Un acuerdo firmado esta semana entre asociaciones de transporte marítimo de Taiwan y China podría indicar la decreciente importancia de Hong Kong para Taipei, y un paso hacia el desarrollo de vínculos más directos con los puertos de China continental.
Al menos, el acuerdo firmado en Hong Kong entre la Asociación de Transporte Marítimo del Estrecho de Taiwán, establecida en Taipei, y la Asociación para el Transporte Marítimo a través del Estrecho de Taiwán, con sede en Beijing, tiende a restaurar los embarques limitados a través del estrecho por primera vez en casi 48 años.
El negociador de Beijing, Meng Guangju, predijo que las próximas conversaciones conducirán a una "apertura gradual" de los vínculos directos entre Taiwan y China continental, que Taipei siempre obstruyó.
El plan, revelado en 1995, involucra principalmente a mercancías no destinadas al mercado taiwanés, sino a aquellas que son posteriormente reembarcadas hacia otros países, especialmente Estados Unidos.
Las negociaciones sobre la propuesta, que originalmente procedió de Taiwan, se demoraron debido a la furiosa reacción de Beijing ante el viaje del presidente taiwanés Lee Teng Hui a Estados Unidos, en 1995, y posteriores hostilidades a comienzos de 1996, cuando China realizó amenazantes ejercicios militares en el Estrecho de Taiwan.
Ni Beijing, que considera a Taiwan como una provincia renegada, ni Taipei, mostraron desde entonces ningún interés real en conversaciones sobre relaciones directas o reunificación de China y Taiwan.
Pero la urgente necesidad de aclarar los temas de transporte marítimo ante la inminencia del traspaso de la colonia británica de Hong Kong a China, el próximo 30 de junio, ha acercado a ambas partes, al menos en el ámbito económico.
Sin ese acuerdo, Beijing teme que se produzca una sustancial desinversión de empresas taiwanesas en China, porque sus productos no podrán embarcarse hacia fuera del país.
Actualmente, Hong Kong es económicamente importante para Taiwan como centro de embarque, particularmente de mercaderías comerciadas entre Taiwan y China, que no pueden transferirse directamente debido a una prohibición de los vínculos directos.
El propio gobierno chino ansía resolver el tema del transporte marítimo debido a la sobrecarga del puerto de Hong Kong, que ha causado crecientes demoras en el embarque de productos desde y hacia China.
Pero irónicamente, el acuerdo entre Taipei y Beijing para derrotar el traspaso de Hong Kong podría significar la muerte de la actual colonia como importante punto intermedio de embarque para Taiwán y promover las relaciones directas a través del estrecho.
Cuando Hong Kong se reintegre a China, la utilización de su puerto no ofrecerá ninguna ventaja a Taiwan, y ésta deberá procurar otras rutas de reembarque o avanzar hacia la formación de lazos más directos con el continente.
Por ahora, el gobierno de Taiwan sostiene que las relaciones con Hong Kong deben preservarse porque de esa forma se reduce la presión de los empresarios en favor del establecimiento de vínculos directos con China continental.
Pero los intereses políticos y comerciales de Taipei son claramente contradictorios. Mientras funcionarios de gobierno hablan de "ampliar" las relaciones económicas con Hong Kong, el Ministerio de Economía se dispone a endurecer las condiciones para las inversiones taiwanesas en la colonia.
Las medidas en consideración incluyen la prohibición a los empresarios taiwaneses de utilizar Hong Kong para invertir en China continental a partir del 1 de julio, aunque cualquier inversión en el propio Hong Kong será considerada extranjera, tal como ahora.
Actualmente, los inversores taiwaneses necesitan el permiso de Taipei para invertir en China, y existen varias restricciones sobre los tipos de inversión permitidos.
La incertidumbre ha causado nerviosismo entre los inversores taiwaneses en Hong Kong. El grupo Formosa Plastics trasladó este mes su sede de Hong Kong a las Islas Vírgenes, en el Caribe, y otras corporaciones podrían seguir el mismo camino. (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ml/if-ip/97
