ONU premia dos iniciativas latinoamericanas por la naturaleza

El jaguar o yaguareté (Panthera onca) es una de las especies amenazadas por la degradación del bosque atlántico que cubre parte de Argentina, Brasil y Paraguay, unn ecosistema cuyas iniciativas de conservación y restauración son distinguidas por las Naciones Unidas. Foto: Conicet

MONTREAL – Dos iniciativas latinoamericanas para la restauración de la naturaleza, en el Cono Sur y en América Central, figuran entre 10 que acaban de recibir un reconocimiento especial en la cumbre sobre la biodiversidad de las Naciones Unidas que se celebra en esta ciudad canadiense.

Se trata del Pacto Trinacional del Bosque Atlántico, para la rehabilitación de ese ecosistema en Argentina, Brasil y Paraguay, y la iniciativa del Corredor Seco centroamericano, que busca aprovechar los métodos agrícolas tradicionales para construir la productividad de los paisajes, incluida su biodiversidad.

La distinción se otorgó a otros ocho proyectos en distintas partes del globo, y en total trabajan para restaurar más de 68 millones de hectáreas de zonas degradadas y crear hasta 15 millones de empleos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) dirigieron el reconocimiento a las iniciativas en el marco de la 15 Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.

Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, dijo que “estas 10 primeras Iniciativas Emblemáticas de la Restauración Mundial evidencian que la voluntad política, la ciencia y la colaboración más allá de fronteras nos permite a todos lograr los objetivos del Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas”.

“Transformar nuestra relación con la naturaleza es la clave para revertir la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de recursos naturales y biodiversidad, y la contaminación y los desechos”, abundó Andersen.

“Transformar nuestra relación con la naturaleza es la clave para revertir la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de recursos naturales y biodiversidad, y la contaminación y los desechos”: Inger Andersen.

Para Qu Dongyu, director general de la FAO, “estas iniciativas emblemáticas inspiran a todos para aprender a restaurar nuestros ecosistemas con miras a lograr mejores prácticas de producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una mejor vida para todos, sin dejar a nadie atrás”.

El reconocimiento coloca a las 10 iniciativas distinguidas en mejores condiciones para recibir respaldo y financiamiento internacional, se destacó en la COP15.

La iniciativa del Corredor Seco parte de la alta vulnerabilidad al cambio climático de los ecosistemas y las poblaciones humanas que lo habitan, sobre todo por su exposición a las precipitaciones impredecibles y a las olas de calor.

Así, 2019 marcó el quinto año consecutivo de sequía, que colocó a 1,2 millones de personas en situación de necesidad de ayuda alimentaria en la subregión.

El proyecto trabaja sobre los sistemas agroforestales que integran la cobertura arbórea con cultivos como el café, el cacao y el cardamomo, que incrementan la fertilidad del suelo y la disponibilidad de agua, además de sustentar gran parte de la biodiversidad del bosque tropical original.

El objetivo de la iniciativa es sumar 100 000 hectáreas en proceso de restauración y crear 5000 empleos permanentes para 2030 en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

El Pacto Trinacional del Bosque Atlántico se destacó como iniciativa para rehabilitar ese ecosistema que cubría una franja considerable de Argentina, Brasil y Paraguay, y que se ha reducido a fragmentos tras siglos de tala, expansión agrícola y construcción de ciudades.

Cientos de organizaciones trabajan en la protección y restauración de los bosques en los tres países, con programas de crear corredores de vida silvestre para especies en peligro de extinción como el jaguar y el tití león dorado, y asegurar el suministro de agua para las personas y la naturaleza.

Asimismo, en contrarrestar las repercusiones del cambio climático y desarrollar resiliencia a ellas, y así crear miles de empleos. A la fecha se han restaurado 700 000 hectáreas del millón establecido como meta para 2030, y la mira está en el objetivo para 2050, restaurar un total de 15 millones de hectáreas.

Las otras ocho iniciativas premiadas incluyen la restauración marina en Abu Dhabi (arrecifes, manglares y pastos marinos), y la Gran Muralla Verde, que se ha trazado como objetivo restaurar 100 millones de hectáreas, secuestrar 250 millones de toneladas de carbono y crear 10 millones de empleos verdes en el Sahel.

El Sahel es la franja semiárida que cruza 11 países de África, desde el Atlántico hasta el mar Rojo, interponiéndose entre el desierto del Sahara y la zona de bosques en el centro del continente. En esta ocasión, la distinción de la ONU reconoció particularmente los esfuerzos en Burkina Faso y Níger.

Se premió a dos iniciativas de cooperación entre lejanas regiones: la de la Alianza por las Montañas, que apoya programas de restauración desde sus sedes en Kirguistán, Serbia, Ruanda y Uganda, y la protección de espacios marinos en las Comoras (océano Índico), Santa Lucía (mar Caribe) y Vanuatu (océano Pacífico).

Las restantes son programas para la regeneración del río Ganges, en India; la conservación de las estepas de Altyn Dala en Kazajistán; la protección de los manglares en Java, Indonesia; y la iniciativa Shan-Shui, que combina 75 proyectos en China, desde trabajo sobre montañas hasta restauración de estuarios costeros.

A-E/HM

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