Autoridades deportivas y funcionarios de gobierno de Guatemala se acusan mutuamente de la tragedia que causó más de 80 muertos y un centenar de heridos en un estadio de fútbol la semana pasada.
Cuatro comisiones se encuentran investigando lo ocurrido para tratar de establecer quién fue responsable de esos hechos, producidos el día 16 tras una avalancha en el estadio Mateo Flores, donde 50.000 personas presenciaban un partido entre las selecciones de Costa Rica y Guatemala.
Las investigaciones señalan como causas principales de la tragedia la sobreventa de boletos, la falta de seguridad en el estadio y la lentitud para abrir las puertas auxiliares por los funcionarios.
La emisión de boletos falsos se señaló también como causa de la saturación del estadio. Sin embargo aún no se sabe cuántas entradas fueron falsificadas ni quiénes lo hicieron.
Mientras unos creen que fue la multitud que pugnaba por entrar la que generó la tragedia tras la destrucción de una puerta de acceso al recinto, funcionarios de gobierno aseguran que los incidentes se ocasionaron por una riña al interior del estadio.
Ferdy Berganza, gerente de la Comisión de Selecciones de Fútbol, encargada de la organización del espectáculo, afirmó que la responsabilidad de la seguridad correspondía a las fuerzas del orden.
De la misma opinión es Rolando Castro, presidente de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG).
La comisión de alto nivel conformada para investigar lo ocurrido informó que la CDAG entregó a la Comisión de Selecciones tres aforos distintos para el partido.
"Uno 'normal' de 37.564 aficionados, otro llamado 'posible' con 42.555 personas y el último de 'máximo congestionado' con 47.555 personas en el estadio", siendo este último el número aproximado de boletos que se pusieron a la venta, a los que se sumarían los falsificados.
El Colegio de Ingenieros de Guatemala comenzó este viernes el estudio de campo para determinar el aforo real del estadio.
La venta de bebidas alcohólicas en el interior del escenario deportivo también fue constatada, pese a que existe total prohibición para ello.
Resta conocer quién autorizó el ingreso de licor, ya que se señaló que muchas personas se encontraban en estado de ebriedad.
Según la Comisión nada se hizo para garantizar que los taquilleros prohibieran el ingreso a quienes portaban boletos falsificados y para identificarlos.
El Ministro de Gobernación (Interior), Rodolfo Mendoza, acusó a su vez a los dirigentes deportivos de "pretender zafar el bulto", eludiendo su responsabilidad.
Las autoridades del fútbol son responsables de la cantidad de personas que ingresó al recinto y a la policía no le correspondía verificar si las entradas eran verdaderas o falsas, declaró por su lado el viceministro de Gobernación, Salvador Gándara.
"Se nos pidió dar seguridad, despejar las entradas y salidas que lastimosamente fueron usadas para el trabajo de los bomberos que sacaban a las víctimas y para todo ello asignamos a 365 elementos y varias unidades, por lo que nosotros cumplimos", señaló.
El presidente de la Federación de Fútbol, Rolando Pineda, recordó a Gándara que cuando los presidentes Alvaro Arzú de Guatemala y José María Figueres de Costa Rica llegaron al estadio los policías abandonaron sus posiciones y corrieron hacia el palco.
El Ministerio Público programó para el próximo lunes una reconstrucción de los hechos en las instalaciones del Mateo Flores.
El Fiscal General, Héctor Pérez Aguilera, informó también que la semana próxima el Ministerio Público escuchará la versión de alrededor de 25 testigos.
Por su parte, los familiares de las víctimas consideraron que se han configurado delitos de homicidio culposo y los responsables no deben quedar impunes.
Sofía Vásquez, madre de nueve niños que perdió a su esposo, presentó una demanda contra el Estado de Guatemala, al que acusó de no haber cumplido su deber de asegurar la vida, la libertad y la seguridad de los ciudadanos. (FIN/IPS/cz/dg/ip-sp-pr/96
