GINEBRA – La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) se declaró “horrorizada” este viernes 4 por el ataque de una pandilla el día anterior en la población de Pont Sondé, Haití, donde fueron asesinadas al menos 70 personas.
Miembros de la banda “Gran Grif”, armados con rifles automáticos, “dispararon contra la población y mataron al menos a 70 personas, entre ellas 10 mujeres y tres niños”, dijo Thameen Al-Kheetan, portavoz de Acnudh, en esta ciudad suiza.
Al menos 16 personas resultaron gravemente heridas, entre ellas dos pandilleros, durante un intercambio de disparos con la policía haitiana, dijo el portavoz.
Durante estos ataques, los pandilleros incendiaron 45 casas y 34 vehículos, lo que obligó a muchos residentes a huir de sus casas en Pont Sondé, una población en el departamento de Artibonite, a unos 60 kilómetros al norte de la capital, Puerto Príncipe, también azotada durante años por la violencia criminal.
Las autoridades en Puerto Príncipe manejaban distintas versiones sobre el número total de muertos y heridos en Pont Sondé, y anunciaron el reemplazo del jefe de la policía en Artibonite, Paul Ménard, por un nuevo comisario, Caleb Exantus.
En el departamento las autoridades locales se quejan constantemente de que las fuerzas policiales no tienen suficientes recursos para enfrentar el poderío de las bandas. En el país hay decenas de grupos armados.
Al-Kheetan dijo que ante el auge de la violencia que ejercen las pandillas en Haití “pedimos un aumento de la asistencia financiera y logística internacional a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (Mmas)”.
La Mmas, con respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, debe conformar una fuerza de 2500 efectivos, de países africanos y caribeños, para apoyar a la policía haitiana en la lucha contra las pandillas y por la seguridad en el país más pobre del hemisferio occidental, de 11,5 millones de habitantes.
Hasta ahora solo han arribado 400 efectivos policiales aportados por Kenia, cuyo gobierno aceptó la responsabilidad de liderar la fuerza multinacional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expuso a través de su portavoz en Nueva York que “a medida que la violencia de las pandillas continúa propagándose desde la capital a otros departamentos de Haití, destaca la importancia de los esfuerzos conjuntos emprendidos por la Policía Nacional de Haití y la Mmas”.
“Estos esfuerzos deben ser apoyados. El secretario general hace un llamamiento urgente a todos los Estados miembros para que garanticen que la misión reciba la asistencia financiera y logística que necesita para tener éxito”, añadió el portavoz.
Al-Kheetan dijo que “también es esencial que las autoridades lleven a cabo una investigación rápida y exhaustiva sobre este ataque, lleven a los responsables ante la justicia, y garanticen reparaciones para las víctimas y sus familias”.
En los nueve primeros meses de 2024 fueron asesinadas en Haití al menos 3660 personas, como consecuencia de la actividad de las pandillas, de los enfrentamientos entre ellas y algunas muertes atribuidas a excesos policiales.
Un resultado ha sido la huida de sus hogares de unas 700 000 personas, que se han desplazado dentro de las castigadas barriadas de la capital y hacia las regiones ubicadas al sur –principalmente- y también hacia la zona agrícola de Artibonite.
Ese panorama ha complicado no solo la prestación de los muy deficitarios servicios de alimentación, salud y educación, sino que dificulta el acceso de la asistencia que puedan suministrar agencias de ayuda humanitaria.
Según entidades de la ONU, 4,5 millones de personas, casi la mitad de la población haitiana, necesita ayuda humanitaria urgente, alimentaria en primer lugar, pues se ha detectado que al menos 6000 personas sobreviven al borde de la inanición.
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