GINEBRA – Al menos 73 migrantes están desaparecidos y presuntamente murieron ahogados en un naufragio en el Mediterráneo central frente a las costas de Libia, el 14 de febrero, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La embarcación, “que transportaba a unas 80 personas, habría partido de Qasr Alkayar (a unos 80 kilómetros al este de Trípoli, la capital) el 14 de febrero con dirección a Europa”, indicó en su cuenta de Twitter la oficina de la OIM en Libia.
Según el reporte de esa agencia de las Naciones Unidas, “siete sobrevivientes, que regresaron a la costa libia en condiciones extremadamente difíciles, se encuentran actualmente en el hospital”.
“Hasta ahora, la Media Luna Roja Libia y la policía local han recuperado once cuerpos”, agregó el reporte de la OIM.
El Mediterráneo central, surcado por frágiles botes a menudo atestados de inmigrantes africanos que tratan de ganar las costas de Europa, es considerado una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo.
Con base en datos de la OIM, la organización humanitaria española Accem dijo que el año pasado 2925 personas murieron tratando de ganar la frontera sur de la Unión Europea, y de ellas 2365 en el área mediterránea. Al menos 114 eran niños o niñas.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dijo que solo en las travesías por el Mediterráneo central -desde las costas de Libia o Túnez hasta las de Italia y Malta, principalmente- desaparecieron 1368 migrantes y refugiados en 2022.
Desee comienzos de este año Acnur había contabilizado 88 víctimas entre muertos y desaparecidos, a los que se añadirían ahora los más de 70 del reciente naufragio.
Según la agencia, 160 100 personas llegaron a Europa a través de las rutas marítimas del Mediterráneo y las atlánticas del noroeste de África en 2022, en tanto los muertos y desaparecidos fueron al menos 2583.
Desde el pasado enero, el total de llegadas de inmigrantes y refugiados a Europa se ubica en 10 672, incluidas 10 399 personas que llegaron por mar a Italia, Grecia, España, Chipre y Malta.
Hasta ahora el peor año ha sido 2016, cuando se documentó la muerte o desaparición de 5136 personas.
Tras el Mediterráneo central, el espacio más peligroso es el occidente de ese mar, con migrantes que principalmente desde Marruecos o Argelia tratan de ganar la península ibérica o las ciudades africanas de Ceuta y Melilla, de soberanía española, un esfuerzo fallido para 603 persona que murieron en 2022.
En el Mediterráneo oriental 376 personas -32 menores de 18 años- murieron o desaparecieron en 2022, en una ruta que conduce principalmente desde Turquía hacia las costas de Grecia, y en menor medida hacia Chipre y Bulgaria.
Frente a las tragedias de los naufragios, la OIM continúa exigiendo acciones concretas por parte de los Estados europeos miembros, como el aumento de las capacidades de salvamento marítimo, el establecimiento de mecanismos de desembarco claros y seguros, y también reglas regulares para las migraciones legales.
Organizaciones humanitarias y responsables de derechos humanos de la ONU han reclamado, junto con medidas de atención por parte de países europeos, ante la actividad de tratantes de personas y las duras condiciones de confinamiento a que son sometidos los migrantes africanos en campamentos como los existentes en Libia.
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