Sacerdotes católicos casados de 21 países inauguraron hoy en Brasilia su cuarto Congreso Internacional para discutir sobre derechos humanos, ética y la iglesia del tercer milenio, y defendieron la realización de cambios especialmente en la cuestión del celibato.
Unos 100.000 curas han sido excluidos de la iglesia en el mundo, señaló el presidente de la Federación Internacional de Sacerdotes Casados, el español Julio Pérez Pinillos.
En el encuentro, que se prolongará hasta el domingo y se realiza cada dos años, participan unos 400 sacerdotes, muchos de ellos con sus esposas.
La mayoría reivindica su condición de curas aunque no ejerzan tareas sacerdotales, como comandar una parroquia y celebrar misa.
El teólogo brasileño Leonardo Boff, que abandonó el sacerdocio en 1995 tras una década de ataques del Vaticano a sus libros, en los que defendía las tesis de la Teologia de la Liberación, fué invitado a impartir una charla, de manera de significar la orientación progresista del movimiento.
Los curas casados reclaman su reintegración a la Iglesia por medio de la supresión de la exigencia del celibato.
Entre ellos circula la información de que el propio Juan Pablo II admitió una próxima evolución de la Iglesia en ese sentido. El Papa se negaría, sin embargo, a que el cambio se produzca durante su pontificado.
El celibato sobrevive sólo porque contribuye a mantener la "estructura autoritaria" de la Iglesia, afirmó el portugués Luis Guerreiro, quien ofició como cura en su país, España y Angola.
En Brasil, donde existe una Asociación de Sacerdotes Casados desde hace diez años, se calcula en 4.000 el número de curas en esa situación, contra 12.000 célibes que integran la Iglesia oficial. A nivel regioinal opera una Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados.
El matrimonio y el ministerio sacerdotal no son incompatibles y así lo reconocen varias iglesias cristianas, argumentó por su lado el presidente de la asociación brasileña, Francisco Salatiel Barbosa. (FIN/IPS/mo/dg/pr-cr/96
