NACIONES UNIDAS – Combates entre el ejército de la República Democrática del Congo (RDC) y fuerzas irregulares en el este del país dejaron cerca de 100 muertos y más de 24 000 personas desplazadas desde hace un mes, reportó este viernes 9 la Oficina de Coordinación para Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (Ocha).
En apenas tres días, del 2 al 5 de septiembre, los enfrentamientos en la nororiental provincia de Ituri provocaron 83 muertes y 19 000 personas debieron huir de sus hogares en áreas junto a la ciudad de Mambasa, a más de 100 kilómetros de la frontera oriental con la vecina Uganda.
Otro choque armado, los días 30 y 31 de agosto en la localidad de Mongbwalu, un poco más al norte, dejó al menos 14 civiles muertos y unas 4000 personas forzadas a abandonar sus hogares.
Entre febrero y abril perecieron 274 civiles y unas 200 000 personas debieron desplazarse de sus hogares a causa de la violencia. Y entre mayo y julio se denunciaron más de 1600 saqueos, violaciones y otros abusos sobre comunidades civiles por parte de combatientes armados, expuso Ocha.
Sus reportes señalan que 129 estructuras de salud fueron destruidas o dañadas en Ituri entre 2019 y junio de 2022 a causa de la violencia, y 137 incidentes afectaron directamente a los trabajadores humanitarios.
Ituri, un territorio de 65 600 kilómetros cuadrados y 4,2 millones de habitantes, sufre la violencia desencadenada por las rebeldes Fuerzas Democráticas Aliadas, formadas con grupos que se reivindican como islamistas, surgieron en la vecina Uganda y actúan tanto en esa provincia como en la también fronteriza Kivu del Norte.
Los enfrentamientos de este septiembre cortaron la posibilidad de llevar asistencia humanitaria a 120 000 personas solo en el área de Mambasa, dijo la Ocha.
En Kivu del Norte y en todo el este de la RDC actúan decenas de grupos irregulares armados, entre los cuales ha resurgido con virulencia el Movimiento 23 de Marzo, iniciado con desertores del ejército regular.
Las fuerzas irregulares han explotado en su favor viejas rivalidades entre etnias de la región, por ejemplo entre los pueblos lendu, mayoritariamente agricultores, y hema, principalmente dedicados al pastoreo.
Ante la escalada de la violencia, el presidente de la RDC, Felix Tshisekedi, aprobó el despliegue de una fuerza militar regional en el este del país para luchar contra los grupos armados irregulares.
La constitución de la fuerza regional fue acordada por los gobiernos de la RDC, Ruanda, Uganda, Kenia, Tanzania, Burundi y Sudán del Sur, para favorecer la estabilidad en la región de los Grandes Lagos africanos, aunque aún no hay detalles sobre su composición y tareas que se propone en el corto plazo.
En la RDC hay una misión permanente de paz de las Naciones Unidas, que cuenta con unos 14 000 efectivos en ese país de 2,34 millones de kilómetros cuadrados y 90 millones de habitantes.
Mientras de las áreas de combates se desplazan comunidades enteras de civiles, otros miles se esfuerzan por regresar a las zonas ya aseguradas por las fuerzas regulares, y Ocha estima en 300 000 el número de retornados desde abril.
Un reporte de esa oficina consideró que “esta dinámica de retorno está motivada, entre otras cosas, por la mejora relativa del contexto de seguridad en sus pueblos”.
A renglón seguido destacó que los retornados necesitan asistencia (refugio, artículos básicos para el hogar, alimentos, agua potable y medicamentos esenciales), porque lo perdieron todo durante su huida.
En toda Ituri, al cabo de años de violencia, casi tres millones de personas, dos tercios de su población, necesitan ayuda humanitaria, incluidos más de 1,7 millones de desplazados, de los cuales 60 % viven con familias de acogida pero otro 40 % está en refugios colectivos como escuelas, estadios o campamentos rurales.
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