Una obra calculada por el gobierno del Distrito Federal de Brasil en 4.000 dólares se ejecutó por 2.500. Se trata de un abrigo para una parada de autobús, cuyo costo se redujo a causa del Presupuesto Participativo, por el cual la población decide prioridades en materia de inversión pública.
Esta es una de las sorpresas que revela el análisis de dos años de implantación de una política de asociación entre el gobierno local de Brasilia y la comunidad en la asignación de recursos públicos, un área siempre crítica.
El Presupuesto Participativo, practicado inicialmente en Porto Alegre y adoptado por algunas otras alcaldias, llegó al Distrito Federal en 1995, bajo la gestión del gobernador Cristovam Buarque. Ese fue un año de prueba de esa "nueva manera de gobernar", como dice el gobernador.
Después se pasó a la implantación y ahora, en 1997, tercer año, llegó el momento del perfeccionamiento, señaló la coordinadora ejecutiva del programa, Laurie Miller.
"El perfeccionamiento exigirá de todos más calidad en el trabajo. No habrá cambios en lo ya implantado, pero buscaremos mayor participación de la población, además de mejorar el elenco de técnicos", explico Miller.
Pero una novedad será adoptada este año: la ampliación de los plazos de discusión en el Foro de Delegados, para que el gobierno local y la población tengan más tiempo para tomar decisiones.
Esa fase será de dos meses y medio, por lo menos, mientras el año último no alcanzó a un mes. Representa, en la práctica, más poder para los foros.
Eso será posible porque la oficina de coordinación resolvió que ya no será necesario aguardar el final de la primera etapa, de reuniones plenarias en cada ciudad del Distrito Federal, para comenzar la segunda, en la que se perfila la definición de prioridades. Anteriormente se aguardaba que cada ciudad concluyera la primera fase.
Otra novedad es que la oficina de coordinación solo acompanará el trabajo. Las Regiones Administrativas tendrán la responsabilidad de impulsar el proceso hasta agosto, cuando probablemente la propuesta será entregada formalmente al gobernador. Este la presentará a la legislatura, junto con el resto del proyecto de presupuesto.
Las inversiones representan entre cinco y 10 por ciento del presupuesto total del Distrito Federal. El Presupuesto Participativo discute el capítulo de inversión.
Dentro del rubro, el gobierno local clasifica las obras en dos categorias. En primer lugar, las obras de infraestructura, las de mayor alcance, por comprender más de una Región Administrativa y consideradas esenciales para la planificación del gobierno.
Esos proyectos pasan directament al Consejo del Presupuesto Participativo, una instancia que examina cuestiones más amplias y adopta las decisiones finales.
La segunda categoría corresponde a las obras que interesan directamente a la población de una determinada región. La discusión se desarrolla en este caso en los foros, instancias intermediarias compuestas por delegados elegidos por la población, que examinan las prioridades señaladas por los vecinos.
Las obras de infraestructura son iniciativa del gobierno del Distrito Federal, que las lleva al Consejo para discusión, perfeccionamiento o modificaciones. Mientras, los proyectos sometidos al examen de los foros son sugeridos por la propia comunidad.
Los técnicos tuvieron otra sorpresa, ante las sugerencias de la población. Aunque la salud, la educación y la infraestructura mantienen condición prioritaria, la solicittud de obras en las áreas de cultura, deportes y esparcimiento casi dobló la cantidad presentada en 1995. Las iniciativas para esos sectores se incrementaron de 2.700 a 5.000.
El hecho ocurrió incluso en las localidades más pobres del Distrito Federal. En algunos casos se reemplazó inversiones en obras urgentes por un teatro o un centro de deportes. (FIN/IPS/ab/ff/97
