Una lluvia de réplicas recibió en Italia una dirigente de izquierda, que cuestionó el llamado a protestas callejeras en apoyo de las mujeres afganas por suponer que sería una "coartada" de la comunidad internacional para eludir medidas "más incisivas".
"¿Estamos seguras de la validez universal de nuestros principios? ¿Es mejor desfilar en bikini o 'topless' que salir a la calle con el velo?", como obligan los talibán a las mujeres afganas, se preguntó la periodista Miriam Mafai, del gobernante Partido Democrático de Izquierda (PDS).
"¿No será que se solicita nuestra presencia en las calles con carteles, pancartas y consignas para dar una especie de coartada o cobertura a los mismos gobiernos y a las organizaciones internacionales que no logran o no quieren asumir decisiones más incisivas?", dijo Mafai, una conocida periodista.
Feministas históricas, compañeras de su partido, ministras y diputadas, reaccionaron con vehemencia a la intervención de Mafai el lunes en el diario La Repubblica.
"¿Alguien puede creer que los talibán sean sensibles a nuestras voces?", agregó la dirigente del PDS, para rechazar la invitación a la opinión pública mundial a movilizarse en ayuda de las mujeres de Afganistán formulada por el comisario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los derechos humanos, José Ayala-Lasso.
El movimiento Talibán, conformado originalmente por estudiantes del Corán, capturó Kabul el 27 de septiembre y controla dos tercios del territorio de Afganistán, donde aplica con rigor la sharia, o ley islámica.
Los decretos de Talibán condenan a las mujeres afganas a la marginación, la ignorancia y la opresión, prohibiéndoles estudiar y trabajar y obligándolas a usar en la calle el "burqa", un manto que cubre el cuerpo de la cabeza a los pies.
Las interrogantes de Miriam Mafai "aterrorizaron" a la escritora Daccia Maraini, porque, a su juicio "no está en discusión la libertad de llevar el velo ni el problema más complejo de la obligación a la belleza a que se impone a las mujeres occidentales".
"Aquí se habla de violación de derechos humanos, derechos sagrados como el de salir, ir a la escuela y trabajar. Además, no es verdad que sea inútil manifestarse por las mujeres afganas: los talibán han sido ayudados por Estados Unidos, que es muy sensible a las manifestaciones callejeras".
Adriano Sofri, que fue dirigente de la desaparecida izquierda extraparlamentaria, dijo que prefería pensar que el comentario de Mafai "es una provocación".
"Si Mafai hubiera hablado en serio, yo diría que se ha vuelto loca, pero me imagino que quería demostrar la hipocresía de las organizaciones internacionales y criticar algunos excesos de la cultura feminista", declaró Sofri.
Agregó que en Afganistán son violados valores, como el habeas corpus, que no pueden ser puestos en discusión. "Es necesario manifestarse, y de inmediato".
Bia Sarasini, directora Noi, Donne (Nosotras, Mujeres), recordó que en la Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada hace un año en Beijing, también mujeres de países no occidentales puntualizaron que no tiene sentido la acusación de razonar en términos de colonialismo cultural cuando se habla de elementales derechos humanos.
La ministra para la Igual Oportunidad, Anna Finocchiaro, señaló que las mujeres afganas estaban acostumbradas a estudiar y a trabajar, y de improviso, un nuevo régimen lo impide.
No está en discusión la tutela de las diferencias culturales, el respeto por quien decide llevar el "chador", sino que en Kabul "se ha impuesto una ley que no es aceptada por las mujeres, que las mortifica", observó Finocchiaro.
"No se puede dejar solos a a individuos y organizaciones que luchan en los países donde los derechos civiles son violados", destacó a su vez la diputada Giovanna Melandri, del PDS.
Mientras, Marida Bolognesi, presidenta de la Comisión de Asuntos Sociales de la Cámara de Diputados, respondió a Mafai que "no es justo debilitar la fuerza de la solidaridad entre los pueblos y entre las mujeres".
Bolognesi admitió que la ONU podría usar los instrumentos a su disposición para defender a las mujeres afganas, "además de invitar a la gente a manifestaciones callejeras". (FIN/IPS/jp/ff/hd/96)
