La utilización del suministro de alimentos como arma de presión política y económica constituye el principal punto de debate entre los redactores de los documentos a aprobar por la Cumbre Mundial de la Alimentación, se informó hoy.
Tras horas de discusiones, que se prolongaron durante toda la noche de este miércoles, Estados Unidos por un lado, y los países del Sur integrantes del Grupo de los 77 por el otro, mantuvieron su oposición en ese punto, el quinto del borrador de declaración final.
Washington rechaza una condena explícita del arma de la "presión alimentaria" en razón de que la utiliza en su política de bloqueo hacia Cuba desde hace más de 35 años.
La parte del artículo cuestionada por Estados Unidos destaca "la necesidad de eliminar medidas económicas y comerciales unilaterales por parte de un estado o grupos de estados en contra de otro que afecten al libre flujo del comercio internacional y pongan en peligro la seguridad alimentaria".
Dilplomáticos presentes en la reunión estimaron, no obstante, que las negociaciones avanzaron mucho y deberían concluir antes del lunes, tanto en lo referente a la declaración final como al Plan de Acción.
Ambos documentos deberán ser suscritos por los delegados de los cerca de 200 países, 100 de ellos representados a nivel de jefes de Estado o de gobierno, que intervendrán entre el 13 y el 17 de noviembre en la cita organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"Conseguir la seguridad alimentaria para todos" será uno de los objetivos a los cuales se comprometerán los firmantes de la "Declaración de Roma", según lo ya acordado por los negociadores.
También a "a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre de todos los países, con el objeto inmediato de reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015".
"Consideramos intolerable que más de 800 millones de personas de todo el mundo, en particular de los países en desarrollo, no dispongan de alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades nutricionales básicas", agrega el documento, que consta de un total de tres páginas.
Al abordar el tema del comercio, otro punto en debate, el texto subraya "la necesidad de adoptar políticas favorables a la inversión en el desarrollo de los recursos humanos, en la investigación y en infraestructura para conseguir la seguridad alimentaria".
El mismo punto es tratado en el Plan de Acción, cuyo borrador de 37 páginas indica que "el comercio es un elemento fundamental para la seguridad alimentaria mundial".
Promover la asistencia técnica y fomentar la transferencia de tecnología, en particular a los países en desarrollo que lo necesiten, es uno de los siete comprosisos que suscribirán los firmantes de ese documento.
Los países exportadores se comprometerán a reducir las subvenciones a la exportación de alimentos, en el marco del proceso de liberalización monitoreado por la Organización Mundial del Comercio.
Las políticas y programas comerciales relacionados con la exportación de alimentos deben ser manejados de manera responsable, con el objeto de evitar alteraciones en los mercados mundiales de productos alimenticios y agrícolas, indica.
Según lo acordado, la cumbre organizada por la FAO será inaugurada por el Papa Juan Pablo II, mientras que los jefes de Estado y de gobierno hablarán ante la conferencia a partir de la tarde del 15 de noviembre. Todos los oradores dispondrán de un tiempo máximo de siete minutos.
Hasta este jueves, los jefes de Estado latinoamericanos cuya presencia está confirmada son los de Venezuela, Nicaragua, República Dominicana y Paraguay. Se espera la ratificación oficial de la participación del presidente de Cuba Fidel Castro, dada por casi segura en Roma. (FIN/IPS/jp/dg/dv-ip-if/96
