El escrutinio de votos en India comenzó hoy, tras el ejercicio democrático más grande del mundo, y se prevé un final signado por el suspenso, con tres partidos que no alcanzarán por sí solos mayoría para gobernar.
La composición del decimoprimer parlamento indio se conocerá este viernes. Pero habrá que esperar aún más para saber cuál de los tres partidos principales gobernará el país, pues se prevé que ninguno de ellos obtendrá la mayoría de sus 545 legisladores.
Los votos están siendo contados en medio de estrechas medidas de seguridad en todo el país. Al menos 60 por ciento de los 600 millones de votantes habilitados ejercitaron su derecho a voto.
Los primeros resultados indican que el gobernante Partido del Congreso aún mantiene cierta mayoría, a pesar de que perdió algunos escaños a manos de sus rivales. El primer ministro P. V. Narasimha Rao ganaba la elección en su estado natal de Andhra Pradesh, en el sur del país.
El partido derechista e hinduista Bharatiya Janata (PBJ) tuvo una buena votación en sus bastiones tradicionales, pero el mayor avance correspondió a la alianza centroizquierdista Frente Nacional-Frente de Izquierda (FNFI), si se compara los resultados de 1991.
Sin embargo, la encuesta nacional "a boca de urna" efectuada por la emisora de televisión estatal Doordarshan este martes, último día de la elección, atribuía una estrecha ventaja al PBJ sobre el Congreso y el FNFI.
Cinco de las encuestas de opinión realizadas antes de las elecciones pronosticaron un parlamento sin mayorías claras, pues, según esos sondeos, al derechista PBJ y sus aliados le faltaban 80 escaños para lograr mayoría parlamentaria.
En caso de un resultado poco claro, como los registrados en las pasadas elecciones de 1989 y 1991, el presidente de India, Shankar Dayal Sharma, deberá invitar al partido más votado para que forme gobierno junto a sus aliados en el parlamento.
Los principales partidos políticos ya prevén un parlamento sin mayorías y comenzaron intensas negociaciones para asegurarse el respaldo de los partidos menores.
La mayoría de los expertos consideran que para el PBJ será más difícil que para sus rivales obtener apoyo. Pero el PBJ espera que su candidato a primer ministro, Atal Behari Vajpayee, gane respaldo político en base a su imagen de moderado.
El Partido del Congreso tampoco logrará tan fácilmente mantenerse en el gobierno, o, por lo menos, no bajo su actual presidente y primer ministro Rao, quien enfrenta resistencias internas.
El mentor del Frente Nacional y antiguo primer ministro V. P. Singh declaró que la alianza de centroizquierda podría considerar su respaldo al Partido del Congreso si Rao no fuera su líder.
Una campaña dentro del Congreso por el cese de Rao ganó terreno en las últimas semanas, y el ministro de Industria, K. Karunakaran, quien ambiciona ser primer ministro, se unió a los disidentes del partido.
Karunakaran afirmó que Rao no puede ostentar simultáneamente los cargos de primer ministro y de presidente del partido, lo cual parece en sintonía con la disidencia interna del Congreso y con quienes se presentaron como candidatos en forma independiente descontentos con alianzas regionales decididas por el gobernante.
Las posibilidades de la alianza de centroizquierda FNFI no sólo depende de que otros partidos accedan a formar gobierno con ella, sino también de la resolución de los problemas de liderazgo internos que acabaron con el breve gobierno que encabezó hace seis años.
El socio clave de esta coalición, el partido Janata Dal, es considerado también proclive a las defecciones. Los desertores del sector aseguraron una mayoría al gobierno del Partido del Congreso a mediados de 1993.
"Las elecciones de 1996 producirán confusión, pero en muchos aspectos los cambios que se produzcan serán más deseables que una 'estabilidad"', dijo el ex dirigente del Partido del Congreso y actual comentarista Arun Nehru. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/mj/ip/96)
