VENEZUELA: Depósitos llenos, mesas vacías

Venezuela tiene sus depósitos de alimentos llenos a reventar, pero en las mesas de sus 22 millones de habitantes hay cada vez menos comida y más platos vacíos.

"Compramos menos carne, pescado ya rara vez, eliminamos el jamón y las salchichas, y hacemos más tortillas de huevos con vegetales", dijo a IPS la maestra Esperanza Romero, madre de dos adolescentes, camino de un mercado "solidario" en Caracas.

En la céntrica Plaza Caracas, en medio de edificios de oficinas públicas, el gobierno improvisó este sábado el mercado "solidario", con una imagen impensable en la boyante Venezuela de los años 70 y comienzos de los 80: miles de personas hacen largas colas bajo el sol para comprar alimentos más baratos.

Romero aprovechó un viaje al centro con otro motivo para sumarse a una cola y comprar queso y algunas rebanadas de embutidos proscritos en su casa, "pero donde más compramos mis hermanas y cuñadas en el mercado popular de Catia", al oeste.

Ese otro mercado, frente al cual miles de personas hacen cola cada mañana, fue organizado por cooperativas y organismos del Estado para vender sobre todo vegetales a un precio único por kilo y un 30 por ciento más bajo que en expendios privados.

Las ventas de los expendios de alimentos, tanto industriales como frescos y congelados, han caído entre 25 y 50 por ciento en lo que va de año, y sobre todo desde que el 15 de abril el presidente Rafael Caldera lanzó un programa neoliberal de ajustes, el segundo para Venezuela en siete años.

Aunque los mercados populares y solidarios mellan las ventas del comercio privado, en general es la caída del poder de compra de los venezolanos lo que desplomó el consumo, primero de bienes durables y en los últimos meses sobre todo de alimentos.

La inflación en Venezuela fue de 70 por ciento e 1994, de 57 por ciento en 1995 y de 51,5 por ciento entre enero y mayo de 1996, de lejos la más alta de Am]erica Latina.

La Cámara de la Industria de Alimentos informó que el último trimestre cayeron 40 por ciento las ventas del sector: 25 por ciento la leche e polvo, 35 por ciento la leche líquida, los quesos entre 55 y 60 por ciento, las pastas 20 por ciento, enlatados diversos 50 por ciento.

Las ventas de pescado han caído 35 por ciento, las de carne vacuna más de 25, el pollo se vende 30 por ciento menos, el cerdo menos 40 por ciento, y vendedores de frutas desde camiones que aparcan en calles concurridas dan cuenta de ventas inferiores entre un tercio y la mitad.

Los artículos que mantienen sus niveles tradicionales de ventas, y más bien registran repuntes son el arroz y la harina de maíz precocida, con la que los venezolanos preparan sus bollos de masa o "arepas", verdadero pan nacional.

Ahora surge otro problema: los depósitos están abarrotados.

"Los depósitos refrigerados de Venezuela están repletos", dijo Alberto Pudenmu, del gremio de procesadores del cerdo, pues "hay en las cavas 20.000 toneladas de pollo, 5.000 de cerdo y 7.000 de pescado".

Productores y mayoristas "ahora luchan a brazo partido por un espacio refrigerado, pero se puede decir que casi no hay donde guardar un pollo más", dijo Pudenmu "y encima está a punto de comenzar la cosecha del tomate".

"No sé qué vamos a hacer para evitar cadenas de quiebras si el gobierno no hace algo para mejorar el poder adquisitivo de la gente", comentó Pudenmu.

La asociación de supermercados reaccionó con la orden de desatar, a partir de este lunes, una "guerra de precios", es decir, multiplicar ofertas para tratar de descongestionar los depósitos, un bálsamo para los consumidores.

De éstos, más de 80 por ciento son pobres, según estudios privados y del Estado, la mitad está en pobreza crítica (ingresos insuficientes para comprar los alimentos que necesitan) y 500.000 familias sólo pueden comprar 40 por ciento de la canasta alimentaria básica.

Un estudio de la empresa de publicidad McCann-Erickson señaló que 84 por ciento de las familias redujo sus erogacioes desde abril, con porcentajes más altos en los estratos C y D (medios y obreros), mientras que las clases A, B (altas) y E (muy pobres) apenas si han reducido sus gastos.

El ministro de Planificación, el socialista Teodoro Petkoff, reiteró este sábado que "estamos viviendo los primeros e inevitables efectos del ajuste", así como su esperanza de que "a fines de junio la inflación comience a bajar y sea muy pequeña a finales de año". (FIN/IPS/hm-eg/if-pr/96) ITEM CLOSE

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