MANILA – El crecimiento económico de los países en desarrollo de Asia y el Pacífico mermará en 2022 y 2023 debido a la prolongada guerra en Ucrania, el endurecimiento monetario de los bancos centrales y bloqueos recurrentes por covid-19 en China, reportó este lunes 26 el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
“Los países en desarrollo de Asia continúan recuperándose, pero los riesgos acechan. Una recesión significativa en la economía mundial socavaría gravemente la demanda de las exportaciones de la región”, dijo Albert Park, economista jefe del BAD.
Las economías de la región (exceptuadas las desarrolladas Australia, Japón y Nueva Zelanda) crecerán en conjunto este año 4,3 %, en lugar de 5,2 % como se había estimado en abril, indicó el informe del BAD.
Para el año próximo la expansión sería de 4,9 % y no de 5,3 %, según se previó en abril, aunque esa última cifra se mantendrá para el conjunto de la región si se exceptúa a China.
El crecimiento de China, ahora estimado en 3,3 % este año y 4,5 % en 2023, “se enfrenta a desafíos derivados de los cierres recurrentes y un sector inmobiliario débil”, dijo Park.
El análisis del BAD pronostica que las principales economías avanzadas del mundo crecerán 1,9 % en 2022 y solo uno por ciento en 2023, más lento de lo proyectado a principios de este año.
La alta inflación ha llevado a Estados Unidos y la zona del euro a endurecer agresivamente la política monetaria, debilitando la demanda en estas economías, que también continúan viéndose afectadas por las interrupciones de la cadena de suministro y la incertidumbre por la invasión de Ucrania, indicó el reporte.
En la región de Asia-Pacífico el gasto y la inversión de los consumidores internos están impulsando el crecimiento, a medida que las economías continúan relajando las restricciones pandémicas, gracias en parte a las campañas de vacunación y la disminución de la mortalidad por covid.
Sin embargo, “la continua invasión de Ucrania ha aumentado la incertidumbre mundial, ha empeorado las interrupciones del suministro y ha desestabilizado los mercados de energía y alimentos”, subrayó el BAD.
El endurecimiento monetario más agresivo por parte de la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo está afectando la demanda mundial y sacudiendo los mercados financieros, a lo que se agrega el problema de los brotes esporádicos de covid en China, la economía más grande de la región.
En cuanto a inflación, el BAD pronostica que en los países en desarrollo de la región este año será de 4,5 %, en lugar de 3,7 % como se estimó en abril, y para 2023 alcanzará a cuatro por ciento en vez de la previsión anterior, de 3,7 %.
Si bien esa inflación sigue siendo más baja que en otras regiones, las interrupciones en el suministro continúan elevando los precios de los alimentos y los combustibles.
“Los gobiernos de los países en desarrollo de Asia deben permanecer atentos a estos riesgos y tomar las medidas necesarias para contener la inflación sin descarrilar el crecimiento”, apuntó Park.
El pronóstico para India se redujo a siete por ciento desde 7,5 %, debido a una inflación mayor a la esperada y al endurecimiento monetario.
La robusta demanda interna en Indonesia y Filipinas está contribuyendo a una mejor perspectiva de crecimiento para el sudeste asiático, de 5,1% este año, aunque las perspectivas más débiles para la demanda mundial han llevado a una rebaja en el pronóstico para 2023 (de 5,2 % a cinco por ciento).
Las perspectivas para 2022 también han mejorado para el Cáucaso y Asia Central, que se espera crezcan 3,9 % este año (y 4,2 % en 2023), y para las economías del Pacífico, donde se prevé un crecimiento de 4,7 % (y 5,5 % el año próximo), a medida que el turismo continúa recuperándose de la pandemia.
El informe del BAD incluyó un capítulo temático titulado “Emprendimiento en la era digital”, que analiza cómo ese emprendimiento puede conducir a un mayor crecimiento e innovación, y cómo los gobiernos de la región pueden crear un entorno para que prosperen los emprendedores digitales.
A-E/HM
