Restaurar mil millones de hectáreas es nueva meta de la ONU

Esfuerzos en Senegal para rehabilitar suelos y recolectar agua de lluvia. En una larga franja de territorio africano se proyecta una "muralla verde" para frenar la desertificación. Foto: Evelyn Fey/PMA

ABIYÁN, Costa de Marfil – La Organización de las Naciones Unidas fijará la meta de restaurar 1000 millones de tierras degradadas en el planeta, al cabo de la 15 sesión de la Conferencia de las Partes (COP15) de su Convención de la Lucha contra la Desertificación (CNULD) iniciada este lunes 9 en esta ciudad marfileña.

La degradación de la tierra “no es inevitable y la reparación es posible. Invertir en la reparación de tierras degradadas es económicamente rentable, técnicamente viable, deseable y, por supuesto, ambientalmente beneficiosa”, dijo al iniciar los trabajos el secretario ejecutivo de la CNULD, Ibraim Thiaw.

Según la ONU, hasta 40 % de toda la tierra libre de hielo ya está degradada, con consecuencias desastrosas para el clima, la biodiversidad y los medios de subsistencia.

África, se recordó en la conferencia, está muy afectada por la desertificación, particularmente en el Sahel, la franja semiárida que desde el Atlántico hasta el mar Rojo separa el desierto del Sahara, al norte, de la zona de bosques en el centro del continente.

La conferencia se centrará en la restauración de 1000 millones de hectáreas de tierra degradada para 2030, manteniendo el uso de la tierra contra los impactos del cambio climático y abordando los crecientes riesgos de desastres como sequías, tormentas de arena y polvo, e incendios forestales, se indicó.

En la cita, organizada por el gobierno del presidente marfileño Alassane Ouattara y que se prolongará hasta el 20 de mayo, participan entre otros el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Abudlla Shahid, y la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammeed.

Las inversiones en la lucha contra la desertificación y la degradación de la tierra “están entre las más efectivas que podemos hacer. La mitad del PIB (producto interno bruto) mundial y la mitad de sus suministros de cereales dependen de la lucha contra la degradación de la tierra”, expresó Mohammed en la sesión inaugural.

“Sin embargo, en lugar de invertir en soluciones, el mundo está acelerando la degradación de la tierra y empeorando la desertificación”, denunció la responsable.

Subrayó que el mundo se enfrenta a una elección crucial: “cosechar los beneficios de la restauración de la tierra ahora, o continuar con el desastroso camino que nos ha llevado a la triple crisis planetaria del clima, la biodiversidad y la contaminación”.

“Las inversiones en la lucha contra la desertificación y la degradación de la tierra están entre las más efectivas que podemos hacer. La mitad del PIB mundial y la mitad de sus suministros de cereales dependen de la lucha contra la degradación de la tierra”: Amina Mohammed.

Thiaw insistió en que “cada unidad monetaria invertida en restauración de tierras puede generar hasta 30 veces su valor. A nivel mundial, se podrían ganar hasta 50 puntos del PIB para 2050, siempre que demos la vuelta ahora, y con decisión”.

El tema de la COP15, “Tierras. La vida. Patrimonio. De un mundo precario a un futuro próspero”, fue mostrado como llamado a la acción frente a la rápida degradación de la tierra y sus consecuencias nocivas para la biodiversidad y las poblaciones.

Tomando el ejemplo de África, Mohammed destacó dos aceleradores principales: la Gran Muralla Verde y el deseo de igualdad de género.

El proyecto de la Gran Muralla Verde “ya recuperó millones de hectáreas y generó miles de empleos” pero “todavía está lejos de generar los 10 millones de empleos que aspiramos y con los que contamos”, observó.

Ese programa, lanzado en 2007 por la Unión Africana, involucra a 20 de sus países miembros para reforestar y restaurar, principalmente con siembra de árboles y recuperación de tierras, unos 100 millones de hectáreas a lo largo del Sahel.

Si se completa el proyecto, podría almacenar 250 millones de toneladas de dióxido de carbono y contribuiría a mitigar el cambio climático. Los costos estimados suman 3600 millones de dólares anuales.

Mohammed también señaló que las mujeres y las niñas son fundamentales para construir una economía de restauración de tierras. Ellas pasan 200 millones de horas al día recolectando agua e incluso más cuidando la tierra, pero no tienen el mismo acceso a los derechos sobre la tierra y las finanzas, recordó.

“Eliminar estas barreras y empoderar a las mujeres y niñas como propietarias de tierras y socias es un cambio de juego para la restauración de tierras, para la Agenda 2030 (de las Naciones Unidas, con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS) y para la Agenda 2063 de la Unión Africana”, añadió Mohammed.

Shahid concluyó insistiendo en que “los temas de adaptación, desertificación, lucha contra el cambio climático, mantenimiento de la biodiversidad y lucha contra la pobreza están todos interconectados y también vinculados a los ODS. Sabemos lo que hay que hacer pero necesitamos voluntad política para hacerlo”.

A-E/HM

 

 

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