NIGERIA: Las mujeres, en el asiento trasero de la política

Los 46 millones de mujeres de Nigeria, al parecer, no desean participar la actividad política del país. El mundo masculino tampoco parece dispuesto a ayudarlas en ese "sucio negocio". Para colmo, si lo desearan, tampoco contarían con dinero suficiente.

Hace dos años, las mujeres ocupaban apenas 2,1 por ciento de los escaños del parlamento. Hoy, solo dos mujeres ejercen como ministras en el gobierno, mientras cinco respaldaron solicitudes de registro de nuevos partidos politicos.

La constitución de ese registro, cerrado el jueves pasado, es considerado parte sustancial del programa de transición hacia un gobierno civil diseñado por el presidente de Nigeria, general Sani Abacha.

Las nigerianas son activas participantes de la economía del país, pero se intimidan cuando se trata de política. "Los hombres son los que mueven primero" en esa materia, dijo a IPS la activista femenina y empresaria Suliat Adedeji.

"Nuestro papel es respaldar a hombres con credibilidad, honestidad y disposición a liderarnos", agregó Adedeji, presidenta de la Asociación de Mujeres de Mercado en el estado occidental de Oyo.

Adedeji cree que, más que involucrarse directamente en la política, el ejercicio femenino del voto puede significar más que una mera declaración. Para ello, cuentan con 1,5 millones de afiliadas a diferentes asociaciones similares a la que preside.

"Nuestra posición no puede ser subestimada por los políticos. No creo que ninguno de ellos tenga serias intenciones de jugar con nuestros votos", manifestó Adedeji.

Pero las activistas femeninas sostienen que, además de participar en las elecciones como votantes, las mujeres nigerianas necesitan ejercer puestos de liderazgo activo si desean avanzar en este país.

En el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo de 1995, Nigeria figuraba en el lugar 108 entre 116 países por su "índice de potenciación de la mujer", medida del avance y desarrollo femenino en una sociedad.

Las activistas de este país africano identificaron la política como un área crítica de investigación y análisis con el fin de delinear estrategias destinadas a romper las barreras.

Vivian Atsenuwa, directora ejecutiva del no gubernamental Centro de Estudios Legales e Investigación sobre Desarrollo, dijo a IPS que la escasez de mujeres en las altas esferas de decisión se origina en "las estructuras políticas e ideológicas de la sociedad".

"Culturalmente, la participación de las mujeres no es aceptada. Frecuentemente, necesitan la aprobación de sus maridos para involucrarse activamente en política", sostuvo Atsenuwa.

Las investigaciones del centro demostraron que muchos maridos nigerianos son tradicionalistas y sienten un fuerte rechazo hacia la participación de sus esposas en la actividad política, aun en los niveles más bajos.

Los hombres perciben frecuentemente a la política como un "negocio sucio" que no es adecuado para la participación femenina.

"Si mi esposa quisiera participar en política, la desalentaría. Es un negocio sucio. La compra de votos y el fraude electoral son prácticas comunes. No soportaría que mi esposa exhibiera ese comportamiento deshonesto", dijo el abogado Osa Ivinbor.

"Elegiría una esposa que no participara en política ni acepte ningún cargo político. No tengo dinero para gastar en política. Además, cierta gente querría usarla o chantajearla a cambio de favores", opinó el profesor de gimnasia Lucky Usebor.

Atsenuwa dijo que, además del "ridículo" ante la sociedad y sus propias familias al que se exponen las mujeres que participan en la vida política, la mayoría no cuentan con dinero suficiente para financiar una campaña.

"La solvencia financiera parece destinada a los hombres. Las mujeres no pueden igualar la capacidad masculina para gastar dinero. De hecho, ellas carecen con frecuencia de la suma que la ley les exige para registrar una candidatura", explicó el analista Tonye Peters.

La comisión electoral del estado exige un depósito no reintegrable de 5.100 dólares antes de entregar siquiera los papeles de solicitud de registro de partidos políticos.

EL Centro de Estudios Legales e Investigación sobre Desarrollo dio comienzo a un programa de educación sobre derechos humanos para aconsejar a las mujeres sobre cómo participar en la democracia.

"Nos dedicamos continuamente al entrenamiento de mujeres. Creemos que participar en el proceso democrático es parte del ejercicio de los derechos de cada una", dijo Yinka Balogun, funcionaria del centro.

Mujeres en Nigeria (WIN), una organización no gubernamental, también alienta al ingreso a la arena política, contra el prejuicio que indica que esa actividad es sinónimo de cárcel o muerte en este país africano.

El Movimiento de Poder Femenino (WEM), otro grupo privado, procura una mayor presencia de las mujeres en el proceso político. En ese sentido, reclamó a la comisión electoral que obligue a los partidos que solicitan el ingreso a que 40 por ciento de sus miembros sean mujeres. (FIN/IPS/tra-en/ro/pm/mj/ip pr/96

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