La reducción tributaria operada en Brasil repercutirá en el comercio entre los países del Mercado Común del Sur (Mercosur).
La exención del Impuesto sobre Circulación de Mercancías y Servicios (ICMS) concedida a productos primarios y semielaborados que se destinen al mercado exterior equivale a una devaluación cambiaria de entre seis y siete por ciento, estimaron expertos.
La competividad brasileña mejorará globalmente, pero los efectos de la medida sobre el comercio con los otros tres países del bloque serán menores, ya que éstos importan sobre todo productos terminados, dijo el vicepresidente de la Asociación de Empresas Brasileñas para Integración en el Mercosur, Michel Alaby.
Aún así "podrán surgir problemas", reconoció, especialmente con Argentina, donde Brasil coloca minerales, productos siderúrgicos, carne de pollo y agroindustriales.
El economista Joao Bosco Machado, de la Fundación de Estudios de Comercio Exterior, dependiente de grandes empresas, prevé que la exención impositiva "impacte" también en los sectores de papel y celulosa, química y siderurgia.
Los conflictos se hicieron usuales en el Mercosur, opinó, porque "no hay reglas, no se discute antes con los socios la nueva política" que un país va a adoptar, permitiendo "minimizar costos". Después del impacto vienen las presiones políticas.
Pero en este caso se cree poco probable que haya protestas, porque Brasil está aplicando una medida que es práctica generalizada en el mundo. "Ningún país exporta tributos, en Brasil había una inadecuación fiscal", señaló Machado.
Argentina, además de eximir a las exportaciones de tasas y de aplicar una política de reintegro de impuestos, tiene actualmente un gran superávit en el intercambio con Brasil, recordó Alaby, previendo una modificación en la balanza bilateral.
Para la agricultura la ley sancionada por el presidente Fernando Henrique Cardoso el día 13, tras una rápida aprobación parlamentaria, es "una medida histórica, casi increíble", celebró Flavio Turra, del departamento económico de la Organización de Cooperativas de Paraná (Ocepar).
La soja será el producto más favorecido. Sus productores y la industria oleaginosa estiman que las exportaciones se incrementarán en 1.000 millones de dólares anuales, pasando a 4.000 millones.
"Habrá un cambio de perfil, se exportará más la soja en grano", cuyo costo se redujo, previó Turra. El grano estaba gravado en 13 por ciento, mientras el afrecho de soja pagaba 11,1 por ciento de ICMS y el aceite ocho por ciento .
Con la exención, la soja brasileña, que ya era competitiva, puede conquistar más mercado externo, en desmedro de Argentina y Paraguay, tercero y cuarto mayores productores mundiales, y de Estados Unidos, el primero. Brasil ocupa el segundo lugar.
En cambio, la industria del aceite ampliará sus importaciones de soja desde Paraguay y Argentina, ante un encarecimiento interno del grano a causa del aumento de las exportaciones, pronosticó Turra. Los industriales tendrán que disputar la materia prima con el mercado externo.
Los efectos en otros productos serán menores o se harán sentir a largo plazo, evaluó el experto de las cooperativas de Paraná, estado del sur de Brasil que lidera la producción nacional de cereales.
Pero las medidas del gobierno brasileño abaratan no sólo la exportación sino también la producción, al eximir de tasas a bienes de capital, como máquinas agrícolas, fertilizantes y otros insumos.
El maíz presenta "grandes posibilidades de elevar su producción e incluso ser exportado, si son buenos los precios internacionales", indicó Turra, previendo que "Argentina pierda mercado en Brasil a partir de la próxima cosecha", por producir en la misma época y no contar con capacidad de almacenaje.
Algo similar puede suceder con el arroz, que Brasil importa principalmente de Uruguay. Pero nada de ello ocurrirá con los frijoles, que este país "sigue importando de Argentina, Chile y México", y con el algodón, "en crisis estructural".
Otros problemas pueden surgir en el sector agroindustrial, por ejemplo en el azúcar, donde el liderazgo de Brasil se va a ver amplificado con la nueva medida, lo cual puede dar el golpe de gracia a la producción argentina del dulce, pese a estar protegida.
Brasil recurrió recién ahora a este dispositivo de apoyo a las exportaciones porque su balanza comercial amenaza repetir el déficit del año pasado, que alcanzó 3.157 millones de dólares.
La exención tributaria, reclamada hace años por los empresarios, evita una devaluación cambiaria que podría elevar la inflación.
Pero los problemas que puede generar para los socios del Mercosur, todos muy dependientes del intercambio con Brasil, no fueron analizados. (FIN/IPS/mo/dg/if/96