Empeñados en frenar la práctica del aborto y rebatir las políticas de planificación familiar, grupos vinculados a la Iglesia Católica de Panamá organizan albergues para las embarazadas y sus hijos de poblaciones marginadas.
El proyecto humanitario forma parte de un plan de trabajo desarrollado por la no gubernamental "Fundación Ofrece un Hogar" en comunidades marginadas de la provincia de Panamá.
La presidenta de la Fundación, Ivonne Matute, dijo a IPS que la idea de privilegiar la atención a las embarazadas de escasos recursos fue lanzada por primera vez en 1993 por el obispo Rómulo Emiliani y dirigentes cristianos.
Enfatizó que los ejecutores del proyecto mantienen nexos con el movimiento antiabortista Human Life International, con sede en Estados Unidos.
"Tratamos de ofrecer una respuesta efectiva a las madres solteras sin apoyo de sus familiares para que reciban la atención humanitaria y espiritual que necesitan", subrayó Matute al referirse a los servicios gratuitos que provee la Fundación a través de sus albergues y obras comunitarias.
La Fundación dispone de una casa-cuna que acoge a unos 40 niños y niñas, cuyas jóvenes madres tienen dificultad para criarlos o contemplan la posibilidad de entregarlos en adopción a parejas que carecen de hijos.
Matute aclaró que a partir de este año abrirá sus puertas al oeste de la ciudad de Panamá un albergue para embarazadas no mayores de 25 años de edad, quienes recibirán orientación sobre la maternidad y guía de tipo vocacional, durante uno a tres meses.
Martha, una madre de origen campesino que acudió a la Fundación en busca de auxilio, aseguró a IPS que encontró una salida diferente al aborto para resolver un embarazo no deseado.
En la actualidad, mantiene a dos hijos pequeños de su anterior unión marital, pero el escaso salario que percibe como trabajadora doméstica es insuficiente para recibir en su casa a un tercer niño.
Su último hijo fue entregado en adopción luego del dictamen de un comité técnico y el fallo emitido por un juez seccional de menores.
Lealtad Aguilera, activista de la Fundación, explicó a IPS que los voluntarios incorporados al proyecto intentan convencer a las madres adolescentes que el aborto es un acto que conspira contra la vida y la salud y una de las principales causas de suicidio entre las muchachas.
Recalcó que en 1995 fueron registrados oficialmente en Panamá cerca de 5.000 abortos, pero estimó que el número podría ser cuatro y cinco veces mayores debido a la existencia de clínicas clandestinas que realizan estas operaciones y no llevan registros.
Según la Organización Mundial de la Salud, 35 por ciento de las mujeres que abortan quedan traumatizadas, mientras que 50 por ciento de las muertes en adolescentes están relacionadas con la interrupción forzada del embarazo.
Datos de países desarrollados donde el aborto fue legalizado demuestran que el número de muertes en actos de ese tipo disminuyó considerablemente en razón de que las operaciones se llevan a cabo en condiciones médicas adecuadas.
Aguilera planteó la unión de distintas confesiones religiosas o políticas en favor del "derecho a la vida" y el aislamiento de los grupos proabortistas.
Ese punto de vista fue defendido por la Iglesia Católica en la Conferencia Internacional sobre Población, realizada en El Cairo, en 1994, y en la Conferencia sobre Desarrollo Social, efectuada en Copenhague en marzo de 1995.
Para la voluntaria de la Fundación Maritza López, el aborto es "un crimen horrible que consiste en despedazar a un niño que no ha nacido", y debe ser condenado por las secuelas físicas, psicológicas y morales que deja en las mujeres durante toda su vida.
"Hoy podemos ayudar a las embarazadas a que no aborten y darles una alternativa para que culminen su embarazo y den a luz sus hijos", declaró la activista a IPS al elogiar la existencia de albergues para madres en apuros.
La directora de la no gubernamental "Fundación Levántate Niño", María Eisenmann, manifestó a IPS que gran parte de los problemas sociales que propician los embarazos en adolescentes podrían ser evitados con una educación preventiva que refuerce sus valores y autoestima.
López compartió ese criterio y añadió que la Fundación Ofrece un Hogar emprendó una campaña de divulgación en los colegios públicos con el propósito de enterar a los estudiantes sobre las iniciativas contra la opción del aborto.
Sostuvo que la existencia de unas 38.000 madres adolescentes en el populoso distrito de San Miguelito, 10 kilómetros al noreste de la capital, representa un desafío para la comunidad, que debe generar respuestas a los problemas de la población femenina más vulnerable.
De acuerdo con Matute, las alternativas contra el aborto desarrolladas en países como Colombia, Chile, El Salvador y Panamá arrojan resultados alentadores y amplían el marco de la participación de los movimientos católicos y laicos en América Latina. (FIN/IPS/dc/dg/pr/96)