ECONOMÍA-ARGENTINA: Ese desempleo duro de abatir

A pesar del acelerado ritmo de crecimiento de la economía argentina, el desempleo se resiste a la baja. La discordancia en el mercado laboral entre oferta y demanda calificada es una de las principales causas que estancan este indicador, advierten expertos.

Datos oficiales indican que el producto interno bruto (PIB) creció 9,2 por ciento el año pasado tras el impacto de la crisis internacional que en 2009 frenó abruptamente el progreso a tasas superiores a siete por ciento, iniciado en 2003 en este país de 40 millones de habitantes.

El PIB subió en 2009 apenas 0,9 por ciento y para 2010 se proyectaba una mejora sustancial, pero finalmente el cierre de las cuentas mostró una recuperación del doble de lo previsto por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

No obstante, esa recuperación "parece reflejarse con cierto rezago en el mercado de trabajo", se indica en el artículo titulado "Pobre desempeño del mercado de trabajo ante la recuperación económica", publicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda).

La medición del estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) a fin del año pasado arrojó una tasa de desempleo pleno de 7,3 por ciento de la población económicamente activa, casi igual a la de fines de 2008, antes del impacto provocado por la crisis financiera global nacida en Estados Unidos.
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"En 2010, indicadores oficiales dan cuenta de una importante recuperación de la economía argentina luego de que la crisis mundial hiciera sentir sus efectos. Sin embargo, el impacto de ese dinamismo sobre el mercado de trabajo resulta débil", sostiene la publicación de Cenda.

Los analistas consultados por IPS coinciden en que el desempleo muestra una clara tendencia descendente desde fines de 2002, tras el colapso económico y social del país cuando había llegado a afectar a 24,1 por ciento de los activos.

Pero también observan con preocupación las dificultades que afronta el modelo de desarrollo para seguir profundizando esa tendencia hasta alcanzar el pleno empleo, que es la meta expresada por los gobiernos centroizquierdistas del hoy fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y de su sucesora y esposa, Cristina Fernández.

El sociólogo Ernesto Kritz, experto en temas de empleo y director de la consultora SEL, explicó a IPS que el mercado laboral mantiene un sector con demanda insatisfecha y otro gran sector sin la calificación adecuada para emplearse.

"La mayor parte de los desocupados provienen de la economía informal y, aunque hubiera una demanda de empleo, es difícil que ellos puedan insertarse. Esto se ve así, sin cambios significativos, desde 2007", advirtió.

Para Kritz, el fenómeno se agudizó en los últimos cuatro años por el aumento del costo laboral sin relación con la productividad. En su boletín de marzo, SEL informa que el salario de los trabajadores se recupera, pero cae la creación de empleo.

Desde 2007, agrega, los sueldos se recuperaron respecto del alza de precios, pero la contrapartida es que aumenta el costo laboral y crece la brecha entre retribución y productividad, lo cual plantea interrogantes acerca de la sustentabilidad del salario.

Este experto teme que para responder al aumento de esos costos las empresas estén ajustando el crecimiento de la dotación de personal. "En la industria se ve claro, pero es en todos lados, las empresas se arreglan con la gente que tienen", apuntó.

Claudio Flores, director de la consultora en recursos humanos Agein, tiene una mirada coincidente. "El desempleo baja sin duda desde 2002, pero no al ritmo que crece la economía", remarcó en entrevista con IPS.

En su oficina se acumulan pedidos de empresas para cubrir puestos técnicos en industrias químicas, petroleras, metalúrgicas, de minería, ingenieros y desarrolladores de software, pero "no hay" personal calificado en esos rubros para contratar, concluyó.

"Sólo en el área de sistemas informáticos se calcula que hay alrededor de 50.000 puestos sin cubrir y, en cambio, hay una gran cantidad de desocupados que no tienen las calificaciones, por eso el crecimiento no guarda relación con el desempleo", puntualizó.

La industria del software es una muestra de lo que ocurre en el mercado. Frente a una gran masa de trabajadores que buscan empleo sin tener formación, en ese sector la tasa de desempleo es prácticamente cero y hay más demanda que postulantes.

En los últimos seis años, esta industria aumentó su producción casi 280 por ciento y también sus exportaciones, pero faltan trabajadores, y las empresas tienen que ofrecer contratos de trabajo a estudiantes que no han terminado sus estudios específicos.

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