NACIONES UNIDAS – Tras muchas reticencias, Estados Unidos y sus aliados occidentales acordaron proporcionar a Ucrania algunos de los tanques de combate más sofisticados del mundo: Abrams de fabricación estadounidense, Leopard de fabricación alemana y Challengers de fabricación británica.
Pero la cuestión sigue siendo si estas armas supondrán una diferencia decisiva para las fuerzas armadas ucranianas que libran una batalla sin cuartel contra una de las principales potencias militares y nucleares del mundo.
Según el Departamento de Defensa estadounidense, el nuevo paquete de 400 millones de dólares, anunciado el 25 de enero, representa el inicio de un proceso para proporcionar capacidades adicionales a Ucrania en su defensa de la invasión rusa, iniciada el 24 de febrero del año pasado.
El paquete incluye 31 tanques M-1 Abrams con cartuchos de 120 milímetros y otras municiones; ocho vehículos tácticos para recuperar material; vehículos y material de apoyo; financiación para formación, mantenimiento y sostenimiento.
Junto con el batallón de tanques M-1 Abrams, un consorcio europeo se compromete a proporcionar dos batallones de tanques Leopard a Ucrania.
El Departamento de Defensa afirma que Estados Unidos «seguirá trabajando con nuestros aliados y socios para satisfacer las necesidades de Ucrania en el campo de batalla, con el fin de contrarrestar la agresión rusa y garantizar la libertad e independencia continuas del pueblo ucraniano».
En declaraciones desde la Casa Blanca el mismo 25 de enero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, agradeció a todos los miembros de la coalición occidental que sigan comprometidos con su ayuda a Kiev.
El Reino Unido, dijo, ha anunciado recientemente la donación de tanques Challenger 2 a Ucrania. Francia aporta vehículos blindados de combate AMX-10.
Además de los tanques Leopard, Alemania enviará una batería de misiles Patriot, mientras los Países Bajos donan un misil Patriot y lanzadores.
Francia, Canadá, el Reino Unido, Eslovaquia, Noruega y otros países han donado sistemas de defensa antiaérea esenciales para ayudar a proteger los cielos ucranianos y salvar las vidas de civiles inocentes que son literalmente el blanco de la agresión rusa, declaró Biden.
En cuanto al flujo de armas a Ucrania, Polonia está enviando vehículos blindados, Suecia vehículos de combate de infantería, Italia artillería, Dinamarca y Estonia obuses, Letonia más misiles Stinger, Lituania cañones antiaéreos.
Finlandia, por su parte, acaba de anunciar su mayor paquete de ayuda a la seguridad hasta la fecha.
“Lo que se necesitan son negociaciones, no tanques. Negociaciones para poner fin a esta guerra antes de que se intensifique. Las negociaciones, no los tanques, ayudarán a alejar el reloj del juicio final de la medianoche y de la pesadilla de la guerra nuclear»: Bill Astore.
¿Se verá socavada la propuesta de diálogos de paz y negociaciones diplomáticas por el flujo masivo de nuevas armas?
Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, afirmó en el Senado estadounidense poco después de anunciarse la nueva ayuda que «queremos situarles en la mejor posición posible para que, tanto si esta guerra termina en el campo de batalla como si termina con la diplomacia, o con una combinación de ambas, se sitúen en un mapa mucho más ventajoso para su futuro a largo plazo y (el presidente ruso Vladimir) Putin sienta el fracaso estratégico».
Matthew Hoh, capitán retirado del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y funcionario del Departamento de Estado, consideró que “los tanques de Estados Unidos y del resto de la la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no servirán como armas milagrosas para ganar la guerra por Ucrania”.
“Más bien deberíamos esperar una escalada recíproca por parte de Rusia que solidifique el estancamiento y amenace con la expansión de la guerra. Solo la desescalada, el alto el fuego y las negociaciones pondrán fin a la guerra», añadió.
El teniente coronel retirado Bill Astore, antiguo profesor de Historia, coautor de tres libros y numerosos artículos centrados en la historia militar y la historia de la ciencia, la tecnología y la religión, afirmó que unas pocas docenas de tanques estadounidenses, británicos y alemanes “no serán decisivos en Ucrania”.
“Lo que se necesitan son negociaciones, no tanques», señaló.
“Negociaciones para poner fin a esta guerra antes de que se intensifique. Las negociaciones, no los tanques, ayudarán a alejar el reloj del juicio final de la medianoche y de la pesadilla de la guerra nuclear», añadió.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo el 18 de enero que no creía que existiera todavía la oportunidad de organizar «una negociación de paz seria» entre las partes enfrentadas en Ucrania, casi un año después de la invasión rusa a gran escala.
Guterres aseguró en el marco del Foro Económico Mundial, celebrado en la ciudad suiza de Davos, que seguía comprometido con aliviar el sufrimiento de los ucranianos y de las personas vulnerables de todo el mundo, que siguen sufriendo las consecuencias «dramáticas y devastadoras» del conflicto en la economía mundial.
“Habrá un final, hay un final para todo, pero no veo el final de la guerra en un futuro inmediato», dijo Guterres.” No veo en este momento la posibilidad de una negociación de paz seria entre las dos partes”, sentenció.
Desde 2014, Estados Unidos ha comprometido más de 29 900 millones de dólares en ayuda de seguridad a Ucrania y más de 27 100 millones desde el comienzo de la “invasión brutal y no provocada” de Rusia el 24 de febrero de 2022, según el Departamento de Defensa.
La teniente coronel retirada de la Fuerza Aérea, Karen Kwiatkowski, exfuncionaria del Pentágono y de la Agencia de Seguridad Nacional, y destacada crítica de la participación de Estados Unidos en Iraq, fue crítica con la entrega de tanques a Ucrania.
«La escalada gradual, tanque por tanque, por parte de los neoconservadores estadounidenses y los acobardados de la OTAN es desenfocada, reaccionaria y virtuosa en lugar de estratégica», dijo.
“Solo por estas razones, la alianza occidental tiene graves problemas», concluyó.
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