NAIROBI – Cincuenta mil especies silvestres satisfacen las necesidades de miles de millones de personas en todo el mundo, proporcionando alimentos, refugio, ropa, medicinas, cosmética e inspiración. Pero ahora, un millón de especies de plantas y animales se enfrentan a la extinción por su sobreexplotación, con consecuencias para la supervivencia humana de gran alcance, incluyendo el peligro para las economías, la seguridad alimentaria y los medios de vida.
En un contexto de extinción en que se adentra la biodiversidad el planeta, el nuevo informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) se presentó este viernes el 8 de julio y ofrece ideas, análisis y herramientas para establecer un uso más sostenible de las especies silvestres de plantas, animales, hongos y algas en todo el mundo.
Redactado por los grandes expertos mundiales en diversidad biológica, el Informe de evaluación de la IPBES sobre el uso sostenible de las especies silvestres se basa directamente en el Informe de evaluación global de la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, que alertó al mundo de que un millón de especies de plantas y animales se enfrentan a la extinción, muchas de ellas en cuestión de décadas.
El nuevo documento lanza un alerta sobre la necesidad de un uso sostenible de las especies silvestre por los humanos y se aprobó por los representantes de los 139 Estados miembros de la IPBES en la ciudad alemana de Bonn, durante el noveno periodo de sesiones de la IPBES, (#IPBES9), que comenzó entre el domingo 3 y se clausura este sábado 9.
El informe es el resultado de cuatro años de trabajo de 85 expertos en biodiversidad de todas las regiones del mundo para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a abordar el actual uso insostenible de las especies silvestres.
En cuanto a las principales conclusiones, el sudafricano John Donaldson, copresidente de la evaluación junto con el francés Jean-Marc Fromentin y la noruego-estadounidense Marla R Emery, dijo que al menos 50 000 especies silvestres se utilizan en diferentes prácticas. De ellas, 10 000 especies silvestres son recolectadas directamente para alimentación humana.
De hecho, se calcula que 70 % de los pobres del mundo dependen directamente de las especies silvestres.
Una de cada cinco personas depende de las plantas silvestres, las algas y los hongos para su alimentación y sus ingresos; 2400 millones dependen de la leña para cocinar, y cerca de 90 % de los 120 millones de personas que trabajan en la pesca de captura se mantienen gracias a la pesca a pequeña escala.
El informe constata que la población rural de los países del Sur en desarrollo es la que más riesgo corre por el uso insostenible, ya que la falta de alternativas complementarias les obliga a menudo a explotar aún más las especies silvestres que ya están en peligro.
En general, las especies arbóreas silvestres representan dos tercios de la madera en rollo industrial mundial. El comercio de plantas, algas y hongos silvestres es una industria que mueve miles de millones de dólares. Incluso los usos no extractivos de las especies silvestres son un gran negocio.
Antes de la irrupción de la pandemia de covid-19, a comienzos de 2020, el turismo basado en la observación de especies silvestres era una de las principales razones por las que las áreas protegidas recibían en todo el mundo 8000 millones de visitantes y generaban 600 000 millones de dólares al año.
En el lanzamiento del informe en Bonn, Ana María Hernández Salgar, presidenta de IPBES, dijo que el nuevo documento aprovecha diferentes sistemas de conocimiento para el diálogo sobre el uso sostenible de las especies silvestres.
“No podemos hablar de la relación intrínseca entre las personas y la naturaleza si no incorporamos el uso sostenible de las especies silvestres como uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos. Tenemos que reducir la sobreexplotación de las especies silvestres y su insostenibilidad”, afirmó Hernández.
Al aportar las pruebas y la ciencia necesarias para garantizar la sostenibilidad, el copresidente Fromentin señaló que el informe identifica cinco grandes categorías de prácticas en el uso de las especies silvestres: la pesca, la recolección, la tala, el aprovechamiento de animales terrestres, incluida la caza y, por último, las prácticas no extractivas.
Junto a cada práctica, los autores examinaron luego usos específicos como la alimentación y el pienso, los materiales, la medicina, la energía y el ocio, ofreciendo un análisis detallado de cada tendencia en los últimos 20 años.
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El examen revela que, en general, el uso de especies silvestres ha aumentado, pero la sostenibilidad o insosteniblidad del uso varía.
Por ejemplo, las estimaciones mundiales confirman que alrededor de 34 % de las poblaciones de peces silvestres marinos están sobreexplotadas y que 66 % se pescan dentro de niveles biológicamente sostenibles.
Se calcula que la supervivencia de 12 % de las especies de árboles silvestres está amenazada por la tala insostenible. Varios grupos de plantas, especialmente los cactus, las cícadas y las orquídeas, están en peligro por la recolección, en su mayoría insostenible.
La caza insostenible es una amenaza para 1341 especies de mamíferos silvestres.
Además, la copresidenta Emery dijo que el uso sostenible de las especies silvestres tiene y puede tener una contribución aún más significativa para que puedan alcanzarse los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos por la comunidad internacional en las Naciones Unidas, para ser alcanzados en 2030.
Destacó que 12 de los 17 ODS se vinculan o dependen de una u otra manera con la biodiversidad, entre los que se encuentran el de acabar con el hambre y los de la vida sostenible en las zonas terrestres y de los océanos.
Emery subrayó que las especies silvestres en particular son determinantes en el cumplimiento de los ODS e insistió en que su gran potencial sigue sin aprovecharse adecuadamente.
“Entre los factores ambientales, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras, en particular, afectan a la abundancia y distribución de las especies silvestres y esto, a su vez, repercute en su sostenibilidad y, a su vez, en su capacidad para contribuir al bienestar humano”, afirmó Emery.
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El informe también denuncia que el comercio mundial de especies silvestres aumenta sustancialmente sin una regulación eficaz en todas las cadenas de suministro, desde las locales hasta las internacionales.
El comercio mundial de especies silvestres suele aumentar las presiones sobre las mismas, lo que lleva a un uso insostenible y, en ocasiones, al colapso de las poblaciones silvestres, como el comercio de aletas de tiburón.
Particularmente, el comercio ilegal de especies silvestres representa la tercera clase más grande de todo el comercio ilícito, con valores anuales estimados en hasta 199 000 millones de dólares. La madera y el pescado constituyen los mayores volúmenes y valores del comercio ilegal de especies silvestres.
Para hacer frente a una crisis mundial de la biodiversidad que se hace más urgente cada día que pasa, Fromentin dijo que el informe se enfrenta a siete elementos clave con el potencial de promover significativamente el uso sostenible de las especies silvestres.
Entre ellos se encuentran las opciones políticas inclusivas y participativas, que reconocen y apoyan múltiples formas de conocimiento e instrumentos políticos y herramientas que garantizan una distribución justa y equitativa de los costes y beneficios.
Además, subrayó la necesidad de políticas específicas para cada contexto que supervisen las especies silvestres y las prácticas. Estos instrumentos políticos deben estar alineados a nivel internacional, nacional, regional y local y mantener la coherencia y consistencia con las obligaciones internacionales.
También se tienen en cuenta las reglas y normas consuetudinarias. Deberían contar con el apoyo de instituciones sólidas, incluidas las consuetudinarias.
En conclusión, los autores del informe examinan una serie de posibles escenarios futuros para el uso de las especies silvestres. Confirman que el cambio climático, el aumento de la demanda y los avances tecnológicos, que hacen que muchas prácticas extractivas sean más eficientes, probablemente presenten importantes retos para el uso sostenible en el futuro.
Para hacer frente a los desafíos identificados, el informe propone acciones alineadas con las cinco prácticas generales en el uso de las especies silvestres.
En el caso de la pesca, por ejemplo, las acciones recomendadas incluyen la reducción de la pesca ilegal, no declarada y no regulada, la supresión de las subvenciones financieras perjudiciales y el apoyo a la pesca a pequeña escala.
El momento en que se lanza el informe resulta crucial, ya que los líderes mundiales se acercan a acordar un Nuevo Marco Mundial posterior a 2020 sobre la biodiversidad en la 15 Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio sobre Diversidad Biológica, que se realizará en diciembre en la ciudad canadiense de Montreal.
T: MF / ED: EG