Marco Mundial sobre biodiversidad no recibió su último empujón en Nairobi

“La biodiversidad sustenta la humanidad”, reza una pancarta durante una manifestación de activistas contra la falta de avances en la fracasada cuarta Reunión del Grupo de Trabajo para establecer el nuevo Marco Mundial de la Diversidad realizó en la sede del Pnuma en Nairobi. Foto: Stella Paul/IPS

NAIROBI – Tras la cuarta reunión del Grupo de Trabajo sobre el Marco Mundial de biodiversidad, concluida el domingo 26 en la capital de Kenia, muchos de los temas complejos quedaron pendientes, lo que complicará los resultados de la 15 Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio sobre Diversidad Biológica, que acogerá Montreal en diciembre.

Nairobi no representó el “empujón final” para temas neurálgicos de la agenda, como la financiación, la distribución de los costes y los beneficios, o la secuencia digital, que eran las partes más polémicas del proyecto y que apenas avanzaron, porque los negociadores no lograron ningún consenso.

Así que en lugar de ser la última reunión de trabajo para establecer el texto del Marco Mundial destinado a proteger la diversidad biológica en los próximos años, hará falta una quinta, posiblemente como paso previo a la propia COP15.

La Cuarta Reunión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Marco Mundial de Diversidad Biológica Posterior a 2020, se desarrolló entre el 21 y 26 de junio, con la presencia de 1634 participantes, entre ellos 950 delegados gubernamentales, tres meses después del tercer encuentro, realizado en la ciudad suiza de Ginebra.

El encuentro tenía como tarea la revisión y depuración del borrador de ese Marco Mundial y sus 21 metas específicas, para acordar el texto, párrafo a párrafo en al menos 80 %, a fin de dejar perfilado el llamado Plan 30×30, con la ambición de proteger 30 % de la superficie terrestre y marítima para el año 2030.

Ese nuevo Marco Mundial debe adoptarse en la COP15 del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB), que se celebrará en la ciudad canadiense de Montreal del 5 al 17 de diciembre, en un encuentro que ha sido alterado y demorado por la pandemia de covid-19.

Pero, el sábado 25, un día antes de que la reunión concluyera, David Ainsworth, jefe de Comunicaciones del CDB, dio a entender que el progreso era mucho más lento de lo esperado. Ainsworth mencionó que el progreso total de limpieza y revisión del borrador apenas alcanzaba a 8 % del texto.

Para ponerlo en un contexto más claro, dijo Ainsworth, solo dos metas tenían su texto limpio. Se trataba de la meta 19.2 (fortalecimiento de la creación de capacidad y el desarrollo, el acceso a la tecnología y su transferencia) y la 12 (biodiversidad urbana).

Estas serían entonces las únicas partes que en Montreal podrán ponerse sobre la mesa de inmediato para la decisión de las partes, en lugar de debatir el lenguaje. En cuanto a las demás metas, el avance de los trabajos ha sido de entre 50 % y cero, dijo Ainsworth.

Un día después, en la tarde del domingo 26, hora local, los copresidentes del GT4, la sigla de la reunión, Francis Ogwal y Basile Van Havre, confirmaron que esos eran las dos únicas metas “con sus textos limpios». En otras palabras, no se había hecho ningún trabajo real en las últimas 24 horas.

El martes 21, en la sesión de apertura de la reunión, Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva del CDB, describió la reunión de Nairobi como una oportunidad para dar un «último empujón» a la finalización del Marco Mundial.

Al clausurar la GT4, Mrema pidió a las partes que «se comprometan vigorosamente con el texto, que se escuchen mutuamente y busquen el consenso, y que preparen el texto final para su adopción en la COP15».

Ante una pregunta de IPS,  la máxima responsable del CDB confirmó que habrá una quinta reunión del Grupo de Trabajo antes de la COP de Montreal, dado que el encuentro de Nairobi resultó insuficiente para producir un proyecto que estuviera listo para ser discutido y adoptado en la cumbre sobre biodiversidad de diciembre.

Vale decir, el encuentro de Nairobi, celebrado en la sede mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), fue incapaz si quiera de intentar dar “el último empujón” que había pedido cinco días antes.

Cuellos de botella y estancamiento

Según lamentaron varios observadores a IPS, en lugar de depurar 80% de los textos durante los seis días de debates, los negociadores habían dejado 80 % del texto entre corchetes, lo que en las negociaciones internacionales indica el desacuerdo entre las partes.

Los países no solo no avanzaron, sino que, en algunos casos, nuevos desacuerdos amenazaron con llevar el proceso en la dirección contraria. Las cuestiones más fundamentales ni siquiera se abordaron en la semana de negociaciones de Nairobi.

Entre ellos, la cantidad de fondos que se destinarían a la conservación de la biodiversidad y el porcentaje de cifras que el mundo debería esforzarse por proteger, conservar y restaurar para hacer frente a la crisis de la extinción.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Fiel a la tradición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los responsables del CDB no quiso criticar a ninguna de las partes.

Sin embargo, la noche del domingo 26, el copresidente Francis Ogwal indicó que las naciones ricas se habían retrasado en el cumplimiento de establecer sus aportes a la conservación de la biodiversidad mundial. Sin nombrar a nadie, Ogwal recordó a los negociadores que cuanto más tiempo tardaran, más difícil sería la decisión.

En la actualidad, dijo Ogwal, “se necesitan 700 000 millones para detener y recuperar la biodiversidad mundial. Si se sigue dando cada vez menos, los problemas aumentan. Dentro de 10 años, esto no será suficiente».

Las organizaciones de la sociedad civil criticaron a los delegados gubernamentales por “haber perdido una oportunidad más” para salvar la biodiversidad del planeta.

Según Brian O’Donnell, director de la Campaña por la Naturaleza, “las negociaciones se tambalean y algunas cuestiones clave están en punto muerto. Por lo tanto, corresponde a los jefes de Estado y a otros líderes políticos y de las Naciones Unidas actuar con urgencia”.

“Pero el tiempo se está agotando y los países tienen que dar un paso adelante, mostrar el liderazgo que requiere este momento y actuar con urgencia para encontrar compromisos y soluciones», dijo.

Los próximos pasos

La Secretaría Ejecutiva del CDB mencionó una serie de actividades que seguirán a la reunión de Nairobi para acelerar el proceso de construcción de un consenso entre los delegados. Las actividades incluyen reuniones bilaterales con algunos países, reuniones regionales con otros, y una reunión del Grupo de Trabajo 5, que será un encuentro previo a la COP15.

Por último, el CDB está adoptando un nuevo enfoque de “vaso medio lleno” para alcanzar el Marco Mundial.

Esto se reflejó en afirmaciones de Mrma al concluir la frustrante reunión de Nairobi.

“Estos esfuerzos (de la reunión de Nairobi) son considerables y han producido un texto que, con trabajo adicional, será la base para alcanzar la visión de 2050 del Convenio: Una vida en armonía con la naturaleza», afirmó.

Parece más que probable que a la COP15 que acogerá Montreal del 5 al 17 de diciembre, bajo la presidencia de China, se llegará con parte importante de las tareas sin hacer y que pese al frío del invierno boreal en la ciudad canadiense, el ambiente de los debates será sin duda caldeado y sin poder darse por seguro que de ahí saldrá el Marco Mundial de la biodiversidad que los ecosistemas del planeta requieren con urgencia.

T: MF / ED: EG

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