LÍBANO: Cristianos, rehenes de la guerra

Los cristianos de Líbano son rehenes de un conflicto en el que dicen tener mucho para perder y poco para ganar: la guerra que desde hace casi un mes enfrenta a Israel con el libanés Partido de Dios (Hezbolá), chiita y prosirio.

La mayoría de los residentes de las áreas bombardeas por Israel —sur y este de Líbano y al sur de Beirut— son musulmanes chiitas. Los israelíes alegan que tratan de cortar las líneas del suministro de Hezbolá e impedir que sus milicias lancen misiles hacia el norte de su país.

Pero el conflicto obligó a muchos cristianos a huir de sus casas, socavó sus empleos y echó por tierra sus esperanzas de estabilidad en un país que hace 16 años conoció el fin de la guerra civil que en los años 70 y 80 destruyó Beirut.

"Los cristianos estamos en una situación muy adversa", dijo a IPS el analista político Elie Fawas. "Queremos vivir en paz. Pero si estás contra la guerra y no respaldas a Hezbolá, pasas a ser un traidor. Eso está mal."

En Líbano no se hace un censo desde 1932, pero los expertos calculan que entre 60 y 70 por ciento de los cuatro millones de libaneses son musulmanes, y la mayoría del resto, cristianos.

Las comunidades religiosas han sido la base de la organización política de Líbano. El Pacto Nacional de 1943 dispuso que el presidente fuera cristiano maronita, el primer ministro, musulmán sunita, y el presidente del parlamento, musulmán chiita.

También estableció que la proporción de representantes en la asamblea legislativa sería de seis cristianos por cada cinco musulmanes.

Pero años más tarde la población musulmana sobrepasó la cristiana, lo cual los llevó a reclamar más participación en el gobierno.

La tensión desembocó en una guerra civil que terminó en octubre de 1989 al firmarse el Acuerdo de Taif, pacto auspiciado por Arabia Saudita que redujo la autoridad del presidente maronita en beneficio del primer ministro sunita, y dio a cristianos y musulmanes igual representación parlamentaria.

Algunos cristianos, como Michel, de 32 años, dicen que muchos libaneses tratan desde entonces de dejar de lado sus anteriores divergencias para trabajar juntos por un futuro mejor.

"Muchos jóvenes se ven más como libaneses que como pertenecientes a una religión específica", sostuvo. "Por ejemplo, en asuntos de negocios no te importa la religión, porque quieres hacer negocios con todos. Pero esta guerra desafía esos esfuerzos."

La brecha se amplió cuando Hezbolá secuestró el mes pasado a dos soldados israelíes, desatando el ataque de Israel a Líbano. Las críticas a esta organización no respetan las fronteras religiosas, pues es cuestionado tanto por musulmanes chiitas como por sunitas.

Gilbert, un cristiano de 48 años que no quiso revelar su apellido, huyó junto con su esposa y sus tres hijos a Jbail, al norte de Beirut, del sur, donde vivían. Llegaron a esa ciudad, de mayoría cristina, en busca de un lugar más seguro.

Pero Israel bombardeó el viernes un importante puente de esa ciudad, operación en la que terminó destruido el automóvil de Gilbert, estacionado cerca de allí.

"Esta es una zona cristiana y se supone que estamos a salvo", señaló. "Debería ser una zona segura para la población. ¿Por qué hacen esto? Aquí no hay miembros de Hezbolá".

Pero otros cristianos, como Yusef Yaqub, de 38 años, sostienen que el continuo bombardeo a su país no hace más que fortalecer el respaldo a la resistencia de Hezbolá contra Israel.

"Naturalmente debemos ayudarnos mutuamente aquí y resistirnos al ataque de Israel", enfatizó. "Cristianos y musulmanes debemos estar unidos."

El jeque Ahmed Sadeq, clérigo chiita de la meridional ciudad de Nabatiye, también considera que el conflicto puede acercar a cristianos y musulmanes libaneses.

"La prueba es que, no todos, pero muchos cristianos, están ayudando a musulmanes desplazados de otros pueblos, y les dan todo", indicó. "No les importan las diferencias religiosas."

La Iglesia Maronita, por su parte, respalda la postura del gobierno libanés, de acuerdo con Fawaz. Esa comunidad religiosa expresó su apoyo a un plan de siete puntos, propuesto por Beirut, para poner fin al enfrentamiento que comenzó el 12 de julio.

El plan incluye el inmediato cese del fuego mediante la retirada de Israel, menciona esfuerzos tendientes a la liberación de prisioneros libaneses e israelíes, la ampliación de la autoridad del gobierno de Líbano en todo su territorio, y el fortalecimiento de la misión militar de paz de la Organización de las Naciones Unidas en el sur de Líbano.

Pero el general Michel Aoun, ex comandante del ejército libanés y ahora un destacado parlamentario cristiano, se pronunció en contra del despliegue de una fuerza multinacional en Líbano, alegando que reavivaría las tensiones religiosas.

A diferencia de otros dirigentes cristianos, Aoun está a favor de una alianza con Hezbolá, en un intento por reducir el factor religioso de los conflictos nacionales. ***** + Israel contra todos – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/israel/index.asp) (FIN/IPS/traen-vf-mj/rs/ss/mm ip pi cr/06)

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