INDIA: Los ricos gastan millones en busca de la perfección física

Los ricos de India, en especial las mujeres, comenzaron a afinar sus cinturas y a expandir sus pectorales, deslumbrados por las imágenes de las estrellas en las pantallas de sus televisores.

Perder kilogramos es la última moda entre los integrantes de la clase alta de las ciudades indias. Para satisfacer esa demanda, abren sus puertas numerosos "clubes de salud" y "clínicas de belleza".

Se encuentra de todo, desde gimnasios bien equipados con aparatos y saunas y médicos y dietistas a la orden, ubicados en hoteles elegantes, hasta opciones más baratas, aunque no lo suficiente para que todos puedan apelar a ellas.

La familia de Madhukar Talwalkar posee una cadena de diez "clubes de salud" en Mumbay (la antigua Bombay), con unos 30.000 socios y muchos más que esperan en fila para afiliarse.

"Déme tres años y le daré el cuerpo que usted quiere. Todos desean verse bien, ser fuertes y musculosos", sentencia Talwalkar, con una voz que se parece a la que promociona su negocio por la televisión.

Por una cuota anual de 250 dólares (más de lo que gana en un mes un profesor universitario), los clientes de Talwalkar pueden usar los gimnasios y saunas de su club.

Si alguien desea desembarazarse de cinco kilogramos, deberá pagar unos 70 dólares en un mes, que se elevarán a 350 si acepta un programa de ocho meses que promete la pérdida de 30 kilogramos.

Los socios habituales de estos gimnasios y clínicas son los millonarios ociosos o las jóvenes que no tienen más expectativa que el matrimonio. En total, estos grupos sociales suman apenas tres por ciento de los 900 millones de habitantes de India.

En el barrio de Juhu, donde los bienes inmuebles son tan caros como en Nueva York o Tokio, algunos socios de los "clubes" se quejan de lo atestadas que están sus instalaciones.

"Estoy deprimida… Hago gimnasia una hora y media todos los días, pero es inútil", se lamentó una bella y delgada mujer que salía de un gimnasio.

Desde la calle, a través de los cristales, se veía a estudiantes y mujeres mayores, todas ellas con ropas ceñidas importadas de Londres o Singapur, sobre máquinas diseñadas para achatarles el vientre y afinar sus piernas.

"No vienen muchas mujeres que trabajan, pues la demanda es terrible y nuestros horarios están atestados", dijo Talwalkar, candorosamente, cuando se le preguntó si sus clubes eran apenas un espacio de encuentro para las aburridas esposas de los nuevos ricos de India.

"La gente viene aquí porque quieren adelgazar a cualquier precio, sin importar si su hemoglobina baja o pierden demasiado peso", agregó el empresario.

Cuarenta por ciento de los socios desertan. No es fácil parecerse a la supermodelo india Madhu Sapre. Pero Talwalkar no tiene de qué quejarse. Sus ingresos, libres de gastos, ascienden a dos millones de dólares al año.

La industria ofrece de todo, desde adelgazamiento al instante, pasando por la acupuntura, terapia con algas, estiramiento facial y lipoaspiración hasta la estimulación electromuscular, que consiste en introducir electrodos en el cuerpo para tonificar músculos y "quemar" hasta 500 calorías en media hora.

Además, se venden pastillas con nombres tentadores que prometen reducción de peso sin las molestias que suponen los ejercicios o las dietas.

El bisturí es otro recurso al que apelan los perseguidores de la perfección física. Se estima que los cirujanos plásticos indios se embolsan siete millones de dólares al año.

Pero este mecanismo tiene riesgos. Una bibliotecaria de 45 años, residente en Mumbai, pagó más de mil dólares por una lipoaspiración para remover 2,5 kilogramos, pero murió 24 horas después de la intervención quirúrgica.

"No estoy, en realidad, preocupada por mi salud. Mi intención es verme bien", confió una joven que esperaba, ceñida en un traje negro de licra, que la recibiera su dietista en el noveno piso de un centro médico en Colaba, al sur de Mumbay.

Anjali Mukerjee, de AM Healthcare, un consultorio sobre dietas en Mumbai, dijo que la mayoría de sus clientes son adolescentes, modelos y actores de televisión, todos ellos preocupados por la belleza física. "Garantizamos resultados fenomenales", dijo.

"Las adolescentes no quieren comer más. La anorexia se está estableciendo en India. Cada segundo, una joven se mira la cintura en un espejo. La mayoría de las modelos están demacradas o por debajo de su peso ideal debido a los criterios internacionales de modelaje", sostuvo Mukerjee.

Ujjwala Raut, de 18 años, ganó este año un concurso de belleza. Odió abandonar los helados y los chocolates, pero la ganadora del certamen el año pasado le recomendó "estar tan delgada como fuera posible", según declaró a los periódicos.

La preocupación por la belleza es todavía un fenómeno puramente urbano, limitado a una estrecha franja social. Millones de mujeras profesionales y trabajadoras están demasiada preocupadas por el sustento como para preocuparse por sus fealdades reales o imaginarias. (FIN/IPS/tra-en/mm/an/mj/he pr/96

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