ciudad de Santiago de Cuba, 967 kilómetros al este de La Habana.

La presencia de Juan Pablo II es esperada como un símbolo de entendimiento entre la Iglesia Católica y el Estado cubano. Las relaciones entre las dos partes se caracterizaron durante más de 30 años por la tensión, las contradicciones y los conflictos.

Las diferencias políticas e ideológicas, que llegaron a considerarse irreconciliables, comenzaron a ceder en esta década y, según observadores, podrían encaminarse a un pacto basado en mutua concesiones.

El gobierno cubano espera el apoyo del Vaticano en su campaña contra el bloqueo estadounidense. La iglesia pide un mayor espacio para la práctica religiosa, el permiso para el ingreso en el país de religiosas extranjeros y acceso a los medios de comunicación masiva.

Juan Pablo II condenó el bloqueo que Estados Unidos impone a Cuba al inaugurar en Roma la Cumbre Mundial de la Alimentación, unos días antes de recibir a Castro.

Por su parte, el gobierno cubano otorgó visa de entrada a unos 40 sacerdotes y monjas, aumentó sus contactos con representantes de la iglesia y abrió espacios en la prensa oficial a notas firmadas por el cardenal Ortega.

Observadores locales señalaron que el gobierno aguarda de los obispos católicos la renuncia a su práctica de tomar posición ante hechos vinculados a la vida política, económica y social del país.

"El amor sigue esperando", fue el mensaje lanzado en septiembre por Palabra Nueva, publicación mensual de la Arquidiocesis de La Habana, en alusión a una declaración firmada por la Conferencia de Obispos Católicos en 1993.

El documento, titulado "El amor todo lo espera", provocó el último gran conflicto entre la Iglesia y el Estado, por contener un análisis crítico de la sociedad cubana, que atravesaba entonces uno de los peores momentos de la crisis económica estallada en 1990. (FIN/IPS/da/ff/ip cr/97

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