Chile afirma compromiso con la democracia a 50 años del golpe

La voz de la senadora María Isabel Allende Bussi se quiebra cuando recuerda los momentos finales de vida y el último abrazo de su padre, el entonces presidente Salvador Allende, en el bombardeado palacio de La Moneda, a cuyas puertas se cumplió este 11 de septiembre un acto con motivo de los 50 años del golpe militar. Imagen: Captura de transmisión de TV

SANTIAGO – Con el lema “Democracia Siempre”, el presidente de Chile, Gabriel Boric, junto a sus pares de Bolivia, Colombia, México y Uruguay, encabezó este lunes 11 un acto en el palacio de La Moneda, bombardeado durante el golpe que derrocó al gobierno del socialista Salvador Allende hace exactamente 50 años.

La democracia “es una construcción continua y el único camino para avanzar a una sociedad más justa y humana, entre la diversidad y entre quienes piensan distinto, con quienes podemos construir una sociedad mejor”, dijo Boric en su discurso.

Entre quienes acudieron al acto que recordó el golpe encabezado por el general Augusto Pinochet, estaban los presidentes Luis Arce de Bolivia, Gustavo Petro de Colombia, Andrés Manuel López Obrador de México, Marcelo Rebelo de Sousa de Portugal y Luis Lacalle Pou de Uruguay.

También estuvieron los exgobernantes de Colombia, Juan Manuel Santos, de España, Felipe González, y de Uruguay, José Mujica.

La conmemoración ha estado marcada por una fuerte polarización entre las derechas que culpan a Allende por crear condiciones para el golpe e incluso defienden la dictadura de Pinochet (1973-1990), y sus oponentes de izquierda que denuncian el asalto al poder y las graves violaciones de derechos humanos bajo ese régimen.

“Recuerdo que mi padre ese día actuaba decidido, pero con serenidad. Sabíamos que no se iría del Palacio de La Moneda. No olvido su último abrazo, calidez, su amor infinito. Salvador Allende encarnó la esperanza”: María Isabel Allende Bussi.

La dictadura dejó más de 40 000 víctimas –más de 3000 muertos y desaparecidos, y numerosos heridos, prisioneros y torturados-, aventó al exilio a miles de chilenos, descalabró la economía durante largos años y quebró la convivencia en la sociedad.

Boric dijo que “no es separable el golpe de lo que vino después”, destacando la violación de los derechos humanos, y afirmando que “no importa el color del régimen que viole los derechos humanos, sea rojo, azul o negro: deben ser respetados siempre, y su vulneración condenada sin matiz alguno”.

Cuatro días antes de este aniversario, Boric y los expresidentes vivos Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, de distintas corrientes ideológicas, firmaron un documento titulado “Por la democracia, siempre”, reiterando su compromiso con la civilidad y el estado de derecho.

Cuando ese texto se presentó a las distintas formaciones políticas con representación parlamentaria, los partidos de izquierda y centroizquierda lo aceptaron, pero rehusaron suscribirlo las formaciones de derecha tradicional y el más nuevo Partido Republicano, considerado de extrema derecha.

El Republicano es el partido con mayor representación en el cuerpo que prepara una nueva constitución para Chile y que debería ser sometida a referendo el próximo diciembre, como una vía para desmontar la intransigencia política que avanza entre los chilenos, 70 % de los cuales nacieron después del golpe de 1973.

Otra muestra de la crispación bajo la cual Chile arriba a este aniversario se registró el 10 de septiembre, cuando una manifestación popular en homenaje a Allende pasó junto a La Moneda y Boric la acompañó brevemente, pero fue seguida de pedreas y refriegas entre manifestantes y unidades policiales.

Luego, exaltados entre los manifestantes que acudieron al Cementerio General de la capital para rendir homenaje a Allende prendieron fuego a la tumba del exsenador Jaime Guzmán, un aliado de Pinochet, y causaron destrozos en el mausoleo de la militarizada Policía de Carabineros, principal cuerpo a cargo del orden público.

En la noche del 10, en cambio, miles de mujeres vestidas de negro por el luto debido a las víctimas, y con luces a modo de antorchas, acudieron frente al palacio presidencial para demandar que “nunca más” una dictadura se apodere de Chile.

En varias ciudades de provincia, en universidades y en otras entidades, y en lugares que fueron sitios de detención, así como en el santiaguino Museo de la Memoria, también se cumplieron actos este 11 de septiembre, para repudiar el golpe de Estado de hace 50 años y reiterar compromisos con la democracia.

En el acto a las puertas de La Moneda también habló la senadora socialista María Isabel Allende Bussi, hija del presidente que gobernó con la Unidad Popular (1970-1973), quien narró su vivencia del fatídico 11 de septiembre junto a su padre.

“Recuerdo que mi padre ese día actuaba decidido, pero con serenidad. Sabíamos que no se iría del Palacio de La Moneda. No olvido su último abrazo, calidez, su amor infinito. Salvador Allende encarnó la esperanza”, dijo la senadora, y se quebró su voz.

A-E/HM

 

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