/DROGAS Y NARCOTRAFICO/ EE.UU-MEXICO: Ofensiva frontal contra el lavado de narcodólares

Estados Unidos y México señalaron el combate al lavado de dinero como nuevo eje de la guerra contra el narcotráfico y los acuerdos alcanzados tendrán seguramente efecto en toda América.

La renovada colaboración antinarcóticos de Estados Unidos y México se expresa en reuniones bilaterales ministeriales, pactos sectoriales específicos y nuevos organismos creados para vigilar conjuntamente el flujo de dinero ilegal por la red bancaria de ambos países.

Laura Agundis, de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó que "podrían ser sólo promesas, pero esta vez parece haber voluntad, más allá de presiones por la elección estadounidense".

Agundis dijo a IPS que "los pactos binacionales asumidos recientemente superan el nivel del simple discurso y comprometen en serio a quienes los suscribieron".

La Comisión Binacional México-Estados Unidos, que sesionó en la capital mexicana, creó un grupo interinstitucional de expertos para la prevención y sanción del delito de lavado de dinero.

Su meta es impulsar el intercambio de información, la asistencia técnica y el desarrollo de metodologías modernas para la detección de operaciones de blanqueo de dinero ilegal.

Considerando la dimensión global del fenómeno, ambos gobiernos "convinieron en promover activamente esfuerzos multilaterales para combatir el lavado a nivel regional e internacional".

También prometieron mejorar y acelerar los procedimientos de asistencia legal mutua y los mecanismos para el traslado de reos, a fin de aplicar las sentencias penales en el país de origen.

Barry McCaffrey, director de la oficina antidrogas de la Casa Blanca, anunció en Wahington la firma del "histórico pacto" con México para el combate conjunto al blanqueo de los recursos del narcotráfico.

McCaffrey dijo que el convenio facilita el manejo conjunto de información de inteligencia "altamente sensible", capaz de comprometer niveles de decisión.

El nuevo grupo interinstitucional formalizado la semana última en la reunión binacional se dedicará exclusivamente a atacar la regularización de dinero ilegal y a la coordinación de propuestas para el endurecimiento en los dos países de la legislación contra las operaciones de blanqueo.

El procurador de Justicia de México, Antonio Lozano, explicó que el pacto alcanzado permite al Tesoro estadounidense y a la secretaria de Hacienda mexicana realizar el seguimiento de transferencias de dinero y de movimientos de efectivo que pudieran tener nexos con el narcotráfico.

Según cálculos extraoficiales, el narcotráfico moviliza anualmente en o a través de México unos 30.000 millones de dólares.

McCaffrey aseguró que el acuerdo firmado "privará de refugio a tintoreros del narcotráfico" que financian cárteles mexicanos y sudamericanos.

Por México viaja la droga a Estados Unidos, un país al que corresponden dos tercios del consumo mundial, y también por su territorio vuelve a América del Sur la mitad del producto de la venta.

La interrupción del flujo de dinero ilegal entre Estados Unidos y México dejaría sin sustento económico no sólo a las mafias mexicanas sino a las de todo el hemisferio, afirmó McCaffrey.

El secretario de Estado Warren Cristopher y el canciller mexicano José Angel Gurría admitieron que el lavado de narcodólares rebasó en América los esfuerzos de las autoridades.

Thomas Constantine, jefe de la DEA (agencia antidrogas de Estados Unidos), avivó la polémica a comienzos de mayo al asegurar que la red bancaria mexicana lava miles de millones de dólares de origen ilícito y que el narcotráfico está presente en el consejo de dirección de algunas entidades financieras.

José Madariaga Lomelí, dirigente de la Asociación de Banqueros de México, descalificó la denuncia y exigió a Constantine la identificación de personas y casos concretos, para llevar a los responsables ante la justicia.

Randolfo González de la Mora, investigador de la Universidad Iberoamericana, indicó a IPS que el combate contra el lavado de dinero se enfrenta a poderosos intereses, pero no descartó que se incremente la detección de operaciones ilegales efectuadas a través de la red financiera.

"El narcotráfico no sólo dispone de capitales inmensos sino que penetró a gobiernos y sectores empresarios de toda América", dijo González de la Mora.

Al respecto, puso como ejemplo la crisis institucional provocada en Colombia por las denuncias de apoyo financiero del narcotráfico a la campaña electoral que llevó a la presidencia a Ernesto Samper.

En Colombia "es difícil distinguir entre grupos, personas y autoridades vinculadas al narcotráfico y aquellos en condiciones de investigarlo", advirtió el investigador.

El lavado de dinero comienza con la inversión de cantidades en efectivo por conducto de instituciones financieras o de la economía al por menor, y consiste en el cambio inmediato de la suma manejada por otras divisas o en su transferencia al extranjero.

En una segunda etapa, sigue una multiplicidad de transacciones financieras, a menudo en varios países, para evitar que se detecte el origen de los beneficios ilegales.

La operación se completa con la integración del dinero de origen delictivo en el flujo general de medios de pago, lo que suele realizarse en la forma de inversiones normales en la actividad económica. (FIN/IPS/emv/ff/ip/96)

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