Reformas de ONU80, carentes de transparencia, son objeto de duras críticas internas

Los sindicatos del personal de la ONU ahondan sus críticas a los planes de restructuración del organismo mundial, por no incluirlos en la Iniciativa ONU80, que adelanta esos cambios profundos. Ahora toca al sindicato de ONU Ginebra.
La sede principal de la ONU en Ginebra. Imagen: Jean-Marc Ferré / ONU

NACIONES UNIDAS – Mientras la ONU sigue adelante con sus planes de reestructuración del organismo mundial, denominado ONU80, siguen llegando las quejas: primero, el sindicato del personal de Nueva York y ahora, el sindicato del personal de Ginebra.

Tras una reunión con la dirección la tercera semana de mayo, para debatir la Iniciativa ONU80 a través del Comité de Gestión del Personal (SMC), un memorándum dirigido a los empleados afirma que entre las cuestiones planteadas se encontraba «la continua falta de transparencia y de consulta».

La Iniciativa ONU80 fue lanzada por el secretario general de la ONU, António Guterres, en marzo, en coincidencia con los 80 años del organismo mundial, y promueve una radical reorganización del sistema de las Naciones Unidas, para hacerla, se asegura, más eficiente, y afrontar su ya crónica crisis de ingresos.

Se cita a Guterres diciendo al personal que «las filtraciones y los rumores pueden crear ansiedad».

«Pero, ¿cómo se espera que el personal se entere de la ONU80?», preguntó el sindicato, que cuenta con 4500 miembros, en un memorándum del 27 de mayo.

El sindicato señala:

• La exigencia de trasladar al personal fuera de Ginebra y Nueva York: el personal se enteró por The New York Times.

• La propuesta inicial, calificada de «estrictamente confidencial» para las fusiones organizativas: el personal se enteró por Reuters y otros medios.

• La exigencia de recortar los presupuestos en 20 %: el personal tuvo que prestar atención a un video de dos horas de una sesión informal de la Asamblea General, en el que la información quedó oculta en un comentario al margen.

• Las conversaciones entre las Naciones Unidas y Qatar sobre la acogida de organizaciones en Doha: el personal se enteró por Tribune de Genève.

• Una propuesta de Ruanda para acoger organizaciones en Kigali: el personal se enteró por Devex.

• Conversaciones entre la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derecgos Humanos (Acnudh) y Austria para trasladar funcionarios a Viena: el personal se enteró a través de Le Temps. La dirección afirmó posteriormente que el número de puestos que se trasladarían a Viena era mucho menor.

Actualmente, más de 40 organizaciones y entidades del sistema de las Naciones Unidas, junto con las secretarías de numerosos órganos creados en virtud de tratados internacionales, tienen su sede u oficinas regionales en Ginebra.

Entre ellas figuran importantes organismos de las Naciones Unidas como la Organización Mundial de la Salud (OMS), ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre otros.

Stephanie Hodge, antigua integrante del personal del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y posteriormente del personal de Educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), dijo a IPS: «Como observadora externa que ha trabajado estrechamente con esta institución durante muchos años, me gustaría expresar mi apoyo a las preocupaciones planteadas por el personal en relación con los recientes acontecimientos».

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

«Aunque no hablo en nombre de ningún grupo interno, creo que es importante reconocer cómo estas cuestiones resuenan más allá de las paredes de la organización», acotó.

Las voces del personal son la columna vertebral de la credibilidad y la eficacia de cualquier institución, señaló. «Cuando sus ideas, contribuciones y experiencias vividas se dejan de lado en los grandes esfuerzos de reforma, se debilita no solo la moral interna, sino también la confianza de los socios y las partes interesadas que dependen de la integridad de la institución», consideró.

«Muchos de nosotros, en la comunidad humanitaria y de desarrollo en general, admiramos desde hace tiempo la capacidad de esta organización para cumplir sus objetivos en entornos difíciles», añadió.

Esa capacidad se basa en la dedicación y la experiencia de su personal, afirmó Hodge, que ahora trabaja como evaluadora independiente y consultora para programas de desarrollo en todo el mundo

El clima actual de incertidumbre, señaló, combinado con la percepción de que el personal está siendo informado a través de filtraciones o canales informales, es preocupante. La transparencia y la consulta no son un lujo, sino condiciones previas para una reforma sostenible y orientada a la misión.

Ninguna iniciativa de cambio, por muy bien intencionada que sea, puede tener éxito sin la participación activa de las personas encargadas de llevarla a cabo, argumentó.

Por su parte, el sindicato del personal añade: «También pedimos aclaraciones sobre qué se consultaría realmente con los sindicatos del personal (el secretario general ha declarado en varias ocasiones que la iniciativa está sujeta a consulta y que se celebrará una reunión en Kosovo). La respuesta fue que cualquier consulta se limitaría a las denominadas medidas de mitigación, que podrían incluir:

• La imposición de una congelación de la contratación externa

• La consideración prioritaria de los candidatos internos para los nuevos puestos

• Facilitar el traslado del personal de la Secretaría General a otros lugares de destino, aunque a su propio costo y sujeto al acuerdo del nuevo país de acogida

• Cursos de formación

• Paquetes de separación (aunque ya se sabe que no habrá paquetes mejorados).

Como se puede imaginar, tanto la falta de transparencia como la falta de voluntad para llevar a cabo una consulta significativa vacían de contenido las palabras del Secretario General, afirma el sindicato del personal.

A esto se suma la falta de claridad sobre cómo los recortes y las reubicaciones propuestos fortalecerán a las Naciones Unidas, mejorarán el apoyo al multilateralismo en una era transaccional o resolverán la crisis de liquidez.

«Algunos han descrito una sensación de pánico entre la dirección de Nueva York. Tememos que esto conduzca a un resultado que debilite y socave la organización en la que creemos y por la que trabajamos», indica la organización sindical.

«Como habrán podido comprobar, no somos los únicos que opinamos así. Los Estados miembros y la sociedad civil también se han pronunciado al respecto», añade.

Por lo tanto, dice, «estamos contactando con todos los actores (Estados miembros, medios de comunicación, mundo académico, sociedad civil) para exponer nuestros argumentos. También les hemos transmitido estas preocupaciones a ustedes y a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales. Estamos en estrecho contacto con altos directivos que comparten estas preocupaciones».

«Nuestro objetivo es aportar razón y sentido a cualquier reforma que se lleve a cabo, sabiendo que la ONU debe evolucionar para sobrevivir», asegura.

«Al mismo tiempo, estamos revisando todas las opciones legales y coordinándonos con otros sindicatos del personal sobre estas cuestiones. Seguiremos manteniéndoles informados y contando con ustedes en nuestros próximos pasos a medida que definamos nuestra respuesta colectiva».

El memorándum fue redactado por Laura Johnson, secretaria ejecutiva, e Ian Richards, presidente del Sindicato del Personal.

Mientras tanto, se esperaba que el Sindicato del Personal de Nueva York, que también criticó su exclusión de los debates sobre las reformas de las Naciones Unidas, hiciera lo siguiente:

Pedir al secretario general que incluya oficialmente al Sindicato del Personal de las Naciones Unidas (Unsu, en inglés) como participante de pleno derecho en todos los aspectos de la Iniciativa ONU80, entre otras cosas designando a representantes del Sindicato en el Grupo de Trabajo ONU80, en particular en su Grupo de Trabajo, con miras a garantizar la representación del personal en los procesos de deliberación y toma de decisiones.

Solicitar que se conceda al Sindicato del Personal un estatuto consultivo equivalente al de otras partes interesadas en el Grupo de Trabajo, incluido su Grupo de Trabajo, a fin de que pueda aportar su opinión sobre cuestiones que afectan directamente al bienestar del personal, la eficiencia organizativa y la reforma institucional.

Hacer hincapié en que la participación del Sindicato del Personal en el proceso de gestión del cambio a escala mundial y con repercusiones de tal magnitud es fundamental para aportar información sobre las operaciones cotidianas y detectar posibles ineficiencias y retos para mejorar la eficacia de la organización.

Mandeep S. Tiwana, cosecretario general interino de Civicus, la alianza mundial de la sociedad civil, aseguró a IPS que, a todos los efectos, las Naciones Unidas son la conciencia laica del mundo. Por lo tanto, se espera que su liderazgo actúe en todo momento con buena fe, integridad profesional y valentía basada en principios.

Según el especialista,  durante demasiado tiempo, los máximos responsables de la ONU han impedido que la institución alcance su pleno potencial, recurriendo a métodos burocráticos de funcionamiento, sometiéndose a las realidades políticas percibidas y a la ambición personal.

La frustración actual expresada por el Sindicato del Personal de las Naciones Unidas en Ginebra sobre la falta de consulta y transparencia por parte de los dirigentes de la ONU es un síntoma de un problema mucho mayor que impregna la institución, entre otras cosas, el hecho de no asumir la responsabilidad de los propios fracasos y tratar de culpar exclusivamente a las acciones beligerantes de los Estados miembros de la ONU.

Ampliando esta idea, Hodge afirmó que, desde fuera, lo que parece más urgente es la necesidad de centrar la reforma no solo en el ahorro financiero o los cambios estructurales, sino en el fortalecimiento de la cultura institucional y la protección del capital humano que hace posible el éxito.

La eficiencia es importante, consideró, pero nunca debe conseguirse a costa de la dignidad, la equidad o la claridad de objetivos.

«Insto a los dirigentes a que aborden este momento no como un reto de relaciones públicas, sino como una oportunidad para restablecer el tono del diálogo interno. La inclusión significativa del personal en la configuración del futuro de la organización no solo mejoraría los resultados, sino que sentaría un ejemplo positivo para todo el sistema multilateral», expresó.

Y añadió: Quienes nos preocupamos profundamente por la ONU como institución queremos verla prosperar. Eso significa escuchar al personal, actuar con integridad y dejar espacio para la resolución conjunta de los problemas. Las reformas que se llevan a cabo con las personas, y no contra ellas, siempre son más poderosas y duraderas».

T: MF / ED: EG

 

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