Indígenas exigen fin de la explotación petrolera en la Amazonia

Un derrame petrolero en la Amazonia peruana. Organizaciones indígenas de nueve países sudamericanos exigen que se ponga fin a la exploración y explotación de hidrocarburos en la cuenca amazónica, para salvaguardar sus territorios del impacto ambiental de esa actividad y como contribución a la acción en favor del clima en el planeta. Imagen: Alex Kornhuber / Pucp

MANAUS, Brasil – Organizaciones indígenas de nueve países, “el G9 de la Amazonia Indígena”, lanzaron una ofensiva de reclamo para poner fin a la explotación petrolera en la cuenca amazónica, de cara a la conferencia mundial sobre el cambio climático que se realizará este año con Brasil como anfitrión.

En su declaración emitida en esta ciudad a orillas del Amazonas, los movimientos indígenas asientan que “el discurso de utilizar los recursos petroleros de la Amazonia para financiar la transición energética no es solo falso, es escandalosamente cínico”.

“Ignora la gravedad de la crisis climática y la devastación causada por la extracción de combustibles fósiles, que son, de hecho, los mayores contribuyentes a la crisis climática global”, agrega el texto de los nueve agrupamientos indígenas.

Para ese G9 “la transición energética debe hacerse de manera justa e inmediata, respetando y protegiendo a las poblaciones que ya están pagando el precio más alto por esta destrucción criminal”.

De seguidas, demandan el reconocimiento de las organizaciones indígenas, para que sean copresidentas de la 30 Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) que se realizará el próximo noviembre en la ciudad de Belem, noreste de Brasil.

El encuentro de Manaus fue organizado por la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (Coiab), y reunió a líderes de federaciones indígenas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Suriname y Venezuela.

De cara a la cumbre de Belem, el G9 demanda que se incluya la demarcación y protección de los territorios indígenas como política climática en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) que deben hacer los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera.

Asimismo, mecanismos financieros para la asignación directa, sin intermediarios, de recursos destinados a combatir el cambio climático en sus territorios tradicionales.

La propuesta apunta a cambiar el escenario actual, donde menos de uno por ciento de los recursos transferidos por los gobiernos de los países desarrollados a los países en desarrollo para combatir el cambio climático llegan directamente a las comunidades tradicionales y pueblos indígenas.

“Ya no aceptaremos intermediarios que no respeten nuestras autoridades  y autogobiernos, ni nuestros conocimientos, sistemas de conocimiento y formas de vida”, dice la declaración.

Agrega que “el futuro de la humanidad depende de la autonomía y liderazgo de los pueblos indígenas, y exigimos que esto se refleje en políticas y prácticas de financiamiento”.

La coordinadora general de Coiab, Toya Manchineri, destacó que el financiamiento directo a las organizaciones indígenas es fundamental para la efectividad de la protección territorial.

“La demarcación y titulación de territorios son fundamentales para combatir la crisis climática, pero sin un financiamiento adecuado para los pueblos indígenas, no podemos implementar iniciativas en los territorios que fortalezcan la economía comunitaria, nuestros aportes, identidad y organizaciones”, dijo Manchineri.

La crítica decidida a la exploración y explotación de hidrocarburos en la cuenca llega después de que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva defendiera la exploración petrolera en el área de Foz do Amazonas (FZA-M-59), frente a la costa de su norteño estado de Amapá.

El encuentro de Manaus considera que el proyecto presenta riesgos de impactos socioambientales para los pueblos indígenas de la región, como deforestación, contaminación de ríos, apropiación e invasión de tierras e inseguridad alimentaria.

Además, afirma que el proyecto irrespeta el derecho a la consulta libre, previa e informada a los pueblos indígenas, tal como lo estipula el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, del que Brasil es signatario.

La Amazonia “es una región que está en crisis, y si no se protege, dejará de ser parte de la solución a la crisis climática y se convertirá en una bomba de carbono a punto de explotar”, asentó a modo de cierre la declaración.

A-E/HM

 

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