HAITI: Aristide regresa a la política y sorprende a aliados

La vuelta del ex presidente de Haití, Jean Bertrand Aristide, a la política activa, con la fundación de su nuevo movimiento, sorprendió a la coalición de gobierno que encabeza el Movimiento Lavalas y a la que él mismo contribuyó a imponer en el poder.

Aristide, quien dejó la presidencia hace nueve meses, atribuyó la crítica situación económica de Haití a la desigualdad entre los países en desarrollo y los industrializados y llamó a la población de su país a combatir la pobreza.

El ex mandatario convocó a alrededor de 3.000 campesions y activistas en Jacmel, 80 kilómetros al sudeste de Puerto Príncipe, y manifestó que las reformas económicas impuestas por entidades financieras internacionales en otros países de América Latina y en el Caribe aumentan la miseria.

La manifestación celebrada este domingo fue la primera en la que Aristide explicó el origen de su flamante movimiento político, Famni Lavalas (Familia Lavalas), el cual, afirmó, no es un partido.

Haití, recordó el ex presidente, ayudó a movimientos de independencia en otras naciones del hemisferio, entre ellos Colombia, Ecuador, Estados Unidos y Venezuela, pero su escaso desarrollo lo convierten en uno de los 20 países más pobres del planeta.

Además, criticó las desigualdades de riqueza entre el Norte industrializado y el Sur en desarrollo y sostuvo que los programas de ajuste estructural como los promovidos en Haití no harán otra cosa que aumentar la brecha.

Aristide afirmó que esas reformas económicas no tuvieron efectos positivos en América Latina y el Caribe y que, por el contrario, los países de la región se ven impedidos de suministrar niveles decentes de educación y salud a su población.

"En todo el mundo, 1.600 millones de personas viven en la miseria, 240 millones en América Latina. La riqueza de los 358 billonarios más ricos del planeta representa la mitad de todo el resto. La asistencia externa representa apenas 0,3 por ciento del producto bruto del mundo industrializado", dijo.

Aristide pasó los últimos seis meses conversando con unos 100 allegados, entre ellos religiosos, con la intención de impedir la disolución de su base política.

"El propósito de Familia Lavalas es darnos un canal a través del cual compitan candidatos a la función pública. Nuestra intención no es crear un partido para competir con otros partidos, sino facilitar la participación de todos los sectores de la sociedad en la toma de decisiones políticas", afirmó.

El ex mandatario afirmó que el nuevo grupo no es un "partido político" y alertó sobre posibles "campañas de desinformación" que afirmarían lo contrario.

"La situación está peor que hace 10 años, aunque nuestros enemigos son menos visibles de lo que eran durante las dictaduras. Y uno de nuestros enemigos es la desinformación", afirmó Aristide.

"No se ve tan claro como en una dictadura, pero créanme, está todo preparado para desestabilizarnos", agregó.

El anuncio sobre la creación de un nuevo movimiento encabezado por Aristide generó sorpresa entre dirigentes de los partidos que componen la coalición izquierdista en el gobierno y provocó especulaciones en la prensa.

Varios dirigentes de izquierdas e incluso altos funcionarios del gobierno concurrieron al acto en Jacmel, aunque ninguno de ellos fue oficialmente invitado por el ex presidente.

"No puedo especular sobre sus objetivos, aunque, por lo que entendí, (Familia Lavalas) es de un partido político", afirmó el senador Yivelt Cherry, miembro del directorio de la Organización Política Lavalas, principal partido de la coalición que respalda al presidente René Préval.

Cherry dijo creer que la creación de este nuevo grupo brindaría un nuevo canal de transmisión del movimiento Lavalas al poder.

El legislador, quien preside la Comisión de Obras Públicas que supervisa la privatización de nueve empresas estatales, sostuvo que su partido respalda firmemente las reformas económicas impulsadas por Preval desde el inicio de la presidencia.

Cherry calificó de hipócritas a los dirigentes de Lavalas que se oponen públicamente a las reformas, pues, afirmó, las aceptan en privado.

"Muchos de los que se oponen más fuertemente tramitan desde ahora la compra de acciones de las empresas a privatizar. Algunos parlamentarios que se oponen a los contratos concurren a embajadas extranjeras para asegurarles que la ley sería aceptable para la comunidad financiera internacional", declaró.

El alcalde de Puerto Príncipe, Joseph Emmanuel Charlemagne, se reservó su opinión sobre la fundación del movimiento político de Aristide, si bien le exhortó a "estabilizarse y actuar constructivamente y sin demagogia".

"Algunos quisieran ver enfrentamientos entre Aristide y yo, pero de mi parte esto es una cuestión de principios. Creo que esta iniciativa será buena, pues Aristide sabe rodearse de gente honesta", dijo Charlemagne a IPS.

Activistas políticos, entre ellos militantes de organizaciones femeninas, difundieron panfletos críticos hacia la forma como Aristide gobernó cuando regresó a la presidencia en octubre de 1994. (FIN/IPS/tra-en/imc/pz/mk/mj/ip/96

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