En un país sumamente poblado como Indonesia, donde 250 millones de personas están distribuidas en 17.500 islas y hablan 300 lenguas, la cuestión del desarrollo tiene sus complicaciones.
Indonesia es un país de medianos-bajos ingresos con 11,4 por ciento de su población pobre y 65 millones en riesgo de caer en la pobreza, lo que obliga al gobierno a tomar decisiones difíciles sobre dónde invertir los limitados fondos, ¿educación o salud, creación de empleo o desarrollo de infraestructura?
Para complicar la situación, 62 por ciento de la población, unas 153 millones de personas, viven en zonas rurales desde donde es difícil llegar a hospitales, escuelas y acceder a oportunidades laborales fuera de la agricultura. Alrededor de 27 por ciento de los habitantes, unas 66,1 millones de personas, son mujeres en edad reproductiva.[pullquote]3[/pullquote]
Además, este país insular del sudeste asiático tiene el número más alto de personas en edad de trabajar de su historia, tanto en términos absolutos, 157 millones de potenciales trabajadores, como en proporcionales, alrededor de 66 por ciento de la población.
La coyuntura obliga al gobierno a crear empleo, pero también le da al país la posibilidad de obtener beneficios de su dividendo demográfico, que la Organización Internacional del Trabajo definió como un período en que el creciente número de trabajadores y trabajadoras, en relación con su población total, libera recursos para la inversión pública y privada en capital humano y físico.
Eso, a su vez, permite al país lograr ingresos mucho mayores por habitante, lo que impulsa la economía.
En el Foro Económico Mundial de Asia Pacífico, realizado del 19 al 21 de abril en la capital de Indonesia, expertos de todo el mundo urgieron al país a capitalizar su dividendo demográfico invirtiendo mucho en su población.
Entre los 700 participantes estuvo el director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el exministro nigeriano de Salud Babatunde Osotimehin, quien remarcó que la “gente debe estar en el centro del desarrollo”.
Puede parecer una receta sencilla, pero no lo es para Indonesia, donde la mitad de la población joven (entre 15 y 24 años) pertenece a un sector con uno de los mayores índices de desempleo del país.
Con un aumento de población de 19 por ciento, lo que representará unas 293 millones de personas en 2030, según el UNFPA, este país deberá prestar atención al consejo de los especialistas.
En el marco del encuentro, IPS aprovechó para conversar con Osotimehin sobre cómo este país puede sacar provecho del potencial de su población y sobre algunas estrategias para que la joven democracia optimice la cambiante dinámica poblacional.
IPS: ¿En qué lugar está Indonesia en materia de dividendos demográficos?
BABATUNDE OSOTIMEHIN: Indonesia debe aprovechar la oportunidad demográfica, que se prevé que alcance su pico entre 2020 y 2030. Creo que hay consciencia en este país de que es un importante proceso de planificación en el que deben invertir.
Indonesia tiene tanto la capacidad de análisis como el compromiso político, pero creo que para seguir adelante, tenemos que fomentar una inversión estratégica para aprovechar la ventaja demográfica.
IPS: ¿Qué tipo de inversión se necesita?
BO: La inversión en salud, educación y empleo debe aumentar de forma considerable. Los sistemas sociales deben fortalecerse, tenemos que atender la cuestión del matrimonio infantil y asegurarnos de que las niñas vayan a la escuela, la terminen y alcancen la madurez. Debemos garantizar que tanto niñas como mujeres sean capaces de tomar sus decisiones, eso es clave.[related_articles]
Todos los jóvenes deben recibir información sobre sí mismos y sobre sus cuerpos, y toda mujer debe poder acceder a servicios de salud sexual y reproductiva y de planificación familiar para poder tomar decisiones libremente. Contar con educación sexual nos asegurará reducir problemas como infecciones de VIH (virus de inmunodeficiencia humana), de enfermedades de transmisión sexual y el embarazo adolescente.
En el marco educativo queremos que los planes sean diversificados para alentar la capacitación vocacional y empresarial. Debemos poder promover pequeñas y medianas empresas, que suelen ser la base de una economía floreciente.
IPS ¿Por qué para Indonesia es especialmente importante concentrarse en su población joven?
BO: Es importante por muchas razones. Da a los jóvenes un sentimiento de pertenencia y nos asegura que puedan participar en el desarrollo nacional. Los jóvenes formarán parte de la transición demográfica, y es necesario incluirlos para reducir la fertilidad. Realmente tienen que formar parte del proceso.
Una vez que se den cuenta del potencial de los jóvenes y estos entren en el mercado laboral, podrán tener ingresos y ahorrar, lo que ayudará al crecimiento de la economía.
IPS: ¿Indonesia avanza en la dirección correcta?
Creo que Indonesia siempre contó con las políticas necesarias, solo habría que revitalizarlas, para ello se necesitan nuevas inversiones y liderazgo político.
Antes, este país fue líder en planificación familiar tras implementar un programa nacional en los años 70. Pero quedó de lado tras la transición democrática en la década de 2000, cuando se descentralizaron los servicios de planificación familiar.
Creo que el nuevo gobierno se comprometió a recuperarlo y varias autoridades comentaron que le están prestando mucha atención.
Indonesia también debe considerar trabajar con el sector privado para ayudar a crear empleo decente. Será muy importante asegurar que todas las personas, desde las jóvenes hasta los adultos mayores, tengan una protección social que ofrezca servicios básicos.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme