Murieron 52 000 migrantes al huir de crisis durante una década

Más de 52 000 migrantes murieron mientras intentaban escapar de países sumergidos en diferentes crisis entre 2014 y 2024, según un nuevo informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Rescate de migrantes en el Mediterráneo central, la ruta más mortífera en el mundo para las miles de personas que buscan alcanzar el sur de Europa desde las costas de África. Al huir de conflictos armados y otras situaciones de crisis, miles de personas de unos 40 países del Sur perecen cada año, lamenta la Organización Internacional para las Migraciones. Imagen: SOS Mediterranée

BERLÍN – Más de 52 000 personas perdieron la vida mientras intentaban escapar de países sumergidos en crisis y llegar a un mejor destino, en el período 2014-2024, expuso la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en un informe divulgado este martes 29.

Amy Pope, directora general de esa agencia de las Naciones Unidas, dijo que las cifras sobre muerte de migrantes “son un recordatorio trágico de que las personas arriesgan sus vidas cuando la inseguridad, la falta de oportunidades y otros factores de presión las dejan sin opciones viables o seguras en su lugar de origen”.

La cifra de fallecidos incluye a más de 39 000 personas que perecieron dentro de las zonas de conflicto, con frecuencia atrapadas en condiciones inseguras, en tanto que otras 13 500 murieron mientras intentaban escapar de conflictos o de desastres.

El año pasado marcó el mayor número anual de muertes desde que la OIM comenzó a recopilar datos en 2014, con más de 8700 muertes registradas por segundo año consecutivo. África, Asia, Europa y el Caribe registraron el mayor número de muertes durante la migración respecto de cualquier año registrado.

El número de muertos en 2024 incluye al menos 773 mujeres, 3084 hombres y 480 niños que fallecieron en rutas migratorias a nivel mundial.

La OIM destaca en su reporte que la mayor parte de las personas que pierden la vida al momento de migrar no realizan viajes peligrosos simplemente por elección, sino que lo hacen por desesperación, escapando de la inseguridad, los conflictos, los desastres y otras crisis humanitarias.

Más de la mitad (54 %) de todas las muertes registradas de migrantes desde 2014 ocurrieron en o cerca de países afectados por conflictos o desastres.

Por ejemplo, en Afganistán más de 5000 personas fallecieron en tránsito y esa cifra incluye a miles que perecieron escapando del país tras la agitación política de 2021, cuando la milicia talibán tomó el poder tras forzar el retiro de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados occidentales.

De Myanmar huyeron en el período considerado más de un millón de personas de la etnia rohinyá (minoritaria y de confesión musulmana en ese país de mayoría budista), y, de las 3100 muertes registradas, la mayor parte murió en naufragios o cuando intentaban cruzar la frontera hacia la vecina Bangladés.

El Mediterráneo central sigue siendo la ruta migratoria más peligrosa de todo el mundo, con casi 25 000 personas perdidas en el mar en la trágica década, tratando de ganar las costas del sur de Europa desde las del norte de África.

Las muertes debidas a la violencia estuvieron muy sobrerrepresentadas en los países en crisis, representando 10 % de las muertes, en comparación con menos de cuatro por ciento en los países sin crisis.

Las enfermedades y la falta de acceso a la atención sanitaria causaron muchas más muertes en los países en crisis, representando seis por ciento de las muertes en tránsito en esos países, en comparación con 1,5 % en los países sin crisis.

El informe subraya que el aumento de muertes en los últimos dos años, y los vínculos con países en crisis, apuntan a la fuerte necesidad de acción para garantizar que las vías seguras y regulares sean accesibles

Las evaluaciones de necesidades y los pedidos de asistencia a menudo no incluyen tareas especiales para proteger a las personas en movimiento, aunque casi uno de cada cuatro migrantes desaparecidos provienen de un país afectado por la crisis.

El informe considera como “países en crisis” los 40 que tienen activo un plan de respuesta a crisis o plan de respuesta humanitaria de la OIM o la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de la ONU.

A pesar de la escala de las crisis, los migrantes son por lo común pasados por alto en las planificaciones humanitarias.

“Con mucha frecuencia los migrantes son ignorados”, dijo Julia Black, coordinadora del proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM y autora del informe.

Señaló que debido a las brechas en materia de datos –en especial en zonas de guerra y en áreas de desastre– el saldo real de muertes posiblemente sea mucho más elevado que el registrado.

Pope expuso que “debemos invertir en la creación de estabilidad y oportunidades dentro de las comunidades, de modo que la migración sea una opción y no una necesidad”.

“Y cuando quedarse ya no es posible, debemos trabajar juntos para permitir que haya vías seguras, legales y ordenadas que protejan las vidas”, añadió.

A-E/HM

 

 

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