Paraguay violó derecho de indígenas al no prevenir contaminación

Indígenas guaraníes de la comunidad Mbyá en Paraguay. La contaminación que sufren comunidades originarias, causada por empresas dedicadas al cultivo de soja, es responsabilidad por inacción del Estado paraguayo, dictaminó el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Foto PNUD

GINEBRA – En una “decisión histórica”, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dictaminó que Paraguay violó los derechos de una comunidad indígena, por su falta de prevención y control de la contaminación de sus tierras causada por el uso intensivo de plaguicidas por empresas agrícolas vecinas.

Para los pueblos indígenas “sus tierras representan su hogar, cultura y comunidad. Los graves daños ambientales tienen impactos en la vida familiar, la tradición y la identidad, e incluso conducen a la desaparición de su comunidad”, destacó la jurista francesa Hélène Tigroudja, integrante del Comité.

Es el primer dictamen del Comité según el cual, en el caso de pueblos indígenas, la noción de “domicilio” debe entenderse en el contexto de la relación especial que mantienen con sus territorios, incluyendo sus animales de cría, cultivos, y su forma de vida relacionada con la caza, recolección y pesca.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU es un panel de 18 expertos independientes que supervisa la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y lo preside Photini Pazartzis, directora del Centro de Derecho Internacional de Atenas.

El dictamen sobre Paraguay respondió a una denuncia presentada por el líder comunitario electo y por un maestro de la escuela, en nombre de los 201 integrantes de la comunidad indígena Campo Agua’ẽ, del pueblo Ava Guaraní, en el oriental departamento de Canindeyú, fronterizo con Brasil.

“Para los pueblos indígenas sus tierras representan su hogar, cultura y comunidad. Los graves daños ambientales tienen impactos en la vida familiar, la tradición y la identidad, e incluso conducen a la desaparición de su comunidad”: Hélène Tigroudja.

La comunidad de Campo Agua’ẽ vive en una zona rodeada de grandes empresas agrícolas que fumigan (proceso que utiliza humo químico para matar plagas) los cultivos de soja genéticamente modificada.

La fumigación, incluido el uso continuado de agroquímicos prohibidos durante más de 10 años, ha matado animales de cría de la comunidad, afectado sus cultivos de subsistencia y árboles frutales, los recursos de la caza, pesca y recolección, ha contaminado las aguas y dañado la salud de las personas.

El daño ambiental también tuvo graves repercusiones intangibles. La desaparición de los recursos naturales necesarios para la caza, la pesca, la recolección en el bosque y la agroecología guaraní provocó la pérdida de conocimientos tradicionales.

Las prácticas ceremoniales de bautismo (mitãkarai) ya no se realizan debido a la desaparición de los materiales para construir la casa de danza (jerokyha), y a la falta del maíz con el cual se hacía la chicha (kagüi), elemento central de la ceremonia.

La desaparición de esta ceremonia deja a los niños sin un rito crucial para la consolidación de su identidad cultural. Además, la estructura comunitaria se debilita porque varias familias se ven obligadas a emigrar.

Luego de años de procesos administrativos y judiciales largos e insatisfactorios en Paraguay, la comunidad llevó su caso ante el Comité de Derechos Humanos.

“A más de 12 doce años de la presentación de la denuncia penal por las fumigaciones con agrotóxicos, a las cuales además han quedado expuestos todo este tiempo, las investigaciones no han avanzado significativamente”, indicó el Comité.

Esa lentitud procesal transcurrió “sin que el Estado parte haya ofrecido explicación para justificar dicho retraso”, agregó el Comité en su dictamen divulgado este miércoles 13 en esta ciudad suiza.

Además, consideró que Paraguay no monitoreó adecuadamente la fumigación y no pudo prevenir la contaminación.

“Dicha omisión en su deber de proteger permitió que prosiguieran por muchos años las fumigaciones masivas y contrarias a la normativa interna, destruyendo elementos constitutivos de la vida privada, familiar y domicilio de la comunidad indígena afectada”, reza el dictamen.

El Comité recomienda que Paraguay prosiga los procesos penales y administrativos en contra de los responsables de la contaminación y repare integralmente a las víctimas por el daño sufrido.

Asimismo, que tome todas las medidas que sean necesarias, en estrecha consulta con la comunidad, para reparar la degradación ambiental, y que adopte medidas para evitar que se cometan transgresiones semejantes en el futuro.

A-E/HM

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