SOCIEDAD-PARAGUAY: A la cama sin beber

La capital paraguaya se va a dormir temprano. La obligan los límites horarios impuestos a restaurantes, bares, discotecas y otros comercios que venden bebidas alcohólicas, destinados a reducir la violencia. Pero otros males podrían agravarse, advierten los críticos.

”Desde el inicio de los controles la clientela aumentó”, dijo Patricia, travesti que ofrece servicios sexuales por las calles de Asunción, sobre la restricción horaria impuesta el 2 de enero por el gobierno municipal.

Las tiendas y restaurantes que venden bebidas alcohólicas sólo pueden estar abiertos hasta la hora 24.00, de domingos a jueves, y hasta las 02.00 de la madrugada los viernes, sábados y vísperas de feriado.

Carlos, padre de cuatro hijos, trabajaba hasta este mes en un local nocturno de la avenida Brasilia, donde se concentra la mayoría de las discotecas de la ciudad. Pero con la implementación de la ordenanza perdió su empleo, tras 20 años de trabajo en el sector.

”Nunca hice otra cosa y volver a empezar con 40 años es imposible”, se quejó.

La medida impulsada por el alcalde Enrique Riera se adoptó observando experiencias similares en otras ciudades de América Latina.

Las autoridades aseguran que sus efectos ya se sienten: los accidentes y delitos se redujeron tres por ciento respecto del mismo mes del año anterior.

Según el Ministerio de Salud, 25 por ciento de las casi 5.000 atenciones mensuales en el hospital público Emergencias Médicas, están relacionadas al consumo de alcohol y la violencia asociada a este.

Y en casi 90 por ciento de los muertos en accidentes y asesinatos se detecta la presencia de alcohol.

Pero la medida ha provocado el cierre de más de la mitad de los locales nocturnos de la avenida Brasilia y de otras zonas de la capital, y la reducción de casi 60 por ciento de los puestos de trabajo del sector.

La limitación horaria, que algunos llaman ”ley seca”, afectó drásticamente a la discoteca Mouse Cantina, que redujo de 60 a 12 sus empleados, dijo su administrador, David Chamorro.

Y el público no superó 10 por ciento de la asistencia registrada en la primera mitad de enero de 2003.

”La municipalidad no puede controlar a 1.000 borrachos, por lo que quiere coartar la libertad de más de 500.000 habitantes de Asunción”, se quejó el propietario de Zoë Café, Jorge Zafuán.

Este no fue un paso improvisado, según el director de Programas de Prevención de la Dirección de Salud de la Municipalidad de Asunción, José Arias.

Se tuvo en cuenta la legislación vigente en Colombia, Brasil y países de la Unión Europea, donde los resultados se manifiestan en ”la disminución de la violencia, con 50 por ciento menos de accidentes y 30 por ciento menos de criminalidad”, afirmó.

”Esta vacuna está muy bien probada, que aquí no funcione es otro tema, pero probémosla aunque sea por seis meses. Si no funciona, vamos a revisar la disposición”, agregó.

El ministro de Salud, Julio César Velázquez, asegura que el Poder Ejecutivo apoyará la aplicación de medidas similares en otros municipios del país.

Mientras, legisladores de la gobernante Asociación Nacional Republicana (ANR), también conocida como Partido Colorado, aguardan el fin del receso parlamentario de verano para estudiar un proyecto de ley que establezca medidas similares con alcance nacional.

Alcaldes de otras 22 ciudades revisan la adopción de estas normas.

”Si hubiese (en Asunción) una ciudadanía más responsable, autorregulada y una sociedad más madura en términos de obligaciones, no de derechos, probablemente esta ordenanza no sería necesaria”, dijo el alcalde Riera.

”Mientras aprendemos, mientras evolucionamos, mientras construimos nuestra ciudadanía, ¿podemos seguir dejando que la gente joven muera? Yo creo que no”, agregó.

”Compartimos la preocupación por la violencia, pero nos parece que recortar las libertades de una manera absoluta sería como, ante un dolor de cabeza, cortarnos la cabeza en vez tomar medicamentos”, opinó el director de la organización no gubernamental Decidamos, Juan Carlos Giuste.

Si se quiere disminuir la criminalidad ”alcanza con hacer que se cumplan las leyes, sin necesidad de sobrepasar los derechos supremos e inalienables de la libertad de las personas”, opinó el analista político Félix Lugo.

Pero Jorge Seall, doctorado en derecho en la estadounidense Universidad de Harvard, cree que la norma ”no es flagrantemente inconstitucional”.

”El argumento de que hay ciertas lesiones, disminuciones o menoscabos a otros derechos no es suficiente” para alegar inconstitucionalidad.

Con todo, ”la gente va a seguir buscando lugares donde salir y va a acabar yendo a sitios privados, como casas particulares. Nos vamos a empezar a encontrar con casos de abusos de menores y una serie de cuestiones que se tornarán incontrolables”, observó Giuste.

En los lugares públicos ”hay un control y una responsabilidad por parte del dueño del local y hay reglamentaciones que deben ser respetadas”, abundó Lugo.

La violencia es la primera causa de muerte en hombres entre 15 y 44 años en este país de 5,7 millones de habitantes, según Hernán Málaga, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En las ciudades colombianas de Cali, Bogotá y Medellín se aplicaron medidas similares, y las experiencias comenzaron a difundirse hacia otras ciudades de América Latina, como Quito, ”y existe interés en aplicarlas en Lima, Caracas y Montevideo”, adelantó.

Según Málaga, en Cali y Bogotá, donde se restringieron el porte de armas y los horarios para el expendio de licores, ”el efecto fue inmediato”.

Si la medida se sostiene entre tres y cuatro años, se logra reducir la incidencia de lesiones de causa externa en 50 por ciento, aseveró.

Incluso ciudades con intensa tradición de vida nocturna tienen limitaciones al esparcimiento nocturno y la venta de alcohol.

En Londres, los tradicionales ”pubs” cierran sus puertas a las 23 horas, y las últimas bebidas se expenden a las 22.30, cuando suena la campana anunciando el límite.

En la capital de Argentina se prohibió en diciembre la venta de bebidas alcohólicas en quioscos y gasolineras y a partir del 20 de este mes comenzaron las clausuras de tiendas infractoras.

La ley limita la venta de alcohol a tiendas de alimentos y supermercados entre las 8.00 y las 23.00 horas y más tarde sólo por pedidos a domicilio. Quedan exentos los restaurantes, cafés y discotecas, donde las bebidas se consumen dentro del local.

En la provincia argentina de Buenos Aires se aplicó entre 1996 y 2000 la ”ley de nocturnidad”, que establecía como el horario de discotecas y bares hasta las 04.00 de la mañana, para combatir la delincuencia y el narcotráfico y fortalecer las relaciones familiares.

Pero los horarios no se respetaron. ”El tope no tenía sentido y hasta terminaba siendo una fuente de corrupción”, dijo el entonces gobernador de Buenos Aires, Carlos Ruckauf.

En 2001, el Poder Legislativo bonaerense autorizó a los municipios de la provincia a fijar los horarios de estos establecimientos y las modalidades para vender bebidas alcohólicas.

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