En los gobiernos de América Latina y el Caribe funcionan consejos, institutos y ministerios para asuntos de género desde hace 20 años, pero aún exhiben debilidades institucionales, falta de recursos financieros y barreras para llegar a los núcleos de poder donde se toman decisiones.
Tales fragilidades se acentúan en tiempos de gran actividad política, como el que atraviesa la región desde el año pasado y hasta fines del actual, con elecciones presidenciales en Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú y Venezuela.
Así lo advirtieron este viernes representantes de oficinas gubernamentales especializadas al terminar la 39 reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer, órgano subsidiario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
"Debemos reconocer que aún son pocas las oficinas sobre temas de mujeres que se encuentran amparadas por leyes de rango constitucional, lo que es una constatación preocupante, pues las hace vulnerables a los cambios políticos", dijo a IPS la chilena Marta Maurás, secretaria de la Cepal.
De los 30 institutos gubernamentales de la mujer existentes en América Latina y el Caribe, sólo 14 tienen categoría ministerial, indicó la funcionaria.
Con los procesos electorales, algunas de esas estructuras cambian de posición en el organigrama de los Estados y en ocasiones hasta modifican su enfoque.
La presidenta del gubernamental Instituto Nacional de las Mujeres de México, Patricia Espinosa, afirmó que el fortalecimiento de oficinas como la suya era un desafío, pues "están expuestas ante los cambios gubernamentales que a veces ponen en riesgo su pertinencia, su jerarquía y su función".
Aunque han sido actores fundamentales para canalizar reformas sobre igualdad de género y nuevas políticas de Estado, los Mecanismos de Adelanto de la Mujer (MAM), como se llaman a esas estructuras la jerga de la Organización de las Naciones Unidas, no ocupan todavía el sitial esperado, indicaron las participantes de la cita de dos días en México.
Desde la creación de la primera de esas estructuras gubernamentales en Venezuela, en los años 70, hasta las últimas en Brasil y Guatemala, fundadas a inicios de la presente década, han vivido una historia zigzagueante, marcada por cambios de gobiernos, presiones políticas y crisis económicas.
"En el último decenio, varios países han experimentado altos niveles de incertidumbre respecto de la continuidad de los MAM", que no tienen hasta ahora "recursos técnicos y financieros suficientes", y tampoco las bases jurídicas adecuadas, apunta un estudio presentado en México por Sonia Montaño, jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la Cepal.
Los MAM se ubican en diferentes nichos de los poderes ejecutivos, con rangos de consejos adscritos o de ministerios. Casi todos registraron modificaciones a lo largo de su existencia "y varios han enfrentado amenazas a su jerarquía y continuidad", indica el estudio.
Surgieron "allí donde encontraron ventanas de oportunidades, en las negociaciones entre movimientos de mujeres y partidos políticos antes que de una visión racional acerca del lugar que debe tener la política de igualdad en el contexto de la administración" del Estado, añade el documento.
Pero a pesar de los problemas, el peso e influencia en las políticas públicas de los MAM van en aumento. Además, lograron ya encauzar dentro de varios gobiernos demandas de las organizaciones no gubernamentales sobre género y muchos acuerdos surgidos en conferencias internacionales, señaló Montaño.
La secretaria de la Cepal, Maurás, declaró que "aunque en algunos lugares hay sectores que empujan a los gobiernos hacia atrás para adoptar visiones tradicionales sobre la mujer y la familia, consideramos que es irreversible la instalación de los enfoques de género en la política pública".
"Pero no terminan las tensiones entre ambas visiones y las seguiremos viendo en el futuro", vaticinó Maurás.
En América Latina y el Caribe, los MAM que tienen la más alta jerarquía ministerial están en Brasil, Chile, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú.
Las que tienen acceso a las secretarías de presidencias o a los mandatarios, pero sin rango ministerial, están en Argentina, Colombia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua y México.
En el resto de países, la situación es heterogénea, pero en general se trata de estructuras de bajo rango.
Citas como la de México se efectúan una vez al año para revisar el cumplimiento de la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995.