ROSEAU – Cuando en marzo Dominica firmó el Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible Plurinacional para el Caribe de habla inglesa y holandesa de las Naciones Unidas, esta pequeña nación insular se unió a otros países del área para implementar iniciativas a favor de los ODS en los próximos cinco años.
El apoyo al acuerdo de 2022-2026 ha seguido creciendo desde diciembre de 2021, cuando Antigua y Barbuda, Barbados y Guyana firmaron ese marco de cooperación, destinado a ayudar a las 22 naciones y territorios del grupo a alcanzar los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que forman parte de la Agenda 2030.
Para los países del Caribe, una de las regiones más vulnerables en lo social y económico a nivel mundial, el marco plurinacional es un instrumento fundamental, basado en la creación de resiliencia climática y económica, la promoción de la igualdad y la mejora de la paz, la seguridad y el Estado de derecho.
Y resulta especialmente crucial para un país como Dominica, que en 2017 perdió 1400 millones de dólares, equivalente a 226 % de su producto interno bruto (PIB), a causa del huracán María.
Este pequeño Estado insular, con su capital en Roseau, se ha trazado como misión el aumentar la resiliencia en todos los sectores a través de iniciativas como su Plan de Resiliencia y Recuperación Climática, mientras lidia con los impactos de la pandemia de la covid-19 en la economía.
Los representantes del país han utilizado plataformas como la Asamblea General de las Naciones Unidas para instar a los socios del desarrollo a tener en cuenta las vulnerabilidades únicas de los pequeños estados insulares en sus paquetes de apoyo.
El primer ministro dominiqués, Roosevelt Skerrit, afirma que el marco multipaís de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ayudará a los gobiernos caribeños a poner en marcha programas que refuercen la sanidad, la educación y los servicios sociales, contribuyendo al mismo tiempo al crecimiento económico.
“Estamos actuando en un periodo tumultuoso definido por enormes retos medioambientales y climáticos, conflictos e incertidumbre económica”, dijo el gobernante.
Añadió que “el acuerdo propone ayudar a nuestros pequeños territorios a enfrentarse a las pruebas de nuestro tiempo y a lograr la resiliencia económica y la prosperidad. Es un motivo de optimismo para idear formas de afrontar juntos nuestros problemas comunes”.
El acuerdo se basa en un marco 2017-2022 que fue firmado por 18 países del Caribe. Las iniciativas de ese marco se centraron en áreas como el aumento de la resiliencia del Caribe y la implementación de tecnología de bajas emisiones y resistente al clima en la agricultura.
Los funcionarios de la ONU dicen que el nuevo acuerdo, denominado marco de segunda generación, tiene en cuenta las lecciones aprendidas. Desarrollado durante la pandemia, la iniciativa también reconoce que la covid ha agravado las vulnerabilidades estructurales de los países del Caribe, que ahora deben reconstruirse mejor.
“Este nuevo acuerdo abre una nueva era de cooperación para impulsar la colaboración y el compromiso mutuo para el pueblo de Dominica”, dijo el coordinador residente de la ONU para Barbados y el Caribe Oriental, Didier Trebucq, durante la firma del acuerdo por Dominica.
Los líderes de todo el Caribe inglés y holandés han hablado de que corren el riesgo de no cumplir los ODS, ya que se han visto obligados a reorientar sus escasos recursos para hacer frente a la prolongada pandemia.
Según los datos preliminares de la ONU, los ODS del 1 al 6, conocidos como los objetivos centrados en las personas, se han visto gravemente afectados por los impactos de la covid, cuya pandemia estalló en marzo de 2020.
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La primera ministra de Barbados, Mia Mottley, la gobernante de la Organización de Estados del Caribe Oriental que antes suscribió el Marco de Cooperación de Desarrollo Sostenible Plurinacional para el Caribe de habla inglesa y holandesa de las Naciones Unidas (MSDCF, en inglés), destacó que la pandemia ralentizó el avance al cumplimiento de los ODS y sus 169 metas en aspectos claves para la población de estos países.
“Vamos a tener problemas en la lucha contra la pobreza, vamos a tener problemas para asegurarnos de que la gente no pase hambre, vamos a tener problemas para asegurarnos de que la gente tenga acceso a una buena salud y bienestar, como sabemos, ya está ocurriendo en la pandemia”, dijo Mottley.
La primera ministra barbadense añadió que también “vamos a tener problemas para impartir una educación de calidad, y quienes han sido las mayores víctimas de esta pandemia son nuestros niños en todo el mundo, a muchos de los cuales se les ha negado el acceso a la educación porque no tienen acceso a cosas como la electricidad y las herramientas en línea para poder recibirla”.
Destacó que los ODS 5 y 6 – los Igualdad de Género y Agua Limpia y Saneamiento- también están en riesgo, debido a que las mujeres se han visto afectadas de manera desproporcionada por la covid, mientras que países como Barbados siguen preocupados por el acceso a las aguas subterráneas ante la crisis climática.
El MSDCF fue desarrollado por los seis Equipos de País de la ONU en el Caribe, tras rondas de consultas con organismos gubernamentales, el sector privado, los socios de desarrollo y las organizaciones de la sociedad civil.
Funcionará a dos niveles: a nivel regional, adoptando enfoques conjuntos para los retos comunes, y a nivel nacional, para abordar los problemas y vulnerabilidades específicos de cada país y territorio, ayudando al mismo tiempo a los gobiernos a prepararse para futuras crisis externas.
Según el MSDCF, la visión es que la región sea más resiliente, posea una mayor capacidad para alcanzar todos los ODS y se convierta en un lugar en el que la gente elija vivir y pueda alcanzar todo su potencial.
Promete proporcionar un apoyo más eficaz a los países firmantes, mediante un uso racionalizado de los recursos de la ONU y en consonancia con los objetivos de la reforma del sistema de desarrollo del organismo mundial que fue recientemente aprobada.
Espera acelerar el progreso hacia la consecución de los ODS y facilitar una recuperación más rápida del impacto socioeconómico y sanitario de la covid, con una sola voz regional en una vía de desarrollo compartida.
Los países y territorios del Caribe de lengua inglesa y holandesa suman 22, con una población total que bordea los ocho millones de habitantes, y donde todos son insulares menos tres: Belice, Guyana y Suriname.
Les une además que tienen en el turismo su principal fuente de ingresos y en los que todos se encuentran entre los más vulnerables ante la crisis climática.
Los 22 países y territorios son: Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba, Bahamas, Barbados, Belice, Bermudas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Curazao, Dominica, Granada, Guayana, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Sint Maarten, Suriname, Trinidad y Tobago, Turcas y Caicos.
T: MF / ED: EG