Las negociaciones para liberar a los 103 rehenes que tiene en su poder el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) en la embajada de Japón en Perú entraron a una nueva fase con el primer encuentro personal entre el interlocutor del gobierno y el jefe del comando guerrllero.
El encuentro entre el ministro de Educación, Domingo Palermo y Nestor Cerpa, lider del MRTA, se realizó al promediar el úndecimo día del copamiento de la embajada nipona y sugiere un inminente desenlace de las negociaciones.
Palermo permaneció durante tres horas y media en la sede diplomática y minutos despues de su salida, el MRTA anunció que liberaria 20 rehenes, entre ellos los embajadores de Malasia y Républica Dominicana e hizo leer un comunicado a un empresario peruano, tambien liberado.
El comunicado, suscrito por Cerpa, protesta por el calificativo de terrorista que los medios de comunicación utilizan para referirse al MRTA, y deslindó diferencias con la organizacion subversiva maoista Sendero Luminoso, de la que dijo que pone en práctica una violencia irracional.
Tambien critica los violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas contrainsurgentes y demandó mejorar las condiciones carcelarias que sufren los emerretistas presos.
No apareció en el tercer comunicado del MRTA la exigencia en nombre de la cual tomaron la embajada el 17 de diciembre: la libertad de los 458 militantes y jefes del MRTA presos en distintas carceles del país.
Con Palermo ingresó a la sede diplomática el obispo de Ayacucho, Luis Cipriani, amigo personal del presidente Alberto Fujimori y cuya intervención como mediador desde el miercoles 25 generó las primeras espectativas consistentes de una solución pacífica en marcha.
Cipriani negó entonces realizar función mediadora y afirmó que solo ingresa a la embajada en misión pastoral, pero sus declaraciones en favor de una solución negociada y su insistencia en el perdón y reconciliación, así como la confirmación de sus conversaciones con Cerpa fueron consideradas significativas.
Hasta el 25, las negociaciones se realizaron unicamente a través de dos comisiones conformadas por ex rehenes que portaban comunicados de Cerpa y mediante mensajes intercambiados con ayuda del jefe de la oficina de la Cruz Roja Internacional en Lima, Michel Mining.
A medida que las negociaciones se realizaban a través de interlocutores de mayor rango, las conductas del presidente Fujimori y del guerillero Cerpa fueron cada vez más contrastadas y diferentes.
Fujimori rechazó desde el primer momento cualquier posibilidad de acceder a la demanda fundamental de los guerrilleros: canjear la libertad de los rehenes por la de los 458 emerretistas presos en distintas cárceles del pais.
Luego cortó el agua, la energía eléctrica y los teléfonos (incluso bloqueó los teléfonos celulares) en una decisión que no fue recibida por los rehenes, porque las condiciones en la+ embajada en donde estaban encerrados alrededor de 450 cautivos se hicieron casi insoportables
