Diez palestinos han muerto tras ataque israelí en Yenín

El campo de refugiados de Yenín, donde viven unas 18 000 personas, limita con el municipio de Yenín, Cisjordania, en donde el ejército israelí lanzó esta semana una operación antiterrorista que ha resultado en la muerte de 10 palestinos, entre ellos tres niños, y al menos un centenar de heridos. Imagen: Dominiek Benoot / Oops

NACIONES UNIDAS – El ataque lanzado por fuerzas armadas de Israel en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, ha dejado 10 palestinos muertos, entre los cuales tres niños, y al menos 100 heridos, 20 de ellos graves, informó este martes 4 la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.

 

En un aparente ataque de represalia en la ciudad israelí de Tel Aviv, este martes, siete personas resultaron heridas, tres de ellas de gravedad, cuando un hombre palestino atropelló a los peatones que estaban fuera de un centro comercial.

El atacante fue asesinado a tiros por un ciudadano israelí en el lugar y, según informes de la prensa local, el grupo militante palestino Hamas describió el ataque como una respuesta directa a la operación militar en Yenín.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación por los acontecimientos en Yenin, en la Cisjordania ocupada, iniciados en la madrugada del lunes 3, y afirmó que “todas las operaciones militares deben llevarse a cabo con pleno respeto por el derecho internacional humanitario”.

Unos 3000 residentes han abandonado el campamento desde que comenzó la operación, la mayor de su tipo en dos décadas, y la cual ha incluido bombardeos aéreos con drones y la incursión de un millar de efectivos del ejército israelí.

La agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (Unrwa en inglés), que administra cuatro escuelas, un centro de salud y otras instalaciones en el campamento, dijo que muchos residentes necesitaban urgentemente alimentos, agua potable y leche en polvo para los niños.

Los ataques aéreos “dañaron significativamente” las estructuras en las que vivían personas en el campamento y en los vecindarios circundantes, según Unrwa.

La incursión sigue a otra operación el 19 de junio en el campamento, donde viven unas 18 000 personas, y la cual dejó cuatro palestinos muertos y otros 91 heridos.

El ejército israelí enmarcó la operación en un “amplio esfuerzo antiterrorista”, pues según el primer ministro Benjamín Netanyahu “Yenín se ha convertido en los últimos meses en un refugio del terrorismo y estamos poniendo fin a eso”.

Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este martes que el alcance de las lesiones de las personas estaba ejerciendo presión sobre el sistema de salud “frágil y con fondos insuficientes” y que trabajaba con socios para entregar más suministros médicos para salvar vidas en el Hospital de Yenín.

Según la agencia de salud de la ONU, se ha impedido que las ambulancias con equipos médicos ingresen a partes del campo de refugiados y lleguen a las personas que han resultado gravemente heridas.

Al menos dos hospitales también se han visto afectados por ataques con uso de municiones y botes de gas.

“Los ataques contra la atención médica, incluida la prevención del acceso a las personas heridas, son extremadamente preocupantes”, dijo la OMS, y pidió “respeto y protección de la atención médica”, incluido el paso seguro a los servicios de salud en Yenín y en toda Palestina.

También el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que “la reciente operación en Cisjordania ocupada y el ataque vehicular en Tel Aviv subrayan siniestramente un patrón de eventos demasiado familiar: la violencia solo engendra más violencia”, y pidió que finalice.

“La escala de la operación de las fuerzas israelíes, incluido el uso de repetidos ataques aéreos, así como la destrucción de bienes, plantea problemas graves con respecto a las normas y estándares internacionales relacionados con los derechos humanos, en particular la protección y el respeto del derecho a la vida”, dijo Türk.

Puntualizó que “el uso de ataques aéreos es incompatible con las normas aplicables a la realización de operaciones policiales”.

“El derecho internacional de los derechos humanos impone obligaciones claras a Israel como potencia ocupante para garantizar que todas las operaciones se planifiquen y controlen de tal manera que se minimice, en la medida de lo posible, el uso de la fuerza y, en particular, de la fuerza letal”, agregó Türk.

A-E/HM

 

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